Desde 2016, Tejipaz apoya la economía de campesinos, víctimas del conflicto armado y firmantes de la paz. Esta asociación del Oriente de Antioquia ha logrado exportar sus productos a Norteamérica y Europa.

 

Por Paula Ruiz Torres

Imagen de portada: Diego Andrés Zuluaga

En fincas de Granada, Antioquia se produjo un café que llegó a los mercados de Norteamérica y Europa en 2017. Se trata del café Tejipaz, una iniciativa de campesinos de este municipio antioqueño que hoy está exportando su café especial a Estados Unidos, Francia y Holanda y que, además, “está adelantando las gestiones para también enviar el grano a Canadá, Arabia Saudita y Emiratos Árabes”, según informó el Ministerio de Agricultura.

El municipio de Granada, conocido como la cuna del cooperativismo, fue uno de los municipios del Oriente antioqueño que padeció con más fuerza los horrores de la guerra. El miedo, las pocas oportunidades laborales y el desplazamiento masivo fueron el germen que incentivó la creación de la Asociación Tejiendo Territorio para la Paz (Tejipaz).

Una paloma hecha de origami azul es el logotipo de la asociación. Papel transformado, moldeado, trabajado. Así mismo es el trabajo que se hace desde Tejipaz, describe Claudia Giraldo, directora de la asociación. Un trabajo de transformación que busca dinamizar la economía granadina, pero más que eso: resignificar el territorio y reparar los tejidos sociales que la violencia rompió.

“Cuando se construyó el Salón del Nunca Más (el lugar de memoria de Granada), nuestro mayor sueño era retornar y trabajar nuestras tierras. En ese sentido, nació Tejipaz, como un apoyo a la producción campesina”, contó Claudia Giraldo, quien es víctima del conflicto armado. Según ella, Tejipaz responde a la necesidad de respaldar los procesos productivos de quienes sobrevivieron a la violencia que acarreó el conflicto armado en este municipio.

La empresa y asociación Tejipaz nació en 2016 como una iniciativa comunitaria que hoy alberga de manera directa e indirecta a más de 614 familias campesinas, la mayoría de ellas víctimas del conflicto armado, mujeres cabeza de hogar, personas en condición de discapacidad y jóvenes emprendedores.

Foto: cortesía Mariana Martínez.

Además, ha sido el escenario en el que alrededor de veinte firmantes de paz han decidido reintegrarse a la sociedad civil y apostarle a la paz, desde su trabajo en el campo. “La guerra nos dejó muchas divisiones, muchas desconfianzas, muchos miedos, entonces este proyecto trata de juntarnos”, resaltó Claudia.

En sus casi seis años de existencia, Tejipaz ha logrado aprovechar el potencial agrícola de sus tierras, en especial los cultivos de café de especialidad, motivando a los campesinos de la región a sembrarlo y sirviendo como intermediario entre compradores y campesinos para que sus productos puedan ser comercializados bajo la premisa de precios justos.

 

Un proyecto que enfrentó a la tragedia

Según datos del Registro Único de Víctimas, a junio del 2016 (año en que se fundó Tejipaz), Granada registra 33 mil 719 casos de desplazamiento forzado, lo que da cuenta de cuán masivo fue el fenómeno del desplazamiento en este municipio. De hecho, el registro de víctimas aclara que el número de casos de desplazamiento sobrepasa la población del municipio, dado que una persona pudo haber sido desplazada en varias ocasiones. 

En este contexto, en 2007 surge la Organización de Víctimas Unidas por la Vida (Asovida) que, según destacó Claudia Giraldo, fue el pilar de lo que hoy es Tejipaz: “Para mí Tejipaz no existiría si no existiera Asovida”, recalcó.

Opinión que respaldó Gloria Ramírez, quien es parte de esta organización de víctimas desde hace 17 años e integrante de Tejipaz, al explicar que “Asovida cuenta la historia de lo que pasó en el territorio, es la memoria de los que murieron. Ahora, Tejipaz hace referencia a los vivos, a los que quedamos aquí”.

Según estas lideresas, Tejipaz es la iniciativa de los sobrevivientes y una idea que nace de las escasas posibilidades económicas de quienes retornaron al municipio, en especial de los campesinos, que no sembraban por no tener a quien vender sus cosechas. “No había proyección a futuro”, comentó la directora de Tejipaz y agregó que “hoy ya tienen una ruta de comercialización en la que no tienen que preocuparse si van a tener dónde vender, sino que esto ya está garantizado”. 

A pesar de que hoy, el café especial Tejipaz está siendo exportado a otros países, la asociación y comercializadora tuvo que sortear grandes retos para obtener los sellos de respaldo necesarios. Sobre esto, Claudia Giraldo contó que: “las personas no sabían llevar los registros que nos solicitaban o desconocían cómo realizar abonos o entender los análisis de suelo. Había un alto nivel de analfabetismo”. Por ello, recurrieron a diferentes instituciones educativas, las cuales se vincularon al proyecto a través de tutorías, convenios y alianzas. Y como estas, otras entidades deportivas y socioculturales se sumaron.

 

‘Desde el ser para poder hacer’

Bajo este eslogan, los integrantes de Tejipaz, han vinculado a sus procesos a otros municipios de Antioquia como San Rafael, San Carlos, Cocorná, San Luis y Concepción, entre otros, haciendo caso de la forma más antigua de comercio; el trueque. En este caso, se trata de un trabajo mancomunado en el que los municipios intercambian saberes, productos y procesos, de acuerdo a las capacidades y herramientas de cada uno.

De hecho, la asociación Tejipaz ha realizado cuatro certámenes de café, que destacan la calidad de los productos cafeteros granadinos. El último de ellos, realizado en noviembre del 2021, se hizo a nivel regional, incluyendo a otros municipios del Oriente antioqueño.

Foto: cortesía Mariana Martínez.

Según Edgar Restrepo, caficultor e integrante de la Unidad de Desarrollo Rural del municipio de Concepción, cuyos integrantes son víctimas del conflicto armado, “los caficultores debían transportarse y llevar su materia prima a los municipios más cercanos, pues en Concepción no había compra de café. Ahora que estamos vinculados con Tejipaz, podemos hacerlo”.

Y son precisamente estas alianzas las que le han permitido a Tejipaz poder aumentar su producción, pero si bien “hoy ya tenemos un volumen muy alto de comercialización, el dilema es que no tenemos los suficientes fondos, porque nos hacen los pedidos y no tenemos capacidad de compra y nosotros todavía no somos atractivos para acceder a créditos en los bancos”, admitió Claudia Giraldo.

Pese a ello, Tejipaz y su gente siguen trabajando por generar opciones de sostenibilidad para quienes retornan y continúa innovando en sus productos, a través del café y sus particulares presentaciones como el té de cáscara de café, la cerveza artesanal de café o el café ‘pasión’, que combina café y maracuyá.

Entre las proyecciones de Tejipaz se encuentra la idea de exportar otros productos como la panela y el fríjol, además, abrir más espacios como el ‘Café de la Memoria’, un atractivo lugar ubicado en Granada en el que propios y turistas son convocados por lo exquisito del café del Oriente antioqueño, así como por los dulces, chocolates y pasteles que combinan a la perfección con la calidez de este espacio en el que cada pared, a través de citas e imágenes, da cuenta de lo que esta entidad significa para el municipio.