Tras el nombramiento de Darío Acevedo como nuevo director general del CNMH se han escuchado las voces de personas y organizaciones que temen que la información que depositaron en esa entidad sea mal usada. Hablamos con Álvaro Villarraga, director de Acuerdos de la Verdad, una dependencia que cuenta con información confidencial de paramilitares, testigos, expertos y víctimas.

Por: Esteban Tavera
Foto: CNMH

En sus ocho años de existencia, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) ha recibido los testimonios, documentos, reflexiones y hasta objetos personales de miles de personas, como contribución a la memoria del conflicto armado colombiano. Pero tras la designación de Darío Acevedo como nuevo director de la institución, hay incertidumbre entre organizaciones sociales y algunas de esas personas que entregaron en custodia sus memorias.

Álvaro Villarraga, quien está al frente de la Dirección de Acuerdos de la Verdad, dependencia del CNMH que tiene a su cargo la tarea de recoger los testimonios de excombatientes paramilitares que no incurrieron en graves violaciones a los derechos humanos y a quienes se les ofreció libertad a cambio de verdad, afirma que desde esa dirección diseñaron una ruta estricta de manejo confidencial de la información. Entre 2013 y 2018, entrevistaron a trece mil desmovilizados de grupos paramilitares. Con esos testimonios, que son contrastados con víctimas, testigos, expertos y miembros de organizaciones sociales, se han elaborado tres informes y se tienen proyectados seis más.

Hablamos con Villarraga para conocer los retos que tiene esa Dirección tras la llegada Darío Acevedo, y para consultarle sobre la protección de la valiosa información que tiene bajo su custodia.

¿Qué expectativas tiene frente a la llegada del nuevo director general del CNMH?

Espero que el nuevo director, Darío Acevedo, tenga una labor atenida a los mandatos legales y misionales, expresamente me refiero a la Ley 1448, que le creó un orden claro al Centro Nacional de Memoria Histórica de atender a las víctimas del conflicto, causadas por todos los actores perpetradores sin exclusión alguna y en perspectiva reparadora.

Algunas víctimas y actores sociales le han entregado al CNMH su testimonio y existe el temor de que estos datos sean usados en sentido contrario a como se venía haciendo, ¿cómo responde usted a esas preocupaciones?

Desde luego hay algunas preocupaciones que nos han entregado directamente a quienes estamos en el Centro Nacional de Memoria Histórica, de organizaciones de víctimas o de otros actores como testigos o personas que hicieron parte del conflicto. Estas preocupaciones son porque ojalá la nueva dirección general se atenga a los criterios orientados para el manejo de la verdad y de su documentación. Además, porque se preserven los archivos, que no haya ninguna desfiguración, que no haya ocultamiento y que se manejen de una manera ponderada.

Hay este tipo de preocupaciones porque existe una discusión pública y porque el director nombrado ha expresado algunas opiniones que parecieran orientarse hacia negar el conflicto o los temores por si no existe un suficiente compromiso con todas las víctimas, incluyendo a las que son responsabilidad estatal. Esas preocupaciones han sido señaladas por organizaciones de víctimas y debemos, como institución, obrar en coherencia con la Ley, con los derechos humanos y, por tanto, con el tratamiento sin discriminación, sin ocultamiento y con la decisión de esclarecer la verdad, sea la que sea que corresponda en cada caso. Por eso le asiste al nuevo director general el mismo compromiso que a Gonzalo Sánchez, el director anterior.

Hoy, Darío Acevedo se ve en la necesidad de obrar en conformidad con la ley para respetar las solicitudes de anonimato de las víctimas y los manejos confidenciales de información de quienes fueron históricamente victimarios para no causar una incoherencia o una traición a las necesidades de seguridad y a las propias observaciones en aras de la protección de quienes han contribuido a la verdad.

Mucha de la información que ustedes recopilan es de carácter reservado, ¿cómo se almacena ese archivo para garantizar la seguridad de quienes aparecen allí como testigos, víctimas o perpetradores?

