La Universidad se trasladó a la sede Ciudad Universitaria
Las directivas anunciaron la apertura de la nueva sede en terrenos ubicados en el norte de Medellín. Además, se comprometieron a abrir más programas y a mejorar el vínculo con la sociedad.
En 1968, la Universidad de Antioquia inauguró en Medellín la sede Ciudad Universitaria, la cual le permitió ampliar su cobertura, crear nuevos programas académicos y mejorar sus vínculos con la sociedad. La institución, fundada en 1803, dio así otro paso para consolidarse como el establecimiento público de educación superior más importante del departamento de Antioquia y uno de los más destacados del país.
Desde entonces, el campus ha sido un espacio para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, pero, también, escenario de algunas de las principales luchas sociales, políticas y armadas de la sociedad colombiana. De hecho, la decisión de trasladar la Universidad del centro al norte de Medellín obedeció, en parte, a la intención de reubicar las violencias generadas en torno a la vida universitaria.
Esta línea de tiempo, elaborada por el proyecto Hacemos Memoria, recupera las historias de algunos hechos de violencia ocurridos en la Universidad y de las acciones de resistencia que con valentía y compromiso asumieron los miembros de la comunidad universitaria.
Las directivas anunciaron la apertura de la nueva sede en terrenos ubicados en el norte de Medellín. Además, se comprometieron a abrir más programas y a mejorar el vínculo con la sociedad.
El Consejo Estudiantil criticó la presencia de la fuerza pública para cuidar los bienes de la Universidad, y solicitó su retiro del campus.
Los estudiantes protestaron por la visita a Colombia del político estadounidense Nelson Rockefeller. La Ciudad Universitaria fue militarizada, lo que provocó un enfrentamiento de cuatro días. Hubo 160 lesionados y un muerto.
Los estudiantes decretaron paro y provocaron disturbios. La intervención de soldados de la Cuarta Brigada dejó 40 heridos, entre militares, policías y estudiantes. 650 estudiantes fueron detenidos y llevados al coliseo municipal.
Luego de una asamblea general, varios estudiantes ingresaron a la oficina del rector, William Rojas Montoya, e intentaron lanzarlo por una ventana.
Las tensiones en el movimiento estudiantil de la Universidad se generaron a raíz de las disputas entre grupos de izquierda y partidos tradicionales que intentaban asumir el control del Consejo Superior Estudiantil.
Luego del consejo de guerra, la Cuarta Brigada declaró culpables de apología al delito a Yamil Restrepo Montoya, Teresa Montero y Carlos Arturo Pérez, detenidos el 20 de abril de 1971.
Tras un mitin, luego de una asamblea de la Facultad de Ciencias y Humanidades, manifestantes detonaron una bomba molotov en la oficina del rector, quien se encontraba fuera del lugar.
El agente del DAS Maximiliano Zapata Zapata disparó contra el estudiante de Economía Fernando Barrientos. En medio de las protestas por el hecho se originó un incendio en el bloque administrativo.
En medio de las manifestaciones contra el Estatuto Profesoral, las directivas suspendieron el semestre. La policía y el ejército militarizaron la Universidad e impidieron el ingreso de la comunidad universitaria, que rechazaba la expulsión de 50 profesores.
Tras una protesta por la financiación de las universidades públicas, 130 personas fueron detenidas por la policía. El Sindicato de Trabajadores de la Universidad rechazó el exceso de fuerza de las autoridades.
Elkin Eduardo Córdoba, estudiante de Ingeniería Química, murió por disparos del ejército. Otro estudiante y un obrero llamado Gustavo de Jesús Rico resultaron heridos. Rico falleció una semana después.
Luego de disturbios en el Liceo Antioqueño, el Pascual Bravo y el Marco Fidel Suárez, la policía allanó la Universidad sin autorización del gobernador Jaime Sierra García. Hubo daños en la infraestructura del campus.
Con metralletas y carabinas, el grupo guerrillero se tomó el edificio San Ignacio de la Universidad en el centro de Medellín. En el hecho golpearon a Miguel Garcés Vélez, director del Colegio Nocturno de Bachillerato.
