Memorias cruzadas evoca las miradas, en retrospectiva, de los sobrevivientes, los periodistas y los mismos victimarios sobre el conflicto armado en Colombia. Sin embargo, es apenas el punto de partida para seguir impulsando procesos de memoria en las regiones, para que la sociedad civil y el periodismo se animen a contar lo que se calló por años.

Recordar para contar y narrar. Desde distintos rincones del país, víctimas y testigos del conflicto armado hacen memoria sobre los efectos de la guerra en sus territorios. Durante los últimos 25 años, la confrontación entre la entonces guerrilla de las Farc, los paramilitares y las fuerzas militares dejó marcas físicas y emocionales entre la población civil que hoy, en el escenario del llamado posacuerdo, hacen parte de sus relatos y exigencias de reparación integral.

Memorias cruzadas nace tras la firma hace dos años del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc, en un contexto que permite narrar esas historias que difícilmente podían documentarse cuando la entonces guerrilla hacía presencia en los territorios. Es el resultado de un ejercicio periodístico impulsado por Consejo de Redacción (CdR), la red de periodismo de investigación en Colombia, que en varios talleres formativos brindó herramientas y técnicas narrativas para que reporteros, desde distintos puntos geográficos, contaran historias sobre la memoria del conflicto.

Una gran parte de las crónicas de este especial reconstruye la violencia perpetrada por las extintas Farc contra comunidades como la de San Adolfo, una inspección del municipio de Acevedo en el departamento del Huila, y Santa Cecilia, un pequeño poblado de Risaralda, vecino del departamento de Chocó. En ambos lugares la guerrilla perpetró ataques contra las estaciones de policía, en el primero usando gases tóxicos que afectaron a la población y, en el segundo, asesinando a un civil y secuestrando a un cabo. En Santa Cecilia, de no ser por la intervención de un profesor, la tragedia habría sido mayor.

Otra de las crónicas expone las marcas de Puerto Saldaña, un pueblito del sur del Tolima, que las Farc casi borran del mapa en el año 2000. Allí sus habitantes quieren pasar esa página de ese cruento pasado, esperando que el Estado les brinde garantías para retornar y, sobre todo, reactivar su vida en la producción de alimentos. En Usme, una localidad en el sur de Bogotá, y Viotá, un municipio de Cundinamarca, sus habitantes juntan las piezas históricas sobre cómo las Farc tuvieron injerencia política en sus pueblos y cómo esa presencia se revirtió en contra de la población, estigmatizándola y exponiéndola al recrudecimiento de la violencia.

Estas memorias, como las piezas de un rompecabezas, ponen luz también a la responsabilidad que tuvieron las fuerzas militares en el conflicto. En Santa Rita, una vereda del municipio de Aipe, en el Huila, un niño de 10 años murió por las balas que dispararon miembros del Gaula del Ejército, en un episodio ya condenado por la justicia ordinaria. El especial además pone “ojos” en la implementación del Acuerdo de Paz, que propone entre sus principales puntos la Reforma Rural Integral, que significa la democratización de la tierra y un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.

En ese contexto, el documental la Tierra de Nadie evidencia los esfuerzos y obstáculos a los que se han enfrentado los campesinos de Sumapaz, en la localidad 20 de Bogotá, por construir la Zona de Reserva Campesina, una figura clave para garantizar el acceso y uso de las tierras para las comunidades que históricamente carecen o tienen tierra insuficiente. Y, en Vista Hermosa, Meta, sobre cómo se hace urgente el funcionamiento de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, para el esclarecimiento de estos crímenes de lesa humanidad en el municipio.

No podían faltar las memorias de seis reporteros que documentaron los episodios más cruentos de la guerra en diversos pueblos de Antioquia y Chocó. Su experiencia, escribiendo y fotografiando la realidad de estas últimas dos décadas, evoca con olores y colores las dificultades de la reportería en terreno.

