Koleia Bungard, periodista y escritora colombiana, indagó acerca de la escritura testimonial de las víctimas del conflicto armado colombiano y la importancia de seguir sumando voces y relatos a la memoria colectiva del país.

Por: Lina Flórez
Fotos: Archivo particular

Koleia Bungard llegó a los Estados Unidos como última estación de un viaje realizado por Centroamérica. Durante su recorrido conoció a quien es hoy en día su pareja y padre de sus hijos, con quienes vive en Tucson, Arizona. Desde el desierto, Bungard reflexionó sobre Colombia, las guerras y las historias que aún necesitan ser contadas.

Matriculada en la maestría de Estudios Latinoamericanos, en la Universidad de Arizona, pasó tres años investigando sobre la historia del conflicto armado colombiano y la importancia de los testimonios de las víctimas en la construcción de memoria. Conversamos con ella sobre sus reflexiones, ahora cuando en Colombia nos preguntamos por la manera de abordar la memoria histórica y las voces que necesitan ser sumadas al relato colectivo de país.

¿Cuál fue el punto de partida de esta investigación sobre escritura testimonial de las víctimas del conflicto armado colombiano?

La investigación partió de la revisión de tres libros producidos durante unos talleres sobre escritura testimonial con víctimas del conflicto. Estos talleres se realizaron en Medellín entre el 2006 y el 2010. Diez años después de la producción del primer libro, yo viajé a Colombia para entrevistar a algunos de los autores que participaron de estos talleres, y conocer cómo había sido su experiencia. En esas entrevistas les pregunté, por ejemplo, sobre el concepto de víctima, sobre su relación con ideas como la elaboración del trauma, el significado de justicia o perdón; también hablamos sobre la relación con los libros que escribieron y si habían conservado la amistad con algunos de los otros asistentes a los talleres.

Me costó mucho trabajo encontrarlos, pero muchos de los que encontré fueron muy receptivos y se sintieron muy agradecidos de poder hablar otra vez. Conseguí entrevistar a varios y durante las conversaciones era casi inevitable que ellos volvieran a contar su tragedia, así yo no lo buscara, las personas tenían la necesidad de hablar de lo que pasó, no solo de lo que había representado el taller. Eso fue duro para mí como investigadora, porque yo no tengo ningún bagaje para conversar con alguien que ha sufrido la guerra, y creo que ese es un reto tremendo para los periodistas que quieren cubrir temas de memoria histórica.

¿Por qué investigar sobre la escritura testimonial de las víctimas del conflicto armado colombiano?

La profesora Patricia Nieto tiene mucho que ver con eso. Después de salir de Colombia y llegar a Estados Unidos, decidí estudiar una maestría en el 2016; escribí sobre investigar algo en Colombia, no tenía muy claro el tema pero apenas me aceptaron y empezaron las clases tenía que concretarlo, entonces le escribí a Patricia y le pregunté si conocía algún tema en Colombia que estuviera relacionado con la escritura testimonial de víctimas. Tenía claro que quería estudiar la historia de la guerra en Colombia, quería entender, tenía 30 años y no entendía qué había pasado en Colombia ni que estaba pasando.

Patricia me dio algunas opciones y me contó sobre el trabajo De su puño y letra, realizado entre el 2006 y el 2010, que incluso hizo parte de su investigación del doctorado. A partir de allí decidí escribir el proyecto de volver sobre este trabajo y saber qué había pasado diez años después con las personas que participaron en él. Era un tema que combinaba la historia de la guerra con la voz en primera persona de quienes la han sufrido.

¿Cuál fue la aproximación central a la hora de entrevistar a las personas que escribieron sus testimonios?

En mi tesis hablo de las expectativas que tienen los testimonialistas; el testimonio en Latinoamérica ha sido muy estudiado, porque ha sido el recurso empleado para construir memorias. Es importante aclarar que memoria histórica, según el enfoque que estaba estudiando, en Latinoamérica se concentra en las historias de dolor, la memoria histórica son historias de muerte, y pareciera que se redujera a recopilar historias de secuestros, de tortura, de asalto sexual, desapariciones. La memoria histórica después de las dictaduras en el cono sur, se reducía a que la otra persona contara su tragedia.

Hay muchas expectativas frente al tema, y una de ellas tiene que ver con el trauma, sobre todo porque ciertos investigadores dicen que escribir te va a curar el trauma. Frente a esa idea de si la escritura sana o no, tuve que dar un paso atrás, porque más que eso yo quería buscar las opiniones después de muchos años de haber escrito un testimonio, las percepciones que tienen estas personas sobre lo que significó esa experiencia, pero no solamente en términos de elaboración de duelo, sino frente a la relación que tienen con otros conceptos.

Mis preguntas se enfocaban, por ejemplo, en conocer su percepción sobre el concepto de víctima, si tenían problemas o no con esa palabra. Algunos no, pero otros sí, porque para algunos ya habían pasado diez años de la victimización y no quieren ser vistos como víctimas. Algunos por ejemplo han creado empresas, entonces es más importante ser reconocidos como emprendedores que como víctimas. Esta palabra es clave y hay que saber qué opiniones existen frente a ella.