Luego de una asamblea, personas con el rostro cubierto intimidaron al rector, Luis Carlos Muñoz, y a otros directivas, y los obligaron a salir del campus universitario.
Manifestantes con los rostros cubiertos bloquearon la Facultad de Ciencias y Humanidades e intentaron sabotear varios exámenes. Un profesor que intentó desenmascarar a uno de los encapuchados fue atacado con una piedra.
En un comunicado, los profesores anunciaron que no trabajarían en condiciones de militarización. Llamaron al diálogo de todos los estamentos para solucionar la crisis universitaria.
Sor Carmen Cañaveral López murió calcinada luego de que manifestantes incendiaran el vehículo en el que se transportaba por una vía aledaña al campus. La religiosa tenía movilidad reducida.
La estudiante de Economía fue secuestrada por miembros del grupo guerrillero cuando salía del campus. Otros universitarios intentaron auxiliarla pero fueron intimidados con disparos al aire.
Universitarios denunciaron el asesinato del estudiante John Jairo Restrepo. Según miembros de su facultad, tras el secuestro de Martha Nieves Ochoa hubo detenciones e interrogatorios a estudiantes y profesores.
Diego Roldán Vélez, secretario general del Liceo Antioqueño y profesor de Biología, fue asesinado en el salón de clases frente a 40 de sus estudiantes.
Más de 30 profesores de la Facultad de Derecho firmaron una declaración en rechazo al secuestro del abogado penalista y docente Jairo Duque Pérez.
El Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos denunció que Gustavo Albeiro Muñoz Hurtado, estudiante de Ingeniería Eléctrica, desapareció tras ser detenido por la policía.
Héctor Augusto Aristizábal, estudiante de Psicología que estaba desaparecido, regresó a su casa luego de ser liberado por el ejército, que lo mantuvo retenido en la Cuarta Brigada.
Integrantes de la célula José Antonio Galán se tomaron una cafetería de la Universidad y se atribuyeron el asesinato de Silvestre Guerra Madrigal, director del Liceo Marco Fidel Suárez.
Beatriz Rivera Montoya desapareció tras salir de su casa. Meses antes había sido detenida por organismos de inteligencia que investigaban el secuestro de Martha Nieves Ochoa.
Un grupo de manifestantes gritó consignas nihilistas y lanzó bombas de pintura contra el mural de Pedro Nel Gómez, en la Biblioteca Central, y la escultura de Rodrigo Arenas Betancourt.
La multitudinaria movilización llegó hasta el parque Berrío, donde el profesor de Derecho Luis Fernando Vélez pronunció un discurso por la vida y la paz.
Durante la jornada de paro cívico hubo pedreas frente a la portería de la calle Barranquilla. Hombres con capuchas en los rostros retuvieron un bus, lo ingresaron al campus y le prendieron fuego.
Un petardo destruyó parcialmente las instalaciones y los enseres de la Asociación de Empleados no Docentes de la Universidad.
Óscar William Calvo, vocero del EPL y del Partido Comunista, responsabilizó al MOIR y al MUR de actos de violencia para sabotear eventos del Diálogo Nacional por la Paz en la Universidad, realizados en medio del proceso de negociación entre el Estado y las guerrillas.
Según el Consejo de Facultad de Artes, la explosión destruyó parcialmente los bloques 24 y 25, y causó heridas por esquirlas de vidrio a un profesor.
La bomba estalló en el bloque administrativo, cerca de la oficina de Admisiones y Registro. Las actividades de la Universidad fueron suspendidas y la zona fue militarizada.
Con una columna de opinión en El Colombiano, titulada “La soledad de la Universidad”, la historiadora y profesora universitaria criticó la situación de violencia en el Alma Máter e hizo un llamado para superar la crisis.
En el documento, la Comisión Especial de Reestructuración de la Universidad expuso 13 tesis orientadas a superar la crisis universitaria.
José Gabriel Mejía Toro, estudiante de Economía, desapareció luego de viajar a Bogotá. Sus parientes y miembros de la comunidad universitaria activaron estrategias de búsqueda.
De forma paulatina se reanudaron las actividades en el campus universitario, suspendidas desde finales de 1985. Directivas y profesores hicieron un llamado a la solidaridad y al diálogo.
