Floras es una adaptación del texto Y cómo no se pudrió: Blancanieves, de la artista española Angélica Liddell. Esta obra del colectivo LhacerArte pone en la escena teatral la violencia a la que es sometida una niña en medio del conflicto armado y reflexiona sobre la instrumentalización del cuerpo infantil y femenino como botín de guerra.

Por: Juliana Builes Aristizábal

Fotos: Cortesía LhacerArte

La obra de teatro Floras es dirigida por Mariana Duque, creadora del colectivo artístico LhacerArte del municipio de El Santuario, Antioquia. La dramaturgia, según lo explica la directora, contó con la participación de muchas y diversas voces que han contribuido a la memoria colectiva sobre el conflicto armado.  

Según Mariana, la adaptación teatral del texto de Liddell, que ya retomaba al personaje literario de Blancanieves, pasó por diferentes procesos de reestructuración. “Realizamos un collage dramático, en el que cambiamos palabras y llevamos a cabo talleres. Estos talleres, llamados ‘Narrativas ausentes’, se hicieron con los integrantes del colectivo artístico LhacerArte”, contó la directora antes de la presentación de Floras en el Parque Biblioteca de Belén, un sábado de junio.  

También destacó que la obra ha sido fuertemente influenciada por la organización Madres de Falsos Positivos de Soacha, Mafapo, quienes han participado de otros procesos teatrales como Antígonas, tribunal de mujeres, dirigido por Carlos Satizábal del Teatro Nacional La Candelaria. De acuerdo con la directora, que también estudia Teatro en la Universidad de Antioquia, con las madres de Mafapo hicieron talleres de “Narrativas ausentes” y, agrega, “ellas pusieron a nuestra disposición textos propios, que han enriquecido esta obra”. 

En Floras la figura de Blancanieves se fragmenta de forma simbólica en ocho mujeres. En cada intervención, estas mujeres se unen para denunciar la opresión de los hombres y del Estado en medio del conflicto armado. El escenario está lleno de símbolos que aluden a una situación de guerra, represión y abusos. Las llantas de tractomula, por ejemplo, representan el entrenamiento militar al que las niñas y adolescentes reclutadas son sometidas por la fuerza; dos hombres de uniforme negro y botas de combate retratan el poder arbitrario de quienes tienen las armas. Por su parte, los vestidos rojos de las mujeres que interpretan a Blancanieves, tal como afirma la directora de la obra, simbolizan el dolor, la sangre y las espinas de las rosas, en contraste con los hombres armados, que evocan la oscuridad. 

Según el Registro Único de Víctimas (hasta el 31 de mayo de 2023), ocurrieron 39 821 hechos que atentan contra la libertad y la integridad sexual en desarrollo del conflicto armado. Esta entidad también reporta que 9557 niñas, niños y adolescentes fueron víctimas de reclutamiento forzado a manos de grupos armados ilegales. 

LhacerArte, colectivo teatral que gestó la obra, tiene un proceso pedagógico popular y comunitario que responde a la articulación de diferentes jóvenes de El Santuario, en el Oriente antioqueño, y a una iniciativa de la Casa de la Cultura municipal, donde Mariana se desempeñaba como promotora de teatro.  

Sin embargo, tras el estreno de Floras en el teatro Juan Pablo II de El Santuario, el 25 de julio del 2021, la directora de la obra fue apartada de su cargo en la Casa de la Cultura. “Me dijeron que ellos tenían una perspectiva más costumbrista, que no les gusta el teatro para levantar costras, que les gustaba otro tipo de obras. Entonces las personas de la Casa de la Cultura me dicen que no continúo más en el proceso de promotora de teatro, por la temática de Floras”, explicó Mariana Duque. 

Este suceso desencadenó una censura que no solo afectó la expresión artística, sino también a la joven directora como habitante de El Santuario. “Nosotros presentamos la obra y aproximadamente dos meses después, estalló la noticia de que un concejal del municipio estaba involucrado en una banda de proxenetismo y había abusado de una menor. Algunas personas decían que la obra de teatro pretendía culparlo a él por esos actos. Después de eso, nos censuraron”, contó Mariana.  

“El teatro donde habíamos presentado la obra era propiedad de un párroco y no nos permitieron regresar allí. Además, nos quedamos sin un espacio para ensayar. Comenzó una segregación y persecución, no tanto hacia el grupo, sino hacia mí como directora, que era la cabeza visible del proyecto”, agregó. 

Después de que se calmaron las aguas en la polémica por la obra, Floras comenzó a presentarse en varios municipios del Oriente antioqueño gracias a la autogestión. Marinilla, El Carmen de Viboral y La Unión se convirtieron en los epicentros de esta obra teatral que buscaba hacer una denuncia pública de la violencia sexual que han vivido las mujeres y las niñas en el conflicto armado colombiano.  

Posteriormente, en colaboración con la Comisión de la Verdad, LhacerArte llevó la obra a Rionegro, función que coincidió con la entrega del Informe Final, el 28 de junio del 2022. Floras también se presentó en el contexto de la Semana de la Verdad en el municipio de San Carlos, entre el 22 y 24 de junio del mismo año.  

En el 2023, el colectivo LhacerArte regresó a su lugar de origen. Floras volvió al escenario en El Santuario el 5 de enero, durante las fiestas del Retorno. El recinto del teatro Juan Pablo II se llenó, y la gente presenció un poderoso ejercicio de memoria de su propio territorio a través del arte. 

El camino se abrió hacia el ámbito internacional, y en abril, Floras llegó a territorio brasileño, donde participó en el Festival de Teatro de Minas Gerais. Mariana Duque relató: “Fue algo increíble. La gente se puso de pie, aplaudió y nos invitaron nuevamente al festival para el próximo año. Además, ganamos un premio en la categoría de mejor producción en cartografía artística”. 

En este momento el colectivo LhacerArte está presentando su obra M.A.T.A.M.O.S.C.A.S., acerca de las memorias de la infancia en el conflicto armado. Tanto Mariana como el colectivo han encontrado una forma de hacer teatro para construir tejido social, a través de ejercicios de memoria que buscan la no repetición.