Flor Gallego, Cruz Hernández y Cémida Cardona son familiares de algunos de los desaparecidos de la vereda La Esperanza, en El Carmen de Viboral. Su lucha por la verdad, la justicia y la reparación las hizo merecedoras de un reconocimiento de la comunidad.

Por: Esteban Tavera

Tres mujeres son el símbolo de la lucha que hace 22 años emprendió la comunidad de la vereda La Esperanza, en El Carmen de Viboral, por la dignidad de los trece campesinos desaparecidos y asesinados a manos de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio en alianza con la Fuerza Pública.

Ellas son Cémida Cardona, Flor Gallego y Cruz Hernández. Las tres perdieron seres queridos en una serie de incursiones que los paramilitares, al mando de Ramón Isaza, ejecutaron en la vereda entre junio y diciembre de 1996. Esa pérdida las unió y desde entonces se han acompañado en la lucha por encontrar la verdad de lo que pasó con sus familiares.

El mayor logro lo consiguieron en agosto del 2017, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoció la responsabilidad del Estado en los hechos ocurridos veinte años atrás.

La incansable lucha de las tres mujeres las llevó a recibir, el pasado 6 de diciembre, un reconocimiento en El Carmen de Viboral. Allí, sus vecinos de la vereda, representantes de organizaciones sociales, de la administración municipal, líderes de organizaciones de víctimas del Oriente antioqueño, homenajearon su labor y agradecieron la determinación que han tenido para seguir adelante denunciando lo que les ocurrió, sin importar el paso del tiempo y la indiferencia de buena parte de la sociedad.

“Este homenaje es un mensaje de apoyo para quienes hemos luchado incansablemente por el territorio. Es un llamado a que sigamos luchando más unidos para poder vencer ese monstruo tan grande de la impunidad, que cada día crece más con este nuevo Gobierno”, dijo Flor Gallego al final del evento.

Para Bayron Góngora, el abogado de la Corporación Jurídica Libertad que logró llevar el caso de La Esperanza hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el acto del 6 de diciembre fue también un reconocimiento al papel que desempeñaron las mujeres en el proceso organizativo. “En la vereda La Esperanza, como pasó en la mayoría de los territorios afectados por el conflicto armado, la mayoría de las víctimas directas fueron hombres. Eso hizo que las mujeres, al verse despojadas de sus esposos, padres, hermanos, les tocara asumir un rol muy protagónico. No solo fueron fundamentales para sacar adelante a sus familias, sino también en todo este proceso organizativo que ha traído tantos logros. Sin ellas, hubiera sido imposible mantener esta lucha de 22 años”, resaltó Góngora.

Por su parte, Julián Vasseur, enlace de víctimas de El Carmen de Viboral, señaló el motivo que llevó la Unidad de Víctimas y al Municipio a impulsar el homenaje: “Creemos que es importante visibilizar a estas personas porque han luchado sin descanso por la verdad y por la justicia en el territorio. También es un mensaje de que aquí queremos seguir impulsando la memoria y motivando a la comunidad para que se vincule a estos temas”.

Al evento también asistió Alejandro Valencia Villa, representante de la Comisión de la Verdad, quien socializó con los asistentes algunos de los objetivos centrales que tendrán durante los próximos tres años. Él también quiso resaltar el trabajo de las víctimas sobrevivientes de La Esperanza: “Estar aquí, acompañando a los familiares de las personas desaparecidas en la vereda La Esperanza, es una manera muy humilde de mostrarles nuestro reconocimiento y respeto por el ejemplo dan con su dignidad, su humanidad y su perseverancia en esta lucha tan difícil de exigir la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición”, señaló.

También intervinieron Fernando Valencia, director de la Corporación Conciudadanía; Alejandra Arenas, personera de El Carmen de Viboral y de Jhon Fredy Ospina, procurador provincial del Oriente Antioqueño.

Al final del homenaje, los más de cien asistentes pudieron conocer de cerca algunas iniciativas de memoria que se desarrollan en esa subregión del departamento de Antioquia.