El rector, Saúl Mesa Ochoa, los profesores y las directivas de la Facultad de Ingeniería repudiaron la detonación de una bomba, ocurrida el 26 de septiembre en esa facultad.
José Abad Sánchez Cuervo, estudiante de Medicina Veterinaria, había sido reportado como desaparecido. Su cuerpo fue hallado con signos de tortura.
Dos agentes del DAS que estaban infiltrados en una asamblea estudiantil, en la Facultad de Medicina Veterinaria, fueron retenidos durante siete horas por los estudiantes.
El Consejo Superior Universitario decretó tres días de duelo ante el asesinato de cinco estudiantes y dos profesores, entre el 3 de julio y el 3 de agosto.
Tres mil personas participaron en el desfile silencioso que salió de la Universidad y llegó a la Gobernación de Antioquia, donde pusieron claveles rojos en rechazo a las muertes violentas.
Pedro Luis Valencia, médico y profesor de la Universidad, fue asesinado en su casa después de asistir a la marcha de los claveles rojos. Era senador de la Unión Patriótica y defensor de los derechos humanos.
Luis Felipe Vélez fue asesinado en la mañana frente al sindicato de maestros de Adida. En la tarde, cuando asistían a su sepelio, Héctor Abad Gómez y Leonardo Betancur fueron baleados.
Centenares de personas acompañaron con cantos y flores el sepelio de Héctor Abad Gómez y Leonardo Betancur Taborda, asesinados el 25 de agosto cuando asistían al sepelio de Luis Felipe Vélez Herrera en Medellín.
El estudiante de último semestre de Medicina, Rodrigo Guzmán Martínez, fue asesinado en su consultorio médico. Los asesinos pintaron un mensaje en la pared alusivo a la insurgencia.
Hombres armados ingresaron a la casa de la Juventud Comunista en el centro de Medellín y mataron a seis personas, entre ellas, Marina Ramírez, estudiante de Química de la Universidad.
El profesor de Derecho fue asesinado en su vehículo. Días atrás había asumido la presidencia del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos en reemplazo de Héctor Abad Gómez, quien fue asesinado el 25 de agosto.
Representantes del Sindicato de Trabajadores de la Universidad, la Asociación de Empleados no Docentes y estudiantes impulsaron el denominado Frente Común por la Defensa de la Universidad, en respuesta a la violencia contra la comunidad universitaria.
Sicarios asesinaron en Medellín al odontólogo Jorge Alberto Morales Cardona. En el ataque resultaron heridos Gabriel Emilio Espinal Botero y Yezid Ebelto Téllez Abreo, todos ellos profesores de Odontología.
Tres días de duelo fueron decretados por el asesinato de Jorge Alberto Morales. El Consejo Superior Universitario repudió el crimen.
A través de un comunicado, un grupo de profesores rechazó la actuación de la guerrilla del ELN, que utilizó el campus universitario para liberar a tres secuestrados.
La policía militar entró a las casas de Rubiela Arboleda Gómez y Óscar Londoño, profesores del Liceo Antioqueño. Revisaron sus bibliotecas y sus documentos personales.
Los profesores Emiro Trujillo Uribe y Leonardo Lindarte Carvajal fueron asesinados por miembros del DAS luego de un incidente de tránsito.
Estudiantes de Biología pidieron investigar la muerte de su compañero Mario Alonso Tobón Alzate. Testigos acusaron a la policía de disparar contra el estudiante en una calle cercana a la Universidad.
Varias personas vestidas como los miembros del Ku Klux Klan ingresaron a la Universidad un féretro con un cadáver y lo dejaron en la plazoleta Barrientos. Por esos días hubo amenazas a profesores y estudiantes.
Omar León Gómez Martín, profesor de la Facultad de Ciencias Humanas, fue asesinado en horas de la madrugada en el municipio de Bello.
La Universidad organizó para el 8 de agosto una misa, un acto cultural y la entrega de la medalla al Mérito Universitario a la esposa de Antonio Roldán Betancur.
Los estudiantes ingresaron al bloque administrativo para exigir la liberación de sus compañeros, detenidos durante una marcha en rechazo a la muerte de Bernardo Jaramillo.
