La Universidad de Antioquia y la comunidad granadina se unieron para fortalecer el archivo fotográfico de la Asociación de Víctimas Unidas de Granada (Asovida) con la ejecución del proyecto Imágenes de la memoria. Se espera que este esfuerzo aporte a las necesidades de reparación en este municipio del Oriente antioqueño y a la construcción de la verdad del conflicto armado en Colombia.
Por Esteban Tavera
Fotografías: Archivo de la Asociación de Víctimas Unidas de Granada (Asovida)
El archivo de la Asociación de Víctimas Unidas de Granada (Asovida), en el que reposan las actas de fundación de la asociación, decisiones judiciales relacionadas con procesos de reparación, notas de prensa y fotografías de las víctimas y de las acciones de resistencia emprendidas por esta comunidad, es uno de los registros de Derechos Humanos que despierta mayor interés para la Comisión de la Verdad que fue acordada en La Habana por el Gobierno y la guerrilla de las Farc. Estos documentos serán esenciales a la hora de entender la complejidad de las dinámicas del conflicto en este municipio y en el Oriente antioqueño.
Por esta razón, Isabel Vinasco y Ana María Tangarife, profesoras de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia, se propusieron organizar el archivo que juiciosamente elaboraron las víctimas desde el año 2007, cuando se fundó la asociación.
“Nos acercamos a Asovida porque es una de las organizaciones que aparece en el Censo de archivos de organizaciones defensoras de Derechos Humanos, realizado por la bibliotecóloga Marta Giraldo. En esta investigación, se identificaron los archivos de asociaciones de víctimas de Antioquia que requieren algún tipo de intervención, y uno de ellos es el de Asovida. Al principio, formulamos una propuesta que pretendía organizar la documentación del archivo, pero la comunidad nos sugirió que trabajáramos con las fotografías, pues las imágenes son indispensables para el trabajo de la organización”, cuenta Ana María Tangarife, una de las profesoras involucradas en el proceso.
Fue así como surgió Imágenes de la memoria, un proyecto que diseñó una metodología para organizar el archivo fotográfico de Asovida, con el apoyo de miembros de la comunidad que han participado en acciones relacionadas con la memoria del conflicto en este municipio. El proceso duró ocho meses y fue apoyado por el Banco Universitario de Programas y Proyectos de Extensión (BUPPE) de la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Antioquia,, una misión universitaria que pretende que el conocimiento esté al servicio de la sociedad.
La primera fase consistió en diagnosticar el estado en que se encontraba el archivo fotográfico. Durante ese proceso, las investigadoras encontraron imágenes repetidas y otras en mal estado; además, muchas de las fotografías no tenían información sobre las personas o los hechos retratados.
El siguiente paso fue depurar la información recopilada por Asovida y otras entidades del municipio como la Alcaldía y la Personería. Luego, para darle contexto a las imágenes, realizaron talleres colectivos con los familiares de las víctimas y los líderes del municipio. Los encuentros contaron con la participación de treinta personas y abordaron temas como los sentidos de la fotografía y el acceso, uso, protección y conservación de los archivos de Derechos Humanos.
Asovida fue fundada en el año 2007. Desde esa fecha, los miembros de la asociación han recopilado los relatos sobre los hechos de dolor y resistencia que marcaron la historia de Granada. Esa preocupación por la memoria, los llevó a abrir las puertas del Salón del Nunca más en julio 2009, un espacio museográfico que reivindica a las víctimas. En este momento, la organización, que reúne cerca de 200 personas, promueve acciones de memoria y reconciliación en el municipio y acompaña a las víctimas en los procesos de justicia y reparación.
Gloria Quintero, vicepresidenta de Asovida, participó en este proyecto porque, según su opinión, la imagen ha acompañado el proceso de memoria que adelanta la organización desde el 2007. “Como asociación, una de las primeras acciones que hicimos fue recolectar fotos en la comunidad. Creo que las fotografías son fundamentales en la construcción de memoria porque una imagen dice mucho. Con una foto, uno recuerda a un ser querido; además, se pone en el lugar de quien sufrió en la guerra. A las víctimas del municipio les gusta mucho entrar al Salón del Nunca Más en compañía de un familiar o un amigo para mostrarle la foto de su ser querido, y yo pienso que eso ayuda mucho a la elaboración del duelo”, explica Gloria.
Participantes de uno de los talleres en los que se seleccionaron y organizaron las fotografías del archivo de Asovida.
