Donde los grupos armados ilegales hacían sus grafitis en los años más crudos del conflicto, un colectivo del municipio de San Carlos hoy pinta murales.
Por Víctor Casas
Fotos: cortesía Corporación Memoria de Sueños y Esperanzas
En la vereda La Hondita, en San Carlos, los muchachos de la Corporación Memoria de Sueños y Esperanzas pintaron un mural. Lo hicieron en la fachada de una casa abandonada al pie de la carretera que comunica con el vecino municipio de Granada, la misma vía por la que salieron desplazados miles de sancarlitanos.
El de ayer fue el mural número veintiuno realizado por el colectivo conformado por José, Valentina, Alejandra, Danilo y Juan, quienes desde hace un año intervienen muros que en el pasado fueron usados por los grupos armados ilegales para intimidar a la población. “Hace años veíamos por la mirilla de la puerta cómo los grupos al margen de la ley hacían sus grafitis y escribían en las paredes sus arengas. Pensábamos que en algún momento podríamos transformar esos espacios, pero en medio del conflicto no lo hicimos porque nos podían asesinar”, explica José López, el creador de la iniciativa.
José, de 35 años, nació y creció en San Carlos, pero como al 78 por ciento de los habitantes de ese municipio, ubicado en el Oriente antioqueño a 119 kilómetros de Medellín, le tocó dejar todo por culpa de la guerra. En el 2001, uno de los años más crudos del conflicto, recibió dos amenazas de muerte y tuvo que huir al valle del Aburrá. Allí se quedó por ocho meses hasta que decidió volver a su pueblo.
“San Carlos ya no es un referente de guerra sino de resiliencia y de perdón. Eso lo estamos mostrando en cada uno de los muros que pintamos”
José López, artista
La idea de resignificar espacios a través del arte se les ocurrió hace aproximadamente ocho años. Empezaron a tocar puertas y a buscar financiación, pero nada pasó. Sin embargo, no dejaron morir el proyecto, años más tarde lo retomaron y diseñaron su propia metodología de trabajo que consiste en estimular las memorias de los habitantes de la zona donde se hace la intervención artística. El colectivo realiza talleres con la comunidad para conocer sus historias, sus recuerdos anteriores al conflicto, lo que son ahora y cómo se ven en un futuro. Es de ahí que salen las ideas para los murales.
De los primeros veinte murales, la mitad los hicieron con dinero de sus propios bolsillos. Para la otra mitad recibieron apoyo de distintas entidades y particulares que creyeron en su iniciativa. El mural de ayer y los nueve siguientes, fueron financiados por el proyecto “San Carlos, caminos de reconciliación” y estarán ubicados sobre la carretera, donde aún hoy hay casas abandonas y semidestruidas que siguen generando violencia visual.
San Carlos, caminos de reconciliación
El proyecto, que tiene como objetivo fortalecer los procesos de memoria, reconciliación y construcción de paz que se desarrollan en ese municipio del Oriente antioqueño, es liderado por Corporación Región y cuenta con el apoyo de USAID y ACDI/VOCA. También participan de la iniciativa la Alcaldía de San Carlos, Coogranada y su Fundación Social, Celsia y el proyecto Porvenir II, la Unidad Nacional para las Víctimas, la Unidad de Víctimas de la Alcaldía de Medellín. Asimismo, los socios del Programa de Alianzas para la Reconciliación: la Fundación Saldarriaga Concha, la Corporación Interactuar y la Federación Nacional de Cafeteros.
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