Un artefacto explosivo fue instalado bajo el vehículo del profesor Carlos Alberto Rendón. El petardo detonó mientras este se encontraba estacionado cerca de la Facultad de Artes.
Con una concentración, celebrada en el Día Clásico de la Universidad, miembros de la comunidad universitaria rechazaron el ataque a la red de cómputo ocurrido el 29 de septiembre.
Una persona lanzó un petardo en la oficina de Admisiones y Registro. Más tarde, estudiantes confrontaron a tres encapuchados que estaban armados con una ametralladora.
Iván Darío Arenas García, estudiante de Derecho, fue baleado en el barrio Las Brisas de Medellín. Días atrás el joven había resultado herido durante una jornada de protestas en la Universidad.
Soraya Cataño, estudiante de Teatro de la UdeA fue baleada junto a su compañero Omar Arturo Gutiérrez Castañeda en cercanías del barrio Moravia de Medellín, donde ambos eran líderes comunitarios.
En memoria de los profesores asesinados a finales de los ochenta, la Asociación de Profesores de la Universidad creó la Orden al Mérito Luis Fernando Vélez Vélez, que fue entregada a las familias de los educadores muertos en esa época.
Luis Javier García Isaza, vicerrector de Extensión de la Universidad, fue baleado mientras compartía con un grupo de amigos en el barrio Prado de Medellín. Su velación se realizó en la Facultad Nacional de Salud Pública.
El profesor Benhur León Zuleta Ruiz, licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad, fue acuchillado dentro su apartamento en el barrio El Poblado de Medellín.
Varios estudiantes y profesores confrontaron a un grupo de personas armadas y con capuchas, que intentaban incendiar un vehículo dentro de la Universidad.
Personas con los rostros cubiertos pintaron consignas en los muros de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia. Al verse confrontados por los estudiantes, les lanzaron explosivos.
Ocho jóvenes se encadenaron a las puertas del bloque administrativo e iniciaron una huelga de hambre. Además, rechazaron las acusaciones contra la asamblea estudiantil como causante de la crisis.
La policía y el ejército desalojaron a cerca de cien estudiantes que acampaban en el campus. Decomisaron una granada, municiones y panfletos de grupos insurgentes.
Marco Aurelio Pérez, profesor de Ingeniería de la Universidad, fue sacado del salón de clases por hombres armados que se hicieron pasar por agentes de la Fiscalía. Luego del plagio fue asesinado.
En un comunicado, este comando del ELN responsabilizó a los paramilitares de asesinar a un profesor, y denunció un plan de exterminio contra líderes, obreros y estudiantes.
Jorge Iván Alarcón Sánchez, estudiante de Ingeniería Mecánica, y Édgar Augusto Monsalve desaparecieron en la zona rural de San Antonio de Prado, corregimiento de Medellín. Según sus familiares, la policía los retuvo y los entregó a paramilitares.
Estudiantes y organizaciones sociales marcharon para exigir respeto por los derechos humanos y rendir homenaje a Jesús María Valle, asesinado el 27 de febrero.
Édison Correa Ospina, profesor, estudiante de la maestría en Entomología Médica e investigador del programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad, fue asesinado cuando participaba de una brigada de salud en Putumayo.
Con la detonación de un petardo en la UdeA, redes urbanas de las Farc protestaron por los asesinatos de Alba Luz Restrepo y Edwin Bernardo Vásquez, estudiantes de la Alma Máter asesinados por el Ejército.
Tres hombres detonaron un explosivo contra la Oficina de Vigilancia de la Universidad y repartieron panfletos que denunciaban la tortura y el asesinato de cuatro personas a manos del ejército, en el corregimiento San Antonio de Prado, el 25 de octubre de 1998.
Una bomba compuesta por dos cargas explosivas, una de las cuales cayó al suelo, fue descubierta por las autoridades en el último piso de la Biblioteca Central. El artefacto fue instalado junto a una bandera que fue izada por las FARC.
Durante la asamblea nacional de rectores de universidades públicas, el rector de la Universidad de Antioquia, Jaime Restrepo Cuartas, exigió a los actores armados sacar los espacios académicos de la confrontación.