En total, las investigadoras encontraron doce mil fotografías, y después de un proceso de depuración seleccionaron dos mil quinientas para el archivo. “Identificamos dos tipos de imágenes: fotos de víctimas y registros de las actividades organizadas por Asovida: asambleas de la Asociación, conmemoraciones y otras acciones de resistencia en las que participa la comunidad”, explica Ana Tangarife.
Este proyecto responde a la necesidad de fortalecer los archivos de Derechos Humanos en Colombia, pues son una herramienta política para buscar justicia, verdad y reparación.
Así lo establece el Archivo General de la Nación, la institución encargada de preservar oficialmente los registros del país. Según esta entidad, este tipo de archivos cumple con cuatro objetivos: que las víctimas del conflicto y la sociedad en general tengan acceso a la información relacionada con violaciones a los Derechos Humanos, que se haga difusión de los casos en los que hubo vulneraciones, que la información quede preservada de forma segura y que se protejan los archivos para que no haya impunidad. (¿Cuál es la importancia de los archivos de Derechos Humanos?)
En Colombia, a raíz de la Ley 1448, también llamada Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras, el Estado asumió el «deber de memoria». Con esto se comprometió a propiciar las garantías para que centros de pensamiento, organizaciones de víctimas, academia y organizaciones sociales cuenten con los recursos necesarios para emprender iniciativas de reconstrucción de la memoria del conflicto.
Una parte de esta labor está relacionada con los archivos. Por esta razón, desde el año 2015, la Dirección de Archivos del Centro Nacional de Memoria Histórica se puso en la tarea de encontrar los registros de familiares de víctimas, organizaciones sociales y defensoras de los Derechos Humanos con el propósito de conservar y difundir esta información.
Esa búsqueda, por ejemplo, ha permitido identificar y organizar documentos relacionados con la desaparición forzada que fueron compilados por la Corporación Madres de la Candelaria, y el archivo personal de Fabiola Lalinde en el que se guardan los registros que dan cuenta de su lucha por encontrar a su hijo Luis Fernando Lalinde, desaparecido y ejecutado extrajudicialmente por el Ejército en 1984. Las fotografías familiares, los documentos de identificación de Luis Fernando, las cartas y solicitudes enviadas por doña Fabiola a funcionarios del Estado, a miembros de la fuerza pública y a organismos internacionales, sirvieron para que la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitiera en 1998 la primera resolución que responsabilizaba al Estado colombiano en un caso de desaparición forzada.
En el caso de Granada, el archivo fotográfico les facilitará a las víctimas el uso de la información recopilada, bien sea para seguir promoviendo acciones de resistencia y de construcción de paz, como para soportar procesos judiciales.
Una de las enseñanzas que dejó el proyecto Imágenes de la memoria, tanto para las investigadoras como para los miembros de Asovida, es que cuando la academia se pone al servicio de los intereses de las comunidades, como ocurrió en este proceso, se construyen experiencias conjuntas que aportan a la construcción de la memoria del conflicto armado en Colombia.
“La universidad tiene la obligación de vincularse a este tipo de iniciativas, y creo que los estudiantes deberían involucrarse más. Es muy bueno cuando los jóvenes salen de las aulas y se encuentran con nosotros en las comunidades”, dice Gloria Quintero.
Para Isabel Vinasco y Ana María Tangarife, esta experiencia deja grandes retos para la Universidad de Antioquia: “Siempre hay que tener en cuenta el conocimiento de las comunidades. Sin el apoyo de los granadinos habría sido imposible organizar el archivo fotográfico. Además, tenemos el reto de seguir impulsando estas iniciativas. Este archivo no es el único que necesita de una intervención, hay otros municipios que han recopilado documentación y necesitan asesoría”, explica Tangarife.
Además, consideran que este proceso le aportará información valiosa a la Comisión de la Verdad que se pactó en La Habana. “Las comunidades son las que saben qué ocurrió en sus territorios. Por ejemplo, el muro con las fotografías de las víctimas que está el Salón del Nunca Más, en muchas ocasiones, ha servido para identificar a las personas desaparecidas o asesinadas durante el conflicto en Granada y para documentar hechos concretos”.
Imágenes de la memoria es una iniciativa que refleja los retos que el posconflicto les impone a las comunidades más afectadas por la guerra y a la academia. En ese tránsito hacia la paz, las víctimas esperan encontrar en la universidad un aliado que acompañe sus apuestas políticas en la construcción de la verdad.
En este documental, se muestra cómo fue la construcción colectiva de una metodología para la conservación del archivo fotográfico de Asovida.
https://www.youtube.com/watch?v=a0f24CYO7Wg