El salón Esmeralda del Hotel Tequendama fue el lugar en el que la voz de las víctimas del conflicto armado en Colombia fue la protagonista. Ríos de vida y muerte lanzó la segunda parte de su megaproyecto que busca reconstruir la memoria de las víctimas de desaparición forzada por las riberas del Río Cauca.

Por: Consejo de Redacción

El río Cauca, el segundo más importante del país, pasa por cerca de 83 municipios, cinco departamentos, y por una historia de guerra que durante años lo convirtió en una fosa común acuática que escondía bajo sus turbulentas aguas, centenares de víctimas de la desaparición forzada.

El lanzamiento de la segunda fase de Ríos de vida y muerte II fue la invitación a descubrir este proyecto periodístico multimedia que a través de ocho investigaciones sobre desaparición forzada, podcast y una base de datos en construcción, se propuso reconstruir memoria y mostrar la realidad de la desaparición forzada en el país.

Esta iniciativa periodística organizada por Consejo de Redacción en alianza con Rutas del Conflicto, con el apoyo de la Deutsche Welle Akademie, y sus aliados en Colombia: Hacemos Memoria y Vokaribe Radio, la Cooperación Alemana y la Pontificia Universidad Javeriana, recorrió 22 municipios de las riberas del río Cauca y el cauce del río Magdalena para llegar a la voz de  las víctimas y darles un espacio para contar sus historias.

Es muy importante que estas historias se cuenten, en algunos casos se han  silenciado, y por eso es un trabajo importante para conocer la historia de las víctimas, tratar de buscar las personas desaparecidas y esclarecer lo que pasó con ellos. Es, apenas, la punta del iceberg. Se contaron algunas historias, pero hay muchísimas más que faltan por contar y son muchos los ríos en Colombia que tienen sus historias que contar.

Matthias Kopp, DW-Akademie

Óscar Parra, director de Rutas del Conflicto. Foto: CdR.

Reivindicar para no olvidar

“Mi esposo era Jorge Adalberto Franco Argumedo, maestro y militante del partido comunista cuando lo desaparecieron”, así empezó Temilda Vanegas su intervención en el primer panel del evento titulado La memoria histórica desde el periodismo. Investigando la desaparición forzada en el río Cauca.

En su narración destacó que lo que ella busca es reivindicar la posición política de su esposo, porque según ella, por temor a represalias, las personas casi nunca reivindican esa parte de sus familiares desaparecidos. Su esposo desapareció el 4 de noviembre de 1987: salió a su sitio de trabajo y nunca más volvió. Apareció flotando en las aguas del Río Magdalena. Según el periódico regional estaba pescando, perdió el equilibrio y murió.

“Eso no era cierto porque Jorge nadaba más que un tiburón. Cuando apareció tenía las manos y los pies amarrados con alambres de púas, no tenía ojos, no tenía uñas, ni en las manos ni en los pies; tenía ácido, en la cara y en la espalda; le faltaba un colmillo; mejor dicho: le faltó cuerpo para las torturas que le hicieron”.

Crear un registro a partir de los talleres que se hicieron en diferentes lugares y con familiares de víctimas, donde ellos mismos con su testimonio hicieron una reconstrucción de su familiar, fue un primer paso para acercarnos a lo que queremos que sea Ríos de vida y muerte, que es ser una gran base de datos informativa de casos de desaparición.

Lia Valero, periodista de Rutas del Conflicto

En este primer espacio, no solo se destacó la lucha de los familiares de los desaparecidos, sino también el trabajo de las personas que al ver algunos cuerpos flotantes decidieron actuar y aportar a la construcción de la memoria.

Albeiro Cañas, es el comandante del Cuerpo de Bomberos de Marsella y destacó que ellos recogían los cuerpos que veían flotando, hacían el levantamiento y por iniciativa propia crearon una minuta en la que detallaron la ropa o las cicatrices, entre otros datos, de los cuerpos recuperados.

La voz de las víctimas

En el segundo panel las protagonistas fueron María Hernández, de Montería, y  Delfia Carvajal, de Barrancabermeja, quienes participaron en los talleres de capacitación que se realizaron para esta iniciativa, en la que las víctimas construyeron sus propios relatos en compañía del equipo de investigación.

El segundo panel fue moderado por Ginna Morelo y Juan Gómez, periodista de Rutas del Conflicto. Foto: CdR.

La conversación inició con la pregunta ¿Cómo las recibe Bogotá?, y de esa manera se dio el paso para que ellas narraran sus historias y entre algunas lágrimas, contaron la crueldad de los hechos que vivieron.

El lanzamiento finalizó con la entrega simbólica de la base de datos y archivos obtenidos sobre desaparición forzada, en este proyecto, a Marta Ruiz y Ana Carolina Guatame de la Comisión de la Verdad y la Unidad especial para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado.

Foto: Consejo de Redacción

El periodismo pone luz y ayuda a los organismos del Estado, encargados de la búsqueda de personas, a encontrarlos. Lo que destaco de este tipo de trabajos es que le pone rostro humano, a veces con estos temas nos quedamos en las cifras, acá vemos la historia de la gente, conocemos los seres humanos.

Marta Ruiz, comisionada de la Verdad