El profesor Hernán Henao, director del Instituto de Estudios Regionales, fue baleado por sicarios dentro de su oficina, en el bloque 9.
Luego de que la policía impidiera el desarrollo de una marcha de antorchas, un grupo de estudiantes y profesores que hacían parte de la movilización pasó la noche en las afueras de la Universidad.
En una nota de prensa publicada en El Colombiano, estudiantes de la Universidad rechazaron la estigmatización generada por medios de comunicación que los relacionaban con grupos insurgentes. Además denunciaron amenazas de las AUC.
La Mesa Permanente por la Defensa de la UdeA, que reunió a representantes del Consejo Superior Universitario, la administración central, la Asociación de Profesores, los sindicatos, los estudiantes y los egresados, se propuso buscar salidas a la crisis institucional.
Hugo Ángel Jaramillo, propietario de la cafetería de la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia, fue asesinado dentro del campus universitario a las seis y treinta de la mañana por un encapuchado que le disparó mientras preparaba el café.
El estudiante de Filosofía y líder estudiantil Gustavo Marulanda fue asesinado tras salir de la Universidad. Había denunciado amenazas de los paramilitares.
Las directivas de la Universidad decretaron tres días de cierre por los asesinatos de Hugo Jaramillo, administrador de la cafetería de Derecho, y Gustavo Marulanda, líder estudiantil.
Jaime Restrepo Cuartas, rector de la Universidad, se reunió con Carlos Castaño, comandante de las AUC, para pedir respeto por la Universidad. También sostuvo diálogos con voceros del ELN y el EPL.
El Plebiscito por una Universidad sin Violencia preguntó: “¿Quieren una Universidad de Antioquia abierta, funcionando, pluralista y sin violencia?” El sí ganó con 12 mil 452 votos, frente al no, que obtuvo 82.
Estudiantes y empleados, congregados en el comité de solidaridad con Carlos Andrés Agudelo Henao, quien fue secuestrado el 21 de abril, exigieron su liberación a través de un acto público que incluyó una tarde de cometas.
Miembros del Movimiento Bolivariano quemaron un bus sobre la calle Barranquilla, en rechazo a la realidad del país y el Plan Colombia. También conmemoraron un año del asesinato de Gustavo Marulanda.
Profesores y estudiantes de Medicina exigieron la liberación del médico Javier Alberto Correa y del estudiante Argiro Restrepo, ambos secuestrados desde el año 2000.
Juan Manuel Jiménez y David Santiago Jaramillo fueron baleados mientras jugaban ajedrez en el tercer piso del bloque de Física. Las directivas adoptaron nuevas medidas de seguridad, entre ellas la prohibición de ventas ambulantes.
Juan Esteban Saldarriaga Villa, de 17 años, estudiante del colegio El Sufragio, murió por la explosión de un petardo durante una protesta en la Universidad. Otros dos estudiantes resultaron heridos.
Bajo el lema “También somos el blanco”, estudiantes, profesores y directivas de la Universidad realizaron una jornada por la vida. Las personas vistieron camisetas blancas y liberaron globos del mismo color.
Más de 700 personas desplazadas, asentadas en cinco barrios de la zona nororiental de Medellín, se tomaron el campus universitario para exigir atención oficial y protección por parte del Estado.
Las FARC secuestraron a Diego Calderón Franco, estudiante de Biología de la Universidad, y Ermes Cuadros Villalobos, profesor de la Universidad del Atlántico.
Las estudiantes de la Universidad Nacional Magaly Betancur y Paula Andrea Ospina resultaron heridas en medio de una protesta, debido a una explosión en el bloque de Química de la Universidad. Ambas murieron el 18 de febrero.
Como parte del proceso investigativo por una explosión ocurrida el 10 de febrero en el bloque de Química, la policía detuvo a 13 hombres y a una mujer tras acusarlos de rebelión.
Cuando se cumplieron 40 años de la muerte del sacerdote guerrillero, los movimientos camilistas de la Universidad de Antioquia realizaron acciones abiertas y clandestinas en su memoria.
A través de un comunicado, el grupo Autodefensas Universidad de Antioquia (Audea) amenazó a 23 personas, entre profesores y estudiantes.
