Este especial del periódico De la Urbe recoge las voces de cuatro reconocidos fotoperiodistas, que han dedicado buena parte de sus vidas a retratar el conflicto y la violencia en Colombia.

Por: Karen Parrado Beltrán & Laura García Giraldo*
Foto: Federico Ríos

Estamos acostumbrados a acudir a las imágenes para encontrar en ellas recuerdos, la evidencia del paso del tiempo, a veces refugio, también una idea sobre lo que hemos sido. El relato de la fotografía es, especialmente, testimonio, más aún si se trata de hechos violentos que han marcado a un país entero; es ahí cuando adquiere mayor sentido lo que muestra e, incluso, lo que deja de mostrar.

Las imágenes de la guerra en Colombia hace tiempo dejaron de ser las fotos tomadas por encargo en algún paraje conflictivo, o en algún pueblo sitiado por un grupo armado, y han dado paso, paulatinamente, al registro de fotoperiodistas interesados en construir un relato propio sobre esta guerra. La fotografía se disputa su espacio como un testimonio significativo de lo que la guerra les ha hecho a las personas, a los pueblos y a la vida en general.

Recientemente, la exposición y el documental El testigo, sobre el trabajo del fotoperiodista antioqueño Jesús Abad Colorado, fueron noticia. Más de quinientas fotografías, en blanco y negro o a color, algunas de ellas inéditas, capturadas entre 1992 y 2018, aparecieron para mostrar y recordar la violencia y las víctimas del conflicto armado colombiano. Tanto impacto tuvieron estas imágenes en la opinión pública que resulta inevitable preguntarse por qué buena parte del país no había notado la guerra que para muchos ha sido cotidianidad.

En un país donde casi nadie quiere conservar las imágenes de la guerra, el trabajo de los fotoperiodistas ha sido muchas veces marginado por quienes lo entienden como un aditivo de las redacciones. Sin embargo, son sus fotografías las que han permitido dimensionar los matices de una sociedad en conflicto y su diversidad de testimonios y testigos.

Para este especial recogemos cuatro miradas reconocidas por su trabajo sobre el conflicto y la violencia; algunas veces desde los combates de guerrilla, ejército o paramilitares; otras en medio del dolor de las víctimas, en los campamentos de las FARC o desde las calles de Medellín.