El Consejo Superior Universitario ordenó militarizar la Universidad

El 18 de septiembre de 1974, en medio de las protestas contra una reforma al Estatuto Profesoral, el Consejo Superior Universitario (CSU) de la Universidad de Antioquia decidió suspender el semestre académico, sancionar a 50 profesores y ordenar que miembros del ejército y la policía rodearan la Ciudad Universitaria para evitar el ingreso a la institución.

El origen de la disputa se ubica el 15 de noviembre de 1973, cuando el CSU planteó la reforma como una medida para contrarrestar el déficit presupuestal de la Universidad. La medida implicaba la eliminación del aumento salarial automático que se había autorizado en 1972 para saldar las deudas con el personal docente.

La decisión se basaba en un informe que fue presentado el 15 de noviembre de 1973 por la Comisión de Evaluación Administrativa, firmado por el rector Luis Fernando Duque, el decano de la Facultad de Derecho y representante de los decanos Pedro Escobar Trujillo, y el profesor de Ingeniería Química Juan Echeverri. La Comisión concluyó que, en el corto plazo, se debía llevar a cabo una “disminución radical del profesorado de tiempo completo de la Universidad”, además de una “racionalización administrativa para el máximo aprovechamiento de la capacidad instalada en cuanto a recursos físicos y humanos”, según dice el acta del CSU de esa fecha.

Ante esta decisión, algunos miembros del CSU expresaron prevenciones y advirtieron sobre las fuertes reacciones que podía generar en el profesorado. El profesor Gabriel Roldán Pérez, integrante de esa corporación, mencionó que estaba de acuerdo con “la racionalización de los gastos y el mayor aprovechamiento de los recursos, pero sin que ello implique el desmedro del nivel académico. […] Que no se salga de los buenos profesores porque sí, sino que sólo se proceda así cuando no se necesitan”, como quedó consignado en el acta citada. Allí mismo se lee que el docente Echeverri, miembro de la Comisión, advirtió que “puede haber fuerte reacción en el profesorado”.

Luz Elena Zabala, en ese momento secretaria de la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia (Asoprudea) y actualmente presidenta de Biocolombia, una empresa que ofrece servicios de diseño industrial en los campos agropecuarios y forestales, recuerda que en esa época el presidente Misael Pastrana decretó el estado de sitio y otorgó poderes especiales a los rectores para gestionar el orden público y reformar la estructura de las universidades públicas.

“Eran dictadores. Ellos se encargaban de manejar la universidad quitándoles derechos a los profesores y reestructurando la universidad desconociendo las asociaciones profesorales. Luis Fernando Duque comenzó a establecer unas normas para sacar a los profesores que en ese momento no tenían los títulos universitarios, entonces hubo una mortandad profesoral muy grande, a lo que nosotros respondimos junto con los estudiantes, y nuestra meta era acabar con esos rectores autoritarios”, cuenta Luz Elena.

Como una solución a la problemática de la Universidad, el presidente Pastrana anunció en diciembre de 1973 que daría un auxilio extraordinario de 15 millones de pesos para pagar la deuda al personal docente. Esa suma correspondía al aumento salarial de enero y febrero de ese año y la mitad de la deuda contraída por los aumentos de 1972. Aun así, este auxilio no sirvió para resolver las dificultades financieras de la Universidad, como se evidencia en el acta número 10 del CSU, del 20 de diciembre de 1973, en la que se registra la incapacidad para cumplir con las obligaciones presupuestales del año siguiente.

La reforma profesoral siguió su curso y fue presentada a la comunidad universitaria en febrero de 1974. Sin embargo, agremiaciones de profesores como la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia (Asoprudea) fueron críticas con dicha reforma y propusieron discutir la elaboración de un nuevo estatuto que respetara “la libertad de cátedra, la investigación científica, la representación gremial, la estabilidad laboral, la dirección colegiada y los intereses económicos del profesorado”. Así lo expresó la Asociación en un comunicado publicado en El Colombiano el 16 de junio de 1974, titulado “Proponen nueva comisión de diálogo, profesores de la UdeA para elaborar otro Estatuto”. Dicho documento estaba firmado por Héctor Abad Gómez y Luz Elena Zabala, presidente y secretaria de Asoprudea, respectivamente.

Según Luz Elena, “nunca ha habido en la Universidad una lucha tan importante entre estudiantes y profesores por la autonomía, nos reuníamos en asambleas, comités, en fin, para defender la universidad. Fue una época muy dura, pero muy hermosa políticamente. Se evidenciaba la diversidad política en la Universidad y la preponderancia de los grupos más progresistas”.

A raíz del descontento, Asoprudea decretó el 26 de junio el cese de actividades durante 48 horas. Luego, el rector Luis Fernando Duque decidió decretar las vacaciones anticipadas para “reflexionar sobre la reforma al Estatuto Docente”, como quedó escrito en una relatoría del CSU del 28 de junio de 1974.