“Por una Universidad como espacio para la vida, la libertad y el conocimiento” fue el lema de la jornada Abracemos la Universidad. Durante esta jornada de solidaridad y rechazo a la violencia se encendió una antorcha por la vida.
Un grupo de personas armadas, vestidas con camuflados, capuchas y brazaletes de las FARC, hizo una parada militar en la plazoleta central de la Universidad. Luego atacó los cajeros del campus.
Estudiantes del Comité Universitario de Derechos Humanos Gustavo Marulanda denunciaron amenazas contra varios de sus integrantes por parte de las Autodefensas de Antioquia.
Terminada una asamblea, unos doscientos estudiantes se tomaron el bloque administrativo. Vía telefónica, desde su oficina ubicada en ese edificio, el rector dijo a los medios de comunicación que se sentía secuestrado, tras lo cual ingresó del Esmad.
Un grupo de estudiantes pidió investigar el asesinato de Carlos Andrés Valencia, exalumno de Medicina Veterinaria y dirigente estudiantil de la Universidad.
A través de un comunicado, el Consejo Académico repudió las acciones violentas de manifestantes con capuchas y la respuesta indiscriminada del Esmad en la Universidad.
Un grupo de manifestantes con capuchas destruyó cinco cámaras de vigilancia en el interior de la Universidad. El comandante de policía de la ciudad atribuyó el hecho a miembros de las FARC.
Luego de que tres tanquetas del Esmad ingresaran a la Ciudad Universitaria, en medio de las protestas estudiantiles por la reforma a la Ley 30, las directivas ordenaron evacuarla.
Un grupo de personas con capuchas roció gasolina y detonó explosivos sobre los nuevos torniquetes de acceso a la Universidad, ubicados en la portería del Metro.
Luego de que el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, dijera que el Esmad podía entrar las veces que fuera necesario a la Universidad, el rector expresó su desacuerdo con dicho anuncio.
Durante un enfrentamiento con manifestantes que se cubrieron los rostros con capuchas, el patrullero Uriel Andrés Rincón perdió una extremidad por la explosión de un petardo. Las actividades en el campus universitario fueron suspendidas.
Voceros de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil denunciaron que las Águilas Negras amenazaron a líderes de ese movimiento a través de panfletos.
Las directivas denunciaron que Los Urabeños extorsionaron a personas dentro del campus y que, a través de un panfleto, exigieron un millón de pesos por local comercial.
Un estudiante de Ciencia Política y un exalumno de Educación fueron detenidos por la policía, acusados de atacar con explosivos la oficina de seguridad privada de la Universidad el 26 de agosto.
Las directivas de la Universidad enviaron un comunicado a RCN Televisión para pedir que rectificara las imágenes de una serie sobre paramilitares, en la cual se vinculaba a los estudiantes universitarios con la insurgencia.
300 campesinos que salieron desplazados de Ituango, municipio del norte de Antioquia, llegaron a Medellín y se albergaron en el campus universitario. Denunciaron afectaciones por el proyecto Hidroituango y persecuciones de la fuerza pública.
Con una marcha dentro del campus, profesores del Instituto de Biología denunciaron daños en su oficina luego de que presuntos miembros de las FARC se tomaran ese espacio para fabricar explosivos durante una parada militar.
En el Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo, un delegado del Gobierno nacional reconoció públicamente la responsabilidad del Estado colombiano en la muerte del egresado de Derecho Jesús María Valle.
El rector, Mauricio Alviar, llamó a la calma tras saber de amenazas de muerte en su contra e intimidaciones a la decana y al vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
En un acto convocado por la rectoría, los universitarios se concentraron en la plazoleta central y marcharon hasta la calle Barranquilla para rechazar amenazas y actos de violencia en el campus.
Sectores sociales y universidades de Medellín se unieron a una jornada nacional de marchas y plantones para exigir la implementación del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC.
El periodista Leonidas González, de 50 años de edad, fue asesinado en Bello. Era narrador de deportes y estudiante de Periodismo de la Universidad.
Personas con capuchas detonaron explosivos y tiñeron de rojo la fuente de la plazoleta central del campus universitario, como símbolo de rechazo al asesinato de líderes sociales en el país.
50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
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