Un agente del Esmad perdió una pierna durante un enfrentamiento que tuvo lugar en la Universidad

Era alrededor de las doce del día del 18 de abril del 2012 cuando un gas lacrimógeno cayó en medio de las piernas de Lucía Uribe Herrera, estudiante de Ingeniería y miembro de la oficina de estudiantes de su facultad, quien en ese momento estaba almorzando con una compañera. Según Lucía, hasta el momento no habían visto personas con capuchas, ni escuchado explosiones, pero el ambiente de esos días en la Universidad de Antioquia le hacía sentir que los disturbios eran inminentes. Cuando iniciaron las detonaciones y parte de la comunidad universitaria empezó a buscar una salida del campus, “nos dimos cuenta de que en todas las porterías había tropel”, recuerda. 

El inicio del año 2012 en la Universidad estuvo marcado por la implementación de torniquetes en las porterías, por las manifestaciones y por los enfrentamientos entre estudiantes y la policía, que se habían hecho constantes desde el 2010. Carlos Andrés Galeano, quien era estudiante de Derecho y miembro de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, estaba en la plazoleta Barrientos cuando empezaron los disturbios. Recuerda cómo en un principio salieron personas con los rostros cubiertos, hicieron una formación en la plazoleta y se distribuyeron por todas las porterías de la Universidad. 

Si bien Carlos y Lucía estaban en lugares diferentes cuando todo sucedió, ambos coinciden en que nunca antes habían visto tantos encapuchados en un solo enfrentamiento. Lo cierto es que el comunicado que entregaron a los estudiantes estaba firmado por la Unión Revolucionaria Clandestina, que reunía varias agrupaciones que acordaron salir conjuntamente a los enfrentamientos de ese día. 

El Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) ingresó a la Universidad, según Carlos, con la intención de evacuar a los estudiantes por la portería auxiliar ubicada frente al Planetario Jesús Emilio Ramírez González, en el Parque de los Deseos. Lucía logró salir de la Universidad, pero se quedó en los alrededores observando lo que ocurría. Entrada la tarde, escuchó una fuerte detonación entre el bloque 19, de Ingeniería, y el edificio donde se ubican las oficinas de vigilancia. Fue por esa explosión que resultó herido en una pierna el patrullero de la policía Uriel Andrés Rincón Muñetón. 

Alberto Uribe Correa, entonces rector de la Universidad, afirma que los estudiantes no permitían el ingreso de la ambulancia. Sin embargo, Lucía recuerda haber visto a los encapuchados retirarse y a una ambulancia ingresar, rodeada de agentes del Esmad, para recoger al agente herido y salir de la Universidad. Mientras tanto, según Pablo Guevara, en ese entonces estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones y en la actualidad analista de sistemas en una empresa de informática, el rumor de que un estudiante había perdido una pierna llegó a la plazoleta Barrientos.

“Ahí mismo todo el mundo se fue a unirse a la protesta”, dice Pablo, quien hizo parte de los estudiantes que se desplazaron hasta el lugar donde el agente fue herido. Sin embargo, cuando se percataron de que la víctima era un miembro del Esmad, “la Universidad empezó a quedarse vacía”, recuerda Carlos. El patrullero fue llevado a la IPS Universitaria aproximadamente a las seis y media de la tarde. “Después, cuando llamé a la IPS, me dijeron que le habían destrozado la pierna y que tendrían que amputarla”, recuerda el exrector Uribe. 

Los enfrentamientos continuaron en horas de la noche. Después, en la Universidad no hubo actividades académicas ni administrativas durante tres días. Cuando se retomaron las actividades, había varias versiones frente a la detonación que causó la pérdida de la pierna del patrullero Rincón. Una atribuía las heridas del patrullero a una papa bomba; otra, a una bomba casera elaborada con un extintor por los encapuchados; y otra, a una “recalzada”, es decir, una bomba lacrimógena reutilizada y cargada con metralla, cuyo uso por parte del Esmad ha sido denunciado por organizaciones sociales en diferentes escenarios de protesta.

Según consta en el acta 0492 de la reunión del Consejo Académico de ese 18 de abril, Alberto Uribe dijo que “ningún miembro de la administración universitaria ordenó el ingreso de la fuerza pública. El gobernador impartió esta orden desde hace días, y la fuerza pública acató dicha orden”. Uribe se refería a las declaraciones que había hecho el gobernador de Antioquia, en ese entonces Sergio Fajardo, un mes antes de esos hechos, cuando dijo a los medios de comunicación que “la fuerza pública ingresará a la Universidad en la medida en que se vea que hay amenaza a los bienes públicos y la integridad de las personas”.

Contenido Relacionado

50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
es un contenido producido por el
Proyecto Hacemos Memoria