El Parque Monumento es una iniciativa de memoria de la Asociación de Familiares Víctimas de Trujillo que denuncia la masacre de Trujillo y dignifica a las víctimas mediante una pluralidad de espacios, lenguajes y expresiones. Allí, los osarios de vida y esperanza representan el trabajo de duelo hecho a mano con la memoria.
“Black Lives Matter” (las vidas negras importan) empezó como un hashtag en redes sociales que se convirtió en un movimiento internacional de lucha contra el racismo, una protesta ciudadana contra la violencia racial que interpela la conciencia de la humanidad, mientras nosotros, que supimos de la ignominia de los “falsos positivos” hace más de una década, seguimos sin un hashtag y sin una ciudadanía movilizada que reconozca que todas las vidas importan.
En su ensayo sobre los abusos de la memoria, Todorov reivindica el uso de la memoria ejemplar, que siempre he comprendido como un llamado a compartir nuestras memorias, a vernos en el espejo de la memoria de otros para reconocernos y aprender de nuestro pasado para afrontar el presente. Vivimos en un presente violento que nos demanda reacción, si es que pensamos que el mal pasado nos ampara del peor futuro.
El coronel de García Márquez siempre espera el telegrama de su pensión lleno de expectativa y frustración; lo mismo viven en Colombia las víctimas del conflicto armado que buscan una indemnización. ¿Por qué se demora tanto la reparación?
Desconcierta que algunos directivos de la administración universitaria hayan decidido borrar el mural del cirirí creado hace menos de un mes por estudiantes universitarios. Si crearlo fue un acto profundamente político, borrarlo también lo fue. Hacerlo desaparecer puede leerse, en el contexto universitario, como una estrategia de silenciamiento.
Es innegable que hoy son noticia los migrantes de Medio Oriente al igual que los de Centro y Sur América, entre estos últimos los de Venezuela en el norte de Chile, los imparables de Tapachula o los varados en la ciudad colombiana de Necoclí en su éxodo hacia Estados Unidos.
¿Qué pasa cuando uno narra su propia historia y construye una disposición simbólica de ella? ¿Qué pasa cuando las propias víctimas del conflicto armado disponen de sus testimonios para crear sus propias obras de arte, en especial, de teatro? Una reflexión sobre las obras escénicas creadas por víctimas.
En abril del 2021 circuló en el Catatumbo, Norte de Santander, la segunda edición del periódico Pacificultor que abrió sus páginas con la editorial que compartimos a continuación, escrita por el sacerdote Jairo Gelvez Tarazona, párroco de la región.
De las informaciones que algunos medios producen sobre el Paro Nacional en Colombia pueden extraerse varios errores que se cometieron en el cubrimiento del conflicto armado. Recuperar esos aprendizajes y ponerlos en práctica hacen que valga la pena hacer memoria.
En la conmemoración del Día Internacional por los Derechos de las Mujeres, resalto el trabajo de las mujeres víctimas del conflicto armado, quienes con sus luchas expresadas a través de la acción colectiva, innovadora y transgresiva, han aportado a la reconstrucción de una sociedad destruida por la guerra.