El comisionado Saúl Franco es consciente de las dificultades que implica buscar la explicación del conflicto armado en medio de la violencia y por eso hace un llamado para generar confianza y detener acciones como el asesinato de líderes sociales.
Varios factores llevaron a la Comisión de la Verdad a apoyarse en el mayor centro de educación superior de Antioquia. Dos comisionados, uno de ellos vinculado a la universidad, y el director de la Unidad Especial de Paz de la institución académica explican cómo trabajarán en el departamento.
El jueves 27 de agosto de 1987, a las 8:30 de la mañana, Saúl Franco abordó un avión en el aeropuerto José María Córdoba de Rionegro con destino a Río de Janeiro. Solo habían transcurrido cuarenta horas desde el asesinato de sus amigos y colegas Héctor Abad Gómez y Leonardo Betancur.
El deber de la Universidad de Antioquia es contribuir a la construcción de la verdad del conflicto armado en Colombia. Pero también explicar cómo la afectó y su grado de responsabilidad en el mismo. Así lo manifestaron tres de los once miembros de la Comisión de la Verdad que pasaron por la alma mater.
Cinco de los once miembros de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición tuvieron un primer encuentro con representantes de diversos sectores de Medellín y Antioquia, quienes expresaron sus inquietudes y recomendaciones frente al trabajo que van a desarrollar durante los próximos tres años. El reto principal, concluyeron, será entender “por qué pasó lo que pasó” en el país, con la participación de la pluralidad de voces que esperan ser escuchadas.