Pintando la realidad es el nombre del primer álbum de la agrupación musical de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó. Esta producción, acompañada por los ritmos de la música campesina, recopila 11 canciones que construyen un repertorio de memoria e historia basado en las vivencias de los pobladores. 

Texto: Juliana Builes Aristizábal

Foto: Estefanía Raigoza

La música siempre ha formado parte de la cultura de la comunidad. Durante los 26 años de resistencia que llevan como espacio de paz en el municipio de Apartadó, Urabá antioqueño, ha sido una de las formas de encontrarse y divertirse aun en medio de las dificultades de habitar un territorio inmerso en el conflicto armado.  

Aníbal Jiménez fue el primer formador en música y danza de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó; además de ser el creador del himno, fue un miembro activo en los procesos de fundación y de su declaratoria de paz en 1997. El líder cultural fue asesinado en la masacre del 4 de abril de 1999. Sin embargo, su legado musical ha sido retomado por otros miembros de la comunidad. 

Inicialmente, la música congregaba a las personas en torno a géneros campesinos y parranderos, en una región que se acerca a la costa Caribe, está vinculada a las montañas del Occidente antioqueño y trae aires de los ríos anchos y veloces del Chocó. Pero esa música que se escuchaba y cantaba allí, como la parranda o las coplas cantineras para amenizar los diciembres, comenzó a transformarse, según lo menciona uno de los integrantes de la agrupación musical de la Comunidad de Paz, Vladimir Arteaga. “Empezamos a pensar: ¿por qué no, a través de esta música, hacer memoria y contar nuestra historia? Hablar de los que han dado la vida por nosotros, los que han consolidado las ideas y los que han luchado por que está comunidad salga adelante”.  

La Comunidad de Paz de San José de Apartadó surgió como una respuesta a la intensificación del conflicto armado en la región de Urabá. Es un proceso campesino que se gestó en 1997 como una alternativa para vivir en medio de la guerra. El 23 de marzo de ese año sus habitantes, de 14 veredas, firmaron la Declaratoria de Comunidad de Paz, respaldados por la Iglesia católica.

Los habitantes del corregimiento querían permanecer al margen de los enfrentamientos entre guerrilla, paramilitares y Ejército, por lo que establecieron unas reglas que todos los miembros de la comunidad se comprometieron a cumplir: desligarse de cualquier actor amado, no ayudar o colaborar con ninguno que quisiera inmiscuirse en el territorio y no sembrar coca ni participar de su comercio. A pesar de esta declaratoria, en los años siguientes, la Comunidad de Paz, en el corregimiento de San José, fue víctima de masacres, desplazamientos forzados, asesinatos selectivos y la destrucción de sus proyectos productivos. 

No obstante, los habitantes de las 14 veredas han podido sanar esas heridas, recuperarse materialmente y continuar su lucha por la paz. En años recientes han creado alternativas para la seguridad alimentaria y para sostenerse económicamente. El “Cacao de la paz” es hoy su principal proyecto. A la par de estos procesos de reconstrucción del tejido comunitario, la música se fue volviendo una manera de convocar a más personas en torno a la insistencia de su declaratoria y, sobre todo, comenzó a establecerse como una memoria de lo que habían vivido.  

A partir del 2010, cuatro personas conformaron la Agrupación Musical de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, empezaron a sonar las guitarras, a repetir estribillos de música parrandera antioqueña y a componer sus propias letras, y ya en el 2019 contaban con cinco canciones terminadas.  

Vladimir Arteaga y sus compañeros se plantearon grabar un CD, hacer crecer el proyecto artístico. “La gente nos apoyó y nos compró el CD antes que saliera; con ese dinero, pudimos componer, grabar y materializar el álbum Pintando la realidad”, relata el músico, quien fue uno de los que recogió el legado del líder Aníbal Jiménez. Todo eso lo hicieron en las fincas de San José, con la ayuda y el disfrute de los vecinos. “Es un logro muy grande poder escribir todo lo que queríamos, sin que nos censuraran, poder contar nuestra historia”, añade Arteaga, quien es la voz cantante del grupo. 

Este disco fue lanzado en el corregimiento de Apartadó el 23 de marzo de 2022, como parte de la conmemoración anual de la declaratoria de paz. Más de un año después, este 9 de junio de 2023, la Agrupación Musical se presentó por primera vez fuera de su corregimiento.  

En el corredor expandido del Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo de la Universidad de Antioquia, Vladimir y sus compañeros interpretaron canciones como La tierra, Pintando la realidad, Aún seguimos caminando y La tierra al rededor del mundo, en un concierto organizado por el grupo de investigación Periodismo y Arte y por la Unidad de Paz de la Universidad de Antioquia. 

En este evento, también se presentaron los grupos Canto Vivo y Academia Rap, en una actuación que culminó con una canción construida conjuntamente entre las tres agrupaciones, combinando ritmos de hip hop, música campesina y del Pacífico, con el objetivo de aportar a la paz de manera colectiva. 

Ahora, la Agrupación Musical de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó desea continuar cantando en otros lugares de Antioquia y de Colombia para dar a conocer su primer álbum. Sin embargo, la presencia de actores armados persiste en el territorio, por lo que las personas del corregimiento se enfrentan a riesgos de seguridad cada vez que desean salir de sus predios. En este momento, la comunidad internacional sirve de garante para que Pintando la realidad siga siendo cantado y mostrado al mundo, por aquellas personas que desean compartir su historia en un proceso comunitario de memoria.