En la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia hay un seminario virtual que conmemora la vida y obra de este médico y defensor de derechos humanos que fue víctima de la violencia política en la década de los ochenta.

 

Por: Pompilio Peña Montoya

Imágenes: cortesía y capturas de Youtube

Sandra Milena Albarán López es investigadora y docente del área de salud mental de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia. Ella está apasionada con la obra y la vida del maestro Héctor Abad Gómez. Su interés la llevó a adentrarse con profundidad en las diferentes facetas del médico, salubrista, defensor de derechos humanos y político, quien fue asesinado en Medellín el 25 de agosto de 1987 junto al también médico de la UdeA, Leonardo Betancur. Fruto de ese apasionamiento, en 2017 Sandra Milena la creación del seminario Héctor Abad Gómez como una forma de transmitir el legado del maestro entre estudiantes y docentes.

Sandra Milena Albarán López en una sesión virtual del seminario Héctor Abad Gómez.

“Aproveché que se estaba desarrollando una reforma curricular en nuestro espacio académico e hice la propuesta luego de una larga investigación con otros compañeros, entre ellos Jeferson Castaño. Primero se dio como plan curricular y luego logramos que fuera un programa”, manifestó Sandra Milena.

La docente, quien también es trabajadora social de la Universidad Nacional de Colombia, añadió que un antecedente importante para este seminario fue una reforma a la asignatura de ética, cuyo contenido estaba muy orientado a aspectos filosóficos: “Presenté al Comité de programa una modificación que fue aceptada y desde el 2015 comenzamos a trabajar el texto Fundamentos Éticos de la Salud Pública, que tiene como base algunos ensayos del maestro Héctor Abad”, los cuales están orientados a comprender, direccionar y ejecutar programas para promocionar la salud y la prevención de enfermedades.

A partir de ese primer módulo de los fundamentos, un texto escrito para todos los públicos, los estudiantes empezaron a tener un acercamiento a la obra del maestro y, según Sandra Milena, el interés demostrado por los jóvenes fue motivo para la posterior creación del Seminario. Desde entonces, este espacio de formación se instaló en la Universidad con una metodología que combina el juego, la participación, la pregunta y la reflexión sobre la actualidad de la salud en Colombia.

 

Otro aspecto que consolidó el éxito del semillero fueron las salidas pedagógicas a municipios, entre ellos Santo Domingo, en el nordeste antioqueño, un pueblo que fue muy visitado por Héctor Abad Gómez porque allí implementó el programa de promoción en salud a través de las promotoras rurales. Esta salida les permitió a los estudiantes experimentar de primera mano la situación en torno a la salud en poblaciones de escasos recursos y planear alternativas con base en el conocimiento adquirido, tras el estudio del legado del maestro por medio de un modelo de acción psicosocial.

En esta población, agregó Sandra Milena, el trabajo se enfocó en proponer alternativas para mejorar las necesidades en salud de niños y niñas, y “es increíble cómo los jóvenes estudiantes se compenetran con las lecturas y advierten que mucho de lo dicho por Héctor Abad tiene una tremenda vigencia”, concluyó la docente.

 

Las facetas del maestro

El seminario tiene como base explorar tres facetas de Héctor Abad Gómez. La primera es como docente. Allí se estudia su legado en la educación popular y la forma como logró llegar a las comunidades más marginadas. Los estudiantes tienen la oportunidad también de conocer la metodología y los temas de enseñanza que caracterizaron al médico durante toda su carrera.

La segunda faceta es como político, puesto que su actividad en la arena de lo público, como defensor de derechos humanos y como activista, le valieron su reconocimiento en círculos amplios de la sociedad. En este campo también se recuerda su labor cuando fue servidor público y su aspiración a la Alcaldía de Medellín.

La tercera faceta es como salubrista. Según Sandra Milena “aquí estudiamos la cátedra de salud pública que él peleó tanto, una pelea constante con un modelo biologicista que es entender la salud solo en función con la enfermedad, cuando lo que él quiso fue fundar una cátedra de prevención, un gran reto, pues tuvo que enfrentarse a la misma Facultad de Medicina de la que él hacía parte”.

En uno de los semilleros dados, estudiantes en el municipio de Yarumal propusieron también tocar una faceta poco explorada: la artística, y es que descubrieron que el maestro Héctor Abad Gómez también tenía gran afinidad por la composición de canciones y poemas.

 

El legado de un maestro

Para adentrarse en los diferentes campos del conocimiento producido por Héctor Abad Gómez, la profesora Sandra Milena hace énfasis en dos aspectos: el concepto de poliatra y la teoría mesopanómica, los cuales en su época le valieron una fuerte oposición al maestro tanto en el ámbito académico como político.

“Lo maravilloso de Héctor Abad es que no fue un maestro del común. El basaba todo su fundamento pedagógico desde la pregunta, desde la posibilidad de generar en la mente del estudiante pensamiento crítico, esto muy ligado al campo de la educación popular. De hecho, él fue pionero en este campo, lo que permite un diálogo horizontal con las comunidades a las que se les reconoce sus saberes. De ahí su lucha en favor de las promotoras rurales, porque era entender que las comunidades tienen posibilidades en la construcción de alternativas a las ciencias médicas”, afirmó la docente.

La idea de poliatra (de polis: ciudad-estado, e iatría: estudio, tratamiento, curación), implica una profesión nueva y transdisciplinar que trata de armonizar con las demás disciplinas: “Medicina, salud pública, epidemiología, antropología, sociología, psicología social, economía, política, por medio de algo similar a lo que tuvo que hacer la música hace un poco más de un siglo, cuando la variedad, la cantidad de instrumentos y la complejidad de las partituras, crearon la orquesta sinfónica y la necesidad de un director que entendiera a toda la orquesta como su instrumento”, según se lee en el texto Fundamentos Ético de la Salud Pública, estudiado en el seminario. El poliatra ayudaría a garantizar la conservación de la vida, que, según Héctor Abad Gómez, es la empresa más importante a la que una sociedad debe dedicarse.

Por su parte, la teoría mesopanómica (de meso: en el medio, y pan: todo) propone que el objetivo de la salud pública es disminuir las desigualdades sociales y económicas y promover el justo medio de los puntos de vista ante un problema para lograr el bienestar social: “es tomar lo mejor de los polos para llegar a la consecución de la equidad”, afirmó la docente.

 

Estudiar también es jugar

Todos los semestres del Seminario Héctor Abad Gómez han sido distintos, ya que son los mismos estudiantes quienes plantean desde un principio los métodos de apropiación del conocimiento. Esta flexibilidad ha permitido que el curso tenga una gran acogida.

“Cada seminario aglutina la escucha activa de lo que los estudiantes quieren estudiar en la asignatura. En un semestre ellos dijeron que querían jugar y así fue, jugamos a aprender. Se inventaron juegos que mostraron la capacidad de los estudiantes. Ha habido seminarios en los cuales ellos dijeron que querían hacer arte, y de allí nació Sor Crispeta, que es una payasa que comienza a hablar de la teoría mesopanómica y de cómo el maestro pensaba una sociedad. En otra ocasión le creamos un avatar al maestro para que hablara de salud pública, de educación, de política; esto fue posible gracias a la fonoteca de la facultad que conserva mucho material de audio del maestro; todas estas actividades se lograron también gracias a la modalidad virtual del seminario”, concluyó Sandra Milena.