Varios factores llevaron a la Comisión de la Verdad a apoyarse en el mayor centro de educación superior de Antioquia. Dos comisionados, uno de ellos vinculado a la universidad, y el director de la Unidad Especial de Paz de la institución académica explican cómo trabajarán en el departamento.

Por: Carlos Olimpo Restrepo S.

El estudio, la construcción y preservación de la memoria del conflicto armado interno colombiano ha sido una constante de diferentes unidades académicas de la Universidad de Antioquia (U. de A.) y, en especial, de los hechos acontecidos en el departamento sede y regiones vecinas.

Este es el factor que más peso tuvo en las consideraciones de los integrantes de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, para considerar la alma mater de Antioquia como una aliada estratégica para el desarrollo de la misión que deben adelantar durante los próximos tres años.

“Tenemos un acuerdo marco con la Comisión de la Verdad en el que se tratan asuntos muy generales de cooperación”, explica Hugo Buitrago, director de la Unidad Especial de Paz de la U. de A. “Estamos concretando el desarrollo de dos líneas de trabajo: una es que nosotros, como universidad, podamos determinar el acervo de todos los estudios que, desde distintas unidades académicas, ha desarrollado la universidad sobre el conflicto”, agrega.

El docente e investigador sostiene que estas investigaciones y la documentación recopilada a lo largo de las décadas convirtieron a la universidad en uno de los centros académicos con mayor conocimiento y experiencia sobre la confrontación armada.

“El trabajo no solo será listar lo que se ha hecho, sino que debemos tener claro dónde están los énfasis de la investigación que se desarrolló, cuáles son los alcances, qué parámetros fueron encontrando sobre el conflicto. Ese acervo académico, teórico, histórico, intelectual, le va a entregar a la Comisión de la Verdad elementos fundamentales que le permitan explicar el conflicto, en particular en Antioquia”, agrega Buitrago.

Alejandro Valencia Villa, quien desde la Comisión liderará el grupo de trabajo para Antioquia, Eje Cafetero y sur de Córdoba, recuerda que “hace unos meses hicimos desde la coordinación de Bogotá un mapeo de fuentes para saber qué hay y qué se ha hecho en el país en torno a estos temas, para identificar bases de datos, archivos, informes, investigaciones y descubrimos que este trabajo se hizo con gran atención en Antioquia”.

“La universidad ha mostrado un interés increíble de involucrar diversas facultades para dar apoyo en algunos temas. Por ejemplo, ya se está adelantando un trabajo sobre salud pública y conflicto armado; la Facultad de Bibliotecología ha ofrecido sus servicios a ver cómo puede apoyar a la Comisión e incluso para dar asesoría archivística a algunas organizaciones de la región”, indica Valencia.

Saúl Franco, otro de los integrantes de la Comisión, añade que “sabemos que están las investigaciones del Instituto de Estudios Regionales (INER), las del Instituto de Estudios Políticos, de las diferentes facultades; también sabemos de los archivos de distintos profesores, de documentación de la Asociación de Profesores y tenemos que hacer una revisión de esas fuentes”.

Tras esto, la Comisión “procederá a contrastar esas voces para tratar de ver qué es lo más consistente, qué es lo más riguroso y aproximarnos a un relato no que resuelva todas las dudas ni que ponga a todo el mundo de acuerdo, pero sí que llegue a los puntos más claros, a los que aguanten más la realidad o se acerquen más a ella, y a la prueba de verificación y contrastación, y con base en eso hacer un relato que se vuelva a discutir con la gente, para tratar de llegar a una verdad no negociada, sino a la verdad más rigurosa posible, más universal, más integral y que, al mismo tiempo, nos ayude en la dirección de acercarnos en lugar de seguir divididos y enfrentados”, señala Franco.

Pero esa no será la única ayuda de la U. de A. a la Comisión. “Para nosotros será fundamental el despliegue territorial que tiene la universidad. Esa es una puerta de entrada que la universidad nos dará. Va a ser capital para adelantar algunas cosas en el departamento”, dice Valencia.

Saúl Franco, Lucía González y Francisco de Roux, miembros de la Comisión de la Verdad, se reunieron con profesores y directivas de la Universidad de Antioquia en marzo del 2018. Foto: cortesía Mauricio Castaño.

La verdad interna de la Universidad

Pero además de este apoyo documental y logístico, la Universidad de Antioquia también trabajará con la Comisión de la Verdad para entregar su versión sobre lo sucedido a trabajadores, docentes y estudiantes en el centro de educación superior durante el conflicto armado.

“Tenemos una relación muy fuerte con las universidades; ya tenemos firmado, por ejemplo, un convenio con la Universidad de Antioquia que, por fortuna, cuenta con una Unidad de Paz”, afirma Franco. Este médico e investigador de salud pública recuerda que “en este departamento ha sido muy fuerte la incidencia del conflicto en el campo educativo, tanto contra estudiantes como profesores de escuelas y colegios, así como de nuestra Universidad de Antioquia”.

En este sentido, el profesor Buitrago sostiene que un aspecto muy importante es “la construcción de nuestro relato sobre el conflicto, en relación a si como universidad somos víctimas y, de otro lado, si dentro de la universidad misma ha habido actores del conflicto que participaron de manera activa en el mismo”.

El director de la Unidad Especial de Paz añade que “ese trabajo de construir nuestra memoria, saber qué nos pasó, por qué nos pasó, tiene que servir de parámetro y de ejemplo para otras instancias del país, tanto sociales como institucionales, porque si la U. de A. no es capaz de hacer ese ejercicio, si nosotros como académicos, como personas formadas, con los grados de civilidad que se supone tenemos, no somos capaces de hacer eso, entonces ¿quién lo puede hacer en el país?”.