El M-19 se tomó el Edificio San Ignacio de la Universidad

El 11 de mayo de 1979, miembros de la guerrilla del M-19 se tomaron el edificio San Ignacio de la Universidad de Antioquia, ubicado en el centro de Medellín, mientras casi ochocientos estudiantes del Colegio Nocturno de Bachillerato, adscrito a la Universidad, se encontraban recibiendo la última clase de la jornada.

Mario Escobar Vélez, hoy pensionado, era el operador de la Emisora Cultural de la Universidad, ubicada en ese mismo edificio. Escobar se dirigía hacia la emisora, para emitir el programa Noches de estudiantina, cuando vio a un par de jóvenes, un hombre y una mujer, en un corredor del tercer piso. Eran alrededor de las nueve de la noche, y si bien los estudiantes debían estar en los salones de clase, no se le hizo extraña su presencia.

Había sonado una canción y Escobar se preparaba para anunciar y poner la siguiente cuando los dos jóvenes ingresaron al estudio y, apuntándole con dos armas, le pidieron que se quedara quieto. Un momento después, la mujer se paró en la puerta a vigilar y el joven se quedó con él. Los anuncios de las canciones se hacían mediante una grabación, por lo que esa noche, durante aproximadamente media hora, quienes estaban en sintonía solo escucharon anunciar canciones que no sonaron. Mientras tanto, guerrilleros armados iban pasando por cada uno de los salones del segundo y el tercer piso, interrumpían las clases y les pedían a los estudiantes que bajaran a la plazoleta central, ubicada en el primer nivel del edificio. 

María Consuelo Franco, hoy economista pensionada, era estudiante de sexto grado de bachillerato y recuerda que los guerrilleros portaban uniformes militares y brazaletes del M-19, a diferencia de las dos personas que intimidaron a Escobar, quienes estaban vestidas de civil. Según publicó el periódico El Colombiano un día después de la incursión, la intención del grupo guerrillero era tomarse la emisora. Sin embargo, Franco asegura que los guerrilleros solo se dirigieron a los estudiantes y entregaron volantes que explicaban sobre los orígenes del M-19. Escobar coincide en que lo que querían era simplemente “repartir sus arengas a los estudiantes”. Agrega que si el propósito hubiera sido hacer algún anuncio masivo habrían podido hacerlo sin dificultad mientras lo tuvieron retenido. 

El rector del Colegio Nocturno de Bachillerato era Miguel Garcés y estaba en su oficina cuando llegaron los guerrilleros. Según la nota de El Colombiano, fue agredido por quienes irrumpieron en su oficina. Franco tiene en sus recuerdos la imagen del rector sangrando por un lado del rostro. Según ella, uno de los guerrilleros le pegó con un arma para impedir que diera aviso a la policía. 

Mientras Escobar estaba retenido, sin saber qué ocurría fuera, sonó un disparo. Escobar dice que los guerrilleros que lo custodiaban se fueron de inmediato. Lo mismo ocurrió con los demás, quienes dieron por terminado su discurso y rápidamente abandonaron el edificio. Un momento después de que todo terminara, Garcés le contó a Escobar que el disparo, que no hirió a ninguna persona, salió por accidente del arma del guerrillero que lo custodiaba. En medio de la conmoción y del miedo por el disparo, algunos estudiantes escaparon por las ventanas del segundo piso del edificio. Minutos después, recuerda Franco, la plazuela San Ignacio estaba atestada de policías. 

En ese entonces estaba en marcha el Decreto 1933, más conocido como el Estatuto de Seguridad, expedido en septiembre de 1978, durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala. La norma le daba a la fuerza pública, entre otras facultades, la de detener ciudadanos sin necesidad de una orden judicial. Según recuerda Franco, eran tiempos en los que muchas personas eran desaparecidas por las autoridades, por el simple hecho de tener un libro de izquierda.

Lo cierto es que cuando los estudiantes salieron a la plazuela San Ignacio, a Franco y a muchos de sus compañeros los requisaron, y algunos de ellos fueron retenidos por la policía. Pese a que en los días posteriores las clases continuaron con normalidad, algunos estudiantes nunca regresaron. Uno de ellos hacía parte del mismo grupo de Franco, y ella recuerda que entre sus compañeros se rumoró después que hacía parte del M-19 y que desapareció luego de haber sido capturado, al terminar la toma.

50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
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