Otra pregunta era por las expectativas alrededor de temas como la elaboración del duelo, el curar el trauma, recibir justicia, o alcanzar el perdón. Es importante el tema de la justicia, porque hay quienes consideran que solo por dar su testimonio van a alcanzar justicia, y no es siempre así, no es que por hablar el asesino vaya a la cárcel; y más allá de eso aparece la pregunta ¿qué es justicia para cada persona? Entonces esas palabras también tienen una carga muy subjetiva dependiendo de cómo se ha vivido el dolor de la guerra.

¿Cómo influyó este proceso en tu vida personal y familiar?

Estudiando memoria histórica empecé a utilizar una manera diferente de nombrarla y es la conciencia histórica. Creo que eso nos falta en Colombia, ser más conscientes de la historia, comprender de dónde vienen los conflictos y cómo la guerra es consecuencia de muchos otros asuntos de fondo, del tema de la apropiación indebida de las tierras, de los desplazamientos, de la discriminación, pero sobre todo un interés muy grande de las elites por acaparar.

Ahora es muy importante hablar de conciencia histórica al lado de la memoria histórica, porque se puede seguir recopilando historias de dolor, pero necesitamos hacer más énfasis en la historia de Colombia, no solo de hace veinte años, sino de más atrás. Por eso ahora yo hablo más de la necesidad de tener conciencia histórica de Colombia. La investigación me transformó como persona y como colombiana, y me llevó a pensar ¿para qué estoy escribiendo? no puedo simplemente salir del tema y ya, de hecho a partir de ahí nació Diario de Paz.

En mis estudios sobre la literatura testimonial escrita por víctimas del conflicto, encontré, creo que la razón de ser de mi ejercicio periodístico ahora, que es promover la paz y la conciencia histórica, producir contenidos que inviten a otros colombianos a hacer conscientes de la historia, y resaltar las historias de resiliencia, resaltar las maneras en las que las comunidad han logrado resolver sus conflictos, las maneras de poner a dialogar las diferencias.

Me interesa la literatura testimonial sobre víctimas pero también la construcción de paz, porque creo que debe ir de la mano toda la reflexión sobre la paz, la paz incluye escuchar el dolor de la guerra, pero también resaltar las experiencias de quienes de verdad están construyendo paz. No sabemos muy bien por qué nos estamos matando desde hace tanto tiempo, pero tampoco sabemos cómo se construye paz. Ese es el rinconcito que yo encontré y desde el cual estoy explorando una manera de mirar el periodismo colombiano, hablando de la capacidad que tienen los seres humanos de reponerse al dolor y ayudar a otros.

¿De qué se trata entonces Diario de paz?

Yo pensaba en cómo hacer para incluir más voces de colombianos en la escritura del país, porque ya he visto que una víctima con un apoyo editorial puede escribir un relato, y si no existiera ese apoyo muchas de esas historias no existirían. Paralelo a mi investigación he trabajado como editora, entonces quería crear un espacio en el que se democratizara la narración sobre Colombia.

Mientras estudiaba la escritura testimonial de las víctimas del conflicto armado, pensaba que es importante que en Colombia no sea solo el periodista o el académico el que escriba o reflexione sobre la historia del conflicto armado. Es importante crear canales en los que las personas puedan entrar en procesos de escritura propia, para aportar su voz al diálogo nacional. Así cree el portal Diario de Paz, invitando a cualquier colombiano que quiera compartir un relato que resalte alguna experiencia pacífica o que nos ayude a entender alguna parte del conflicto, y ofrecer el apoyo editorial.

Creo que es importante crear espacios de comunicación en los que se elaboren contenidos constructivos y pedagógicos, en los que cualquier persona tenga la posibilidad de contar o participar en la construcción de un relato, no son solo fuentes, son creadores y colaboradores activos de los relatos. El objetivo central es construir relatos que incluyan las voces de todos los colombianos, desde todos los territorios, y es un trabajo permanente.

Diario de Paz es otra polifonía de voces, no necesariamente ligadas a la guerra, sino ligadas a preguntarnos quiénes somos, no enemigos en un conflicto, sino cómo podemos crear hermandad a través de la palabra. Es un proyecto sin ánimo de lucro, sin ninguna vinculación partidista, necesitamos más espacios en los que podamos hablar de lo que somos.

Uno no puede estudiar las guerras de Colombia y simplemente pasar la página, habría que ser muy indolente para estudiar la guerra y no querer hacer algo para ayudar a los que han sufrido o concienciar a los que vienen. Creo que hay que producir contenidos para los padres de familia, por ejemplo, para los maestros, para los niños, porque tenemos que explicarnos entre todos que nos ha pasado.

Koleia Bungard es periodista egresada de la Universidad de Antioquia y magíster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Arizona. Foto: archivo particular.

La tesis de Koleia Bungard,  Writing by Heart. Victims of the Colombian Armed Conflict Write their Testimonies, está disponible, aquí

Para conocer más sobre Diario de Paz puedes ingresar aquí.