Tres estudiantes de la Universidad fueron condenados en un consejo de guerra

El 15 de octubre de 1971, en la Cuarta Brigada del Ejército, se llevó a cabo el juicio contra tres estudiantes de la Universidad de Antioquia: Yamil Restrepo Montoya, estudiante de tercer semestre de Ingeniería Industrial; Teresa Montero Martínez, de octavo semestre de Economía; y Carlos Alberto Pérez Varela, de segundo semestre de Ingeniería Eléctrica. Fueron detenidos el 28 de septiembre, según anunció el Ejército, por instigar a varios militares a atentar contra sus superiores y adherirse al movimiento estudiantil. Así lo informó el diario El Colombiano en su edición del 16 de octubre de ese año, en un artículo titulado “Condenados 3 estudiantes”.

De acuerdo con el artículo citado, el consejo de guerra comenzó a las nueve de la mañana con la lectura del expediente contra los sindicados, quienes estaban siendo procesados por apología al delito e instigación para delinquir. Después, el fiscal mayor Eduardo Tamayo hizo una intervención de aproximadamente cinco horas, en la que pidió que se condenara a los estudiantes. Luego de media hora de deliberación por parte del jurado, y cuando ya eran casi las cinco de la tarde, los sindicados fueron condenados por unanimidad. El periódico El Correo, en su edición del 21 de octubre de 1971, informó que las penas impuestas a los estudiantes sumaban 11 meses de prisión.

El consejo de guerra fue una de las herramientas que contemplaba el estado de sitio decretado ese año por el Gobierno de Misael Pastrana, para enfrentar las movilizaciones estudiantiles que exigían la aprobación del Programa Mínimo de los Estudiantes Colombianos, que reivindicaba la autonomía universitaria y la libertad de cátedra e investigación científica, y exigía la participación activa del estudiantado en los órganos de gobierno de las instituciones de educación superior.

El estado de sitio, consagrado en el artículo 121 de la Constitución Política de 1886, daba facultades especiales al presidente en caso de guerra exterior o de una conmoción interior que perturbara el orden público. Según esa norma, el presidente quedaría “investido de las facultades que le confieren las leyes y, en su defecto, de las que le da el derecho de gentes para defender los derechos de la nación o reprimir el alzamiento”.

El consejo de guerra para juzgar civiles, mucho más rápido que la justicia ordinaria, pasaba por alto la fase de investigación y se sustentaba en la información entregada por la fuerza pública, que cumplía en esos consejos el papel de acusador. Fue así como la explicación entregada por el Ejército en el boletín informativo N.o 47 del 15 de octubre de 1971, previo al juicio de los tres universitarios, se limitó a afirmar que “el comando de la Cuarta Brigada tuvo conocimiento de que algunos estudiantes se dedicaron a inducir a los soldados para que cometieran delitos contra la disciplina y la subordinación”.

Los hechos por los que fueron condenados Restrepo, Montero y Pérez ocurrieron en la madrugada del 25 de septiembre. Ese día, la Ciudad Universitaria fue allanada para desalojar a aproximadamente doscientos estudiantes que, una semana antes, se tomaron tres edificios del campus para adaptarlos como viviendas y exigir la creación de residencias estudiantiles. Fue durante la confrontación que causó el allanamiento cuando, según el Ejército, los tres estudiantes llamaron a la insubordinación a varios militares.

“Ese era el clima que se vivía en ese momento, había cierto enardecimiento por parte de los estudiantes y de los líderes del movimiento estudiantil que estaban en plena efervescencia”, dijo para esta línea de tiempo Amylkar Acosta, quien era presidente del Consejo Superior Estudiantil en 1971, y luego fue congresista y ministro de Minas y Energía.

Los tres estudiantes condenados volvieron a clases en el primer semestre de 1972, aunque en el segundo semestre de ese mismo año las matrículas de Pérez y Restrepo fueron canceladas por resolución rectoral, por los mismos hechos que motivaron su condena en el consejo de guerra. Pérez retomó sus estudios, pero luego hizo dos reingresos a otros dos pregrados, hasta que canceló de manera extemporánea su matrícula, en el segundo semestre de 1983. Restrepo también estudió otros pregrados, hasta que dejó la Universidad, en 1978, sin conseguir ningún título. Montero no volvió a matricularse en la Universidad después del primer semestre de 1972. Todo esto, según consta en los registros académicos que se conservan en la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz de la Universidad de Antioquia.

Pese al estado de sitio y a la confrontación, el año de 1971 terminó con la aprobación del Programa Mínimo de los Estudiantes Colombianos, y por tanto quedó para la historia como el año de una de las mayores conquistas de la movilización estudiantil en Colombia, que para el caso de Medellín tuvo como epicentro la recién fundada Ciudad Universitaria.

50 AÑOS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA
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