Mil personas que participarían en una marcha amanecieron en el campus debido a agresiones de la policía

El 14 de mayo de 1999 estaba prevista una marcha de antorchas, que saldría de la Universidad de Antioquia, en rechazo al Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno del presidente Andrés Pastrana. A ello se sumaban coyunturas propias de la Universidad, como los costos de las matrículas, el reglamento estudiantil y la falta de garantías para la intervención de los estudiantes en las problemáticas de la institución. 

La marcha convocada para las siete de la noche por estudiantes de algunas instituciones, como la Universidad Nacional, el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, el Tecnológico Pascual Bravo y el Liceo Marco Fidel Suárez, fue impedida por la policía, que respondió con hostigamientos, por lo que cerca de mil personas decidieron resguardarse dentro del campus universitario.

Aquel día, cuando se dirigía al punto de inicio de la marcha, John Consuegra, licenciado en Educación Especial de la Universidad de Antioquia y en ese momento estudiante de pregrado, recuerda que “de repente unos policías llegaron a estrujarnos y la marcha se dispersó. La marcha fue interrumpida de manera agresiva y la Universidad quedó rodeada por la policía”.

Aunque algunos de los manifestantes lograron salir de la turba, otros tuvieron que ingresar de nuevo a la Universidad. Beatriz Borja, profesora de la Facultad de Educación y en ese entonces estudiante de Derecho, no logró salir, y recuerda que fue un momento caótico a pesar de que se trataba de una marcha pacífica. “No pudimos marchar porque el Gobierno nos prohibió salir. Nos empezaron a atacar, nos tocó devolvernos y se cerraron las puertas de la Universidad por todos lados. A los que se atrevían a salir los aporreaban y se los llevaban. Nos tocó quedarnos amaneciendo, cuidarnos todos, estábamos aguantando hambre y me acuerdo que muchos padres venían a visitar a sus hijos, pero nadie podía entrar ni salir porque la policía estaba ahí y el que salía se lo llevaban”, relata Borja.

Un artículo publicado en la edición del 15 de mayo de 1999 del periódico El Colombiano menciona que “el rector Jaime Restrepo Cuartas fue hasta el claustro después de la medianoche para decirles a los estudiantes y profesores que la fuerza pública ya se había retirado. Sin embargo, decidieron quedarse hasta el amanecer, aduciendo falta de garantías”.

Con respecto a esa información, Beatriz Borja dice que no recuerda que esa noche se haya presentado el rector. “Nosotros intentamos llamar al rector para que nos brindaran las garantías dentro de la Universidad, pero no pudimos comunicarnos con él, ni con funcionarios de Derechos Humanos”, afirma. Durante la noche, la mayoría de los manifestantes permanecieron en la Universidad concentrados en la plazoleta central, en vista de que la policía estuvo todo el tiempo alrededor de las instalaciones. “Vos decidías si salías y corrías el riesgo de que te encarcelaran por salir a una marcha o te quedabas en el campus. Al menos adentro éramos muchos estudiantes cuidándonos entre todos. Por seguridad era mejor quedarnos en la Universidad”, recuerda Borja.

En ese mismo sentido, Alejandro Sierra, quien en ese momento era estudiante de Historia y hoy es docente universitario, relata que esa noche algunas personas se repartieron zonas de vigilancia en toda la Universidad y con gasolina de las motos que quedaron parqueadas dentro del campus organizaron algunos artefactos explosivos, pensando en protegerse ante algún eventual ataque de la fuerza pública, pero la noche acabó de transcurrir en calma y al día siguiente la mayoría de los estudiantes salió de la Universidad en las horas de la mañana.

50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
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