Desde la dirección de Archivos de la Verdad tenemos información valiosísima y muy amplia. Contamos con testimonios grabados, en buen grado también transcritos, y documentación de soporte de 18 mil voces de personas que pertenecieron al paramilitarismo, algunas de ellas, allegando documentos e incluso objetos. En segundo lugar, contamos con entrevistas seleccionados con víctimas de los territorios y con otros actores, en algunos casos, organizaciones y colectivos y, en otros, personas muy representativas de las regiones.

Quiero destacar que en esta Dirección de Acuerdos de la Verdad existe un archivo muy valioso, que va a reflejar muchas de las cosas del conflicto en el tema que nos obliga legalmente, que es indagar y esclarecer el paramilitarismo. Pero también que esta información está resguardada en criterios de confidencialidad. Es información que, en principio, no se ha puesto al público abiertamente, sino que se hará progresivamente. Esta información se va dando a conocer a partir de los informes regionales que hemos publicados.

Pero, ¿en algún momento se podrá acceder a esta información de manera libre?

En el contexto de los tres años que nos quedan para terminar este ejercicio, se está contemplado que progresivamente toda esa información se irá haciendo pública. Los relatos de todos los paramilitares se están clasificando, seleccionando y las mejores contribuciones, en versiones ya escritas y editadas, pero siendo fieles al contenido y a la forma de todo lo revelado, podrá ser consultado en atención al derecho a la verdad de las víctimas y del conjunto de la sociedad. Desde luego, en algunos casos, se mantendrá el anonimato en procura de la seguridad y la protección, pero nunca habrá negación del contenido de las respectivas narraciones que se dan.

¿Les preocupa que con la llegada del nuevo director se frenen procesos o se dé un giro en la política del CNMH?

Desde luego que esperamos que todos los planes estratégicos, incluidos los Acuerdos de la Verdad, puedan tener el cumplimiento previsto. Tenemos un proyecto de inversión aprobado por Planeación Nacional a tres años y ya contamos con presupuesto garantizado para este año. Pero precisamente por la demora en el nombramiento, están paralizadas parcialmente las actividades, lo cual esperamos que se supere en tanto que ya hay un director en propiedad.

No conocemos ninguna directriz u opinión del nuevo director sobre el trabajo del Centro, salvo algunas observaciones generales que han trascendido en sus declaraciones a los medios de comunicación. Notamos, por ejemplo, en algunas declaraciones, que él no hace referencia a cómo algunas personas desmovilizadas del paramilitarismo también son objeto de ejercicios de memoria histórica en el Centro, pero yo creo que hace parte de lo que él mismo ha señalado públicamente. Primero, necesita enterarse del estado del arte de lo que está haciendo la institución para, de acuerdo con eso, asumir sus directrices y sus acciones de liderazgo en el desarrollo de los trabajos.

Por eso esperamos que él conozca las implicaciones de las Ley 1424, de sus decretos reglamentarios y las obligaciones legales que nos asisten como Centro Nacional de Memoria Histórica para concluir con este proceso de Acuerdos de la Verdad, desde luego, dándoles todas las garantías a quienes intervienen en este proceso y para que los equipos puedan llevar a efecto los ejercicios del esclarecimiento que venimos entregándole a la sociedad.

¿Y en cuanto a que haya un giro en los objetivos del CNMH?

Sin duda alguna hay un camino amplio ya recorrido desde Centro de Memoria y por la Dirección de Acuerdos de la Verdad, por lo que se espera que se culminen exitosamente muchos trabajos, al menos en el horizonte de la Ley, que es hasta el año 2021. Ya le corresponderá al Congreso de la Republica, en el momento en que se surta el proceso, revisar la Ley.

La Unidad de Víctimas, la Unidad de Tierras y Bienes, los Jueces de Restitución de Tierras y el Centro Nacional de Memoria Histórica, es decir, todas las instituciones que creó la Ley de Víctimas deben ser evaluadas por el Congreso en el 2021. En ese momento se debe dar una discusión abierta a todas las víctimas y al conjunto de la sociedad sobre la pertinencia y la posibilidad de que este conjunto de instituciones pueda tener de cara a los derechos de las víctimas. De manera que, de aquí a 2021 yo creo que no puede haber un sobresalto ni un giro sobre los compromisos misionales de Ley con los derechos de las víctimas.