El deber de la Universidad de Antioquia es contribuir a la construcción de la verdad del conflicto armado en Colombia. Pero también explicar cómo la afectó y su grado de responsabilidad en el mismo. Así lo manifestaron tres de los once miembros de la Comisión de la Verdad que pasaron por la alma mater.
Por Víctor Casas
Fotos cortesía Mauricio Castaño
En su paso por Medellín, el padre Francisco de Roux, Lucía González y Saúl Franco, tres de los once integrantes de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición (CEV), se reunieron con decanos, directores de institutos y profesores de distintas dependencias de la Universidad de Antioquia.
En la charla informal, los comisionados llamaron la atención a los representantes de la comunidad universitaria para que apoyen con su conocimiento el proceso que emprendieron hace un par de meses.
Para De Roux, presidente de la CEV, en este momento de la historia la universidad debe ser pertinente, interdisciplinaria y responsable. “Pertinente para nosotros significa que tiene que estar trabajando los asuntos que más le importan a la sociedad”, hoy en día, el esclarecimiento de qué fue lo que nos llevó a un conflicto con más de ocho millones de víctimas y que todavía continúa. “Interdisciplinaria, porque una verdad que no es interdisciplinaria no es verdad”. Según De Roux, problemas como los que enfrenta Colombia requieren de las ciencias básicas, pero también se necesita la reflexión profunda de las ciencias sociales y las ciencias humanas. Asimismo, “la universidad tiene que ser responsable, pues no basta con que se esclarezca la verdad, sino que también hay que trazar la ruta para que las soluciones se pongan en práctica”, concluyó.
Franco explicó que, por ahora, tienen definidas tres líneas de trabajo con las universidades. Esperan contar con el acumulado de producción de conocimiento que tienen respecto al conflicto armado, pero piden que toda esa información sea sistematizada y procesada para facilitar su asimilación en un periodo tan corto como tres años, plazo que tiene la CEV para operar. Por otra parte, quieren contar con la capacidad instalada de las universidades, su disponibilidad, experiencia y tecnología para que los asesoren en distintos campos.
Y finalmente, en el caso particular de instituciones como la Universidad de Antioquia, que fueron golpeadas de manera directa por el conflicto, esperan que ellas mismas construyan sus propios relatos de verdad.
Francisco de Roux y Lucía González, miembros de la CEV, junto a Hernando Muñoz, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, quien organizó el encuentro entre los comisionados y representantes de la comunidad universitaria. Foto: cortesía Mauricio Castaño.
La universidad frente al espejo
Además de apoyar el proceso de construcción de la verdad del conflicto armado colombiano, la Universidad de Antioquia debe, a juicio de los comisionados, hacer un trabajo de introspección que permita explicar qué fue lo que le pasó. “Mal haríamos nosotros en contarle a la Universidad de Antioquia cuál es su verdad. Yo quisiera invitar a la Universidad a que se asuma como sujeto colectivo y que establezca con rigor explicativo qué fue lo que vivió en el conflicto”, afirmó De Roux.
En el mismo sentido se pronunciaron Franco y González, quienes invitaron a la Universidad para que construya la verdad de lo que le ocurrió, pero que también determine su grado de responsabilidad en la gestación del problema y la participación de actores armados en su interior. “Aquí también se gestó la revolución y ¿qué pasó con esa revolución que se convirtió en violencia sobre la misma universidad? preguntó González, quien además le hizo un llamado al nuevo rector, John Jairo Arboleda, para que en cabeza de la institución juegue un papel más determinante en la construcción de la paz.
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