Memorias cruzadas evoca las miradas, en retrospectiva, de los sobrevivientes, los periodistas y los mismos victimarios sobre el conflicto armado en Colombia. Sin embargo, es apenas el punto de partida para seguir impulsando procesos de memoria en las regiones, para que la sociedad civil y el periodismo se animen a contar lo que se calló por años.

Periodistas: María Jimena Neira, Angela Zamin, Juan Carlos Pérez, Sefarín Marquin, Daiana González, Alejandra Imbachí, Camilo Alzate, Deisy Viviana Arévalo, Natalia Romero, Sebastián Benavides y Felipe Jiménez.

Editoras: Margarita Isaza, Tatiana Navarrete, Juliana Castellanos y María Clara Calle.

Editora general: Ivonne Rodríguez.


Periodistas por las veredas del dolor
Seis reporteros que en su labor cotidiana recorrieron los caminos y pueblos de Antioquia y Chocó, dos de los departamentos más golpeados por la guerra, y quienes hoy, al mirar atrás, se dan cuenta de la dimensión de los hechos que contaron y de cómo esa memoria de país se les grabó en la piel. Leer más.

 


Usme, el bastión urbano de las Farc en la década del noventa
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) hicieron de Usme, una localidad en el sur de Bogotá, su bastión de guerra y la puerta de entrada a la capital del país a finales de la década del noventa. Leer más.


‘Viotá la roja’: la revolución agraria que la guerra apagó
En Viotá, Cundinamarca, nació la Guardia Roja, un movimiento campesino que de la mano del Partido Comunista luchó por la repartición equitativa de la tierra y el derecho a sembrar café. Pero las diferencias con los frentes de financiación de las Farc y la posterior llegada de los paramilitares precipitaron su declive. Leer más.


La sábana blanca de Jesús Castillo
En una tarde lluviosa del año 2000, un centenar de guerrilleros estuvieron a punto de reducir a cenizas la estación de policía de Santa Cecilia, Risaralda, con los quince agentes que había adentro. Pero entre el fuego a veces hay sorpresas inesperadas. Leer más.


Puerto Saldaña después de dos décadas
El corregimiento del sur del Tolima que fue arrasado por las Farc en el año 2000, sigue luchando por dejar atrás el capítulo de la guerra. Menos de la mitad de sus habitantes han retornado. Otros, como Luis Mendoza, salieron para no volver. Hoy, después de 18 años, Mendoza regresa a su pueblo y se reencuentra con su pasado. Leer más. 


Tierra de nadie: las promesas incumplidas de la Zona de Reserva Campesina de Sumapaz
Desde hace 18 años, los habitantes de la localidad 20 de Bogotá han luchado por establecer una Zona de Reserva Campesina para proteger su territorio y sus costumbres ancestrales. En el camino se han encontrado con diversas barreras institucionales. Leer más.


El eterno niño de Santa Rita
Cuando Divier Alexander Jiménez Clavijo fue asesinado, tenía diez años de edad, los bolsillos llenos de guayabas y los ojos repletos de sueños. Ocho años después ese nombre evoca, entre los jóvenes y viejos de Santa Rita, una vereda del municipio de Aipe, en el departamento del Huila, una época difícil por cuenta del miedo que infundían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y el Ejército Nacional de Colombia. Leer más.


La tarde en que las Farc atacaron con gases tóxicos
Más de 15 años después del ataque en San Adolfo, Huila, sigue sin resolverse qué sustancia utilizó la guerrilla en una de las peores arremetidas del conflicto armado en este pueblo. Leer más.


La verdad esquiva de la desaparición en Vista Hermosa
La Red de Mujeres Desplazadas de este municipio del Meta se aferra a los recuerdos de sus desaparecidos para tomar fuerza y seguirle pidiendo al Estado que sus casos no mueran en el olvido. Leer más. 

 

 

Investigación realizada bajo el proyecto “Periodismo para narrar la memoria”, de Consejo de Redacción, con el apoyo de la AGEH y la DW Akademie. Publicada originalmente aquí