Yolanda Campuzano presentará este jueves 23 de enero ¿Qué nos pasó? El conflicto armado contado a los jóvenes, un libro que sintetiza la violencia política en Colombia, desde la Guerra de los Mil Días hasta ahora.

Por: Marta Alicia Pérez G*
Ilustración: Laura Ospina Montoya

Este libro, al igual que las fotografías de Jesús Abad Colorado, que visibilizan el dolor de las víctimas y las dignifica, es un canto a la memoria, un trabajo contra el olvido y en especial contra el desconocimiento de lo sucedido en estos años de guerra, dolor y muerte que hemos padecido en nuestro país, Colombia.

La autora, una bibliotecóloga, que hace honor a su profesión, por lo ordenado, acucioso y detallado de su relato, pone el punto de mira en los jóvenes, en quienes piensa cuando escribe, sin olvidar a los adultos, muchos ignorantes de algunos de los hechos que aquí se narran.

Les dedica el libro a las víctimas del conflicto, pero también a sus nietos, aún niños, para contarles lo que ha sucedido y para ello emplea un lenguaje franco y comprensible, no por ello menos riguroso. Ella, como los buenos autores, recurre a la sencillez en la escritura, lo que hace que el lector no decaiga en su interés por conocer lo que narra en sus dieciséis capítulos, que abarcan los principales fenómenos de nuestra historia, desde la llamada Guerra de los Mil Días, que estalló en 1899 y terminó en 1902, que denomina como la ‘herencia’ que nos dejó la lucha entre conservadores y liberales, y que hoy, con actores distintos, continúa.

El libro está a la venta en las librerías Grámmata y Al Pie de la Letra, en Medellín, y también en sus tiendas en línea.

Todo el siglo XX y las dos décadas que han transcurrido del XXI aparecen en el libro como años de un conflicto violento en el que, a pesar de intentos por detenerlo, no se ha conseguido esa anhelada paz ‘estable y duradera’ que preconiza el  reciente Acuerdo de Paz, firmado con la  guerrilla de las FARC,  por el que la autora se inclina en un intento de tomar partido, que solo se percibe al final del último capítulo, llamado muy apropiadamente “Contra viento y marea”, porque en todos los demás capítulos del texto se respira un aire imparcial y objetivo que se atiene con rigurosidad a los hechos, basándose en una bibliografía de los autores más representativos que se han ocupado de escribir sobre lo que ha sucedido en estos años de guerra, o de conflicto, que otros no lo llaman así, sino de un enfrentamiento terrorista con el Estado.

El asesinato de Gaitán, que da lugar al periodo denominado la Violencia, la dictadura de Rojas Pinilla, las guerrillas (todas), el paramilitarismo, el narcotráfico, la Guerra Fría, así como los diversos grupos y sectores sociales como los campesinos, los indígenas, los obreros y los afrodescendientes son asuntos que se tratan en el libro. En el capítulo denominado “Los años de plomo”, uno de los más duros, se ocupa de recordarnos las masacres paramilitares y guerrilleras que sufrió la población civil, como la masacre de Bojayá; también la eliminación de los integrantes de la Unión Patriótica, partido legal, producto de un acuerdo de paz con el presidente Belisario Betancur; la toma sangrienta del Palacio de Justicia; y los llamados ‘falsos positivos’, un hecho ignominioso que manchó la ética militar.

Finalmente, el libro se pregunta  por la tenencia de la tierra, por quién hizo qué en el conflicto y por qué pasó lo que nos pasó; para terminar refiriéndose a la escurridiza paz, a la entrega de armas de las guerrilla de las FARC y al capítulo final, que ya mencioné: “Contra viento y marea”, en el que se refiere a la creación de la Jurisdicción Especial para la Paz– JEP–, a la Comisión de la Verdad y la Unidad para la Búsqueda de Personas Desaparecidas, instancias que han sido objeto de críticas para desprestigiarlas; y al nombramiento de un nuevo director para el Centro Nacional de Memoria Histórica, que niega que haya existido un conflicto armado en el país, en abierta contradicción con el informe ¡Basta Ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad, editado en 2013 por el mismo Centro Nacional de Memoria Histórica, cuando lo dirigía el investigador Gonzalo Sánchez, y al que la autora del presente libro, cita en varias oportunidades.

Un libro que, como correlato, en su párrafo final aboga por el esclarecimiento de la verdad de lo que nos pasó y porque esta aclaración, según palabras de su autora, contribuya a que “el odio y la venganza salgan de nuestro escenario” y clama para que “el título del libro, no se vuelva presente y se convierta en ¿Qué nos pasa?”

No podía dejar de mencionar las excelentes ilustraciones que acompañan cada uno de los dieciséis capítulos del libro, e igualmente su ágil diseño, a cargo de una joven dibujante, y además periodista de la Universidad de Antioquia, quien hace gala de talento y originalidad y que, en consonancia con el propósito de la autora, pensó dirigirlas a un público joven, pero que al mirarlas también seducen a los adultos, igual que el libro.

*Profesora Jubilada. Escuela Interamericana de Bibliotecología. Universidad de Antioquia.