En agosto, la Asociación decretó un paro de ocho días y dos movilizaciones, a las que se sumaron los estudiantes en solidaridad con el movimiento docente. Por su parte, la Asociación de Docentes de la Universidad de Antioquia (Asdua) rechazó estos mecanismos argumentando que “tal medio de lucha se ha revelado absolutamente ineficaz para solucionar los conflictos universitarios”, según manifestó Julio León Trejos, presidente de esa asociación, en un comunicado que también fue publicado en El Colombiano, el 27 de agosto de 1974, titulado “Paro de ocho días ordenó la Asociación de Profesores”.

Entre las movilizaciones que se adelantaron, como el cese de actividades y las manifestaciones, Asoprudea implementó las “brigadas de choque”, que consistían en interrumpir las clases. Luz Elena explica que se nombraban comisiones para exigir el cumplimiento de las decisiones que tomaba la mayoría del profesorado, pero asegura que había “mucho respeto hacia la gente, sin comprometer la firmeza de lo que estábamos pidiendo”.

Acerca de estas brigadas, Rodrigo Montoya, exdirector de Bienestar Universitario, en ese entonces profesor de la Facultad de Educación y actualmente miembro de la Asociación de Pensionados y Jubilados de la Universidad de Antioquia (Apenjudea), recuerda que “en ese tiempo un grupo de profesores y estudiantes me sacaban de las clases con la justificación de que estaban en paro, pero yo me les enfrentaba y les decía que tenían que respetar las formas de pensar de los demás; que pararan ellos, yo no quería parar. Yo hacía parte de la Asociación de Docentes [Asdua] y para nosotros el paro era ineficiente”.

Luz Elena reconoce que existían grupos de profesores en contra de Asoprudea, y que así fue como surgió Asdua, “una asociación de profesores que estaban situados más a la derecha y eran profesores más reaccionarios. No era una asociación que se movía por principios políticos, sino simplemente de apoyo al rector. El rector logró que este grupo se aliara con él y lo apoyara”.

Las razones por las que el CSU y Asoprudea no llegaron a ningún acuerdo fueron expuestas en un comunicado a la opinión pública que registró el periódico El Colombiano el 13 de septiembre, titulado “Comunicado sobre la UdeA. No hubo arreglo con la Asociación de Profesores”. Los tres puntos del desacuerdo, expuestos en el texto, se centraron en el proceso que se debía implementar para elegir a los representantes profesorales, la representación docente dividida en dos agremiaciones y la política universitaria que era dirigida por el Gobierno.

Esto dio paso a que, en la reunión del 18 de septiembre de 1974, se aprobara la desvinculación de once profesores, entre estos Luz Elena y Héctor Abad Gómez, quienes estaban al frente de Asoprudea, y la suspensión de otros 39. Además, se suspendieron las actividades académicas en la Universidad y se restringió el ingreso con el propósito de prevenir alteraciones del orden.

Frente a estas determinaciones, Asoprudea se pronunció a través de un comunicado que fue publicado en El Colombiano el 19 de septiembre, en un artículo titulado “Agitación por el cierre de la Universidad de Antioquia”. En el pronunciamiento, la asociación rechazó “la presencia de la policía, los procesos de persecución y sanciones a maestros, medidas que quieren acabar con la U, que la Asociación quiere ser expulsada del campus, que la lucha es por la dignidad del profesor, el estudiante y demás ciudadanos”.

En el mismo artículo aparece publicado un comunicado de Asdua en el que esta asociación expresó su rechazo al paro, lamentó la suspensión indefinida del semestre y calificó a Asoprudea como “destructiva y causante” de los problemas de la Universidad.

Luz Elena también recuerda que, en ese entonces, “a los estudiantes y profesores se nos tildaba de terroristas, y la finalidad de esa militarización era establecer un orden a la fuerza. Es decir, sembrar miedo para que nosotros no protestáramos, para que la universidad fuera, como decían ellos, ‘un templo del orden, de la disciplina y de la academia’. Pero si a un problema académico o social tú le impones violencia, violencia reciben”.

Aunque la mayoría de los miembros de Asoprudea fueron sancionados, los diálogos en torno a la reforma del Estatuto Profesoral continuaron y la movilización también. La reforma propuesta por la Comisión, origen de la inconformidad, nunca fue aprobada. “Ganamos”, dice Luz Elena, quien recuerda que luego de esto Luis Fernando Duque salió de la rectoría y fue reemplazado por Luis Eduardo Mesa Velásquez, quien pocos meses después pasó a la rectoría de la Universidad Nacional, y en la rectoría de la UdeA quedó Bernardo Trujillo Calle. Estos cambios coincidieron con la transición en el Gobierno nacional de Misael Pastrana a Alfonso López Michelsen, quien, según ella, durante su campaña escuchó a los representantes profesorales cuando pasó por Medellín.

“Estuvimos por fuera de la Universidad como un año, pero Bernardo, el rector nuevo, llamó a casi todos los miembros de la asociación y los nombró para el cuerpo directivo de la Universidad con ayuda de los profesores y estudiantes que nos recordaban por haber liderado el movimiento”, destaca Luz Elena, quien agrega que la propuesta de reforma profesoral se cayó de manera definitiva.

50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
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