Los avances de la Comisión de la Verdad en la Costa Atlántica evidencian que los atropellos contra la población civil fueron mayores de lo que se ha contado hasta ahora. La comisionada Marta Ruiz expone algunos hallazgos.

Por: Carlos Olimpo Restrepo S.
Foto: Comisión de la Verdad

A lo largo de la región Caribe se presentaron algunos de los hechos más relevantes, por su atrocidad contra los civiles, en el marco del conflicto armado, que fueron cometidos por integrantes de los grupos guerrilleros, paramilitares y agentes del Estado.

También hay eventos que a pesar de su gravedad fueron poco difundidos en los medios de comunicación nacionales, regionales y fueron minimizados ante la ciudadanía. Pero hoy, con el trabajo de la Comisión de la Verdad, empiezan a tomar una dimensión diferente.

Marta Ruiz, comisionada encargada de coordinar la investigación en esta zona del país, habló con Hacemos Memoria sobre lo que han encontrado en seis meses de trabajo de campo.

Le corresponde a usted coordinar el trabajo de una región muy amplia, con situaciones muy diferentes relacionadas con el conflicto. ¿Cómo se ha abordado esa complejidad?

 El proceso de construcción de la verdad, el trabajo por la convivencia y la no repetición en la región Caribe es muy diferenciado. Hay zonas que son muy complicadas, donde el tema de la paz y de las reincidencias de las violencias son muy agudos, como el sur de Córdoba, como Santa Marta, donde hay grados de incertidumbre muy elevados, donde ha regresado el temor de la gente y eso obviamente dificulta este trabajo. Sin embargo, hay otras zonas de la región donde hay muy buen ambiente para empezar a hacer una reflexión colectiva, incluso entre actores muy diversos, diferentes, que en ocasiones estuvieron en orillas opuestas en medio del conflicto. Y es así como ya se han hecho eventos muy importantes encaminados a la reconciliación, como es el caso de los Montes de María, en la serranía del Perijá o en el departamento del Cesar; en muchos lugares están haciendo ejercicios interesantes.

¿Y qué se ha logrado hasta ahora?

Hay un esfuerzo muy grande de la gente por aprovechar esta oportunidad que brinda la implementación del proceso de paz y, dentro de este, la Comisión de la Verdad es un instrumento muy importante, no solo para la construcción de la verdad, sino para la buscar la convivencia y la no repetición de los hechos, que son los objetivos mayores de nuestro trabajo.

Hasta ahora hemos hecho muchos ejercicios colectivos de diagnóstico, en los que diversos actores han participado y le han señalado a la Comisión cuáles son esos hechos más importantes y han respondido las preguntas más difíciles que nos pone el reto de la verdad. Y eso lo hemos hecho en toda la región.

Tenemos procesos en marcha muy interesantes. Por ejemplo, las universidades públicas de la región están en un ejercicio de construcción de la verdad de la mano de la Comisión, porque la mayoría de estos centros del Caribe fueron tomados, de alguna manera, por el conflicto armado y especialmente hubo momentos en los que los paramilitares tuvieron una alta incidencia en ellas. Entonces, se están haciendo esos ejercicios de esclarecimiento con miras a hacer un reconocimiento sobre todo lo que allí ocurrió. También tenemos procesos con las comunidades étnicas; dentro de poco haremos el primer encuentro por la verdad sobre violencia sexual en Cartagena; se ha hecho un primer acercamiento con los sectores de empresarios, con los ganaderos, para intentar también recoger sus voces. Y, por supuesto, con la fuerza pública y con las Farc.

Desde el año pasado, grupos de particulares han venido entregando sus archivos y sus informes, pues la Comisión recibe este tipo de documentación sobre diferentes casos. Por ejemplo, el caso de la masacre de los Guáimaros, que fue una matanza muy invisible, en San Juan Nepomuceno, Bolívar. Esos son archivos que ya la Comisión recibió de las familias que sobrevivieron a la masacre, con la ayuda de Dejusticia. Esta organización también nos acaba de hacer entrega del informe sobre las víctimas de las detenciones masivas en Carmen de Bolívar, por poner dos ejemplos. Nos han llegado muchos informes sobre violencia sexual, de ataques al sindicalismo, sobre el despojo de tierras en Magdalena y otros aspectos. Entonces, ya hay múltiples informes y bases de datos que documentan algunos casos y esperamos que, al finalizar este año, cada una de las universidades de la región nos haya entregado el informe sobre su investigación.

Además de la poco conocida masacre de los Guáimaros, ¿qué otros asuntos sienten que son de bajo perfil, pero que deben ser abordados desde la Comisión?

Nosotros no vamos a trabajar por casos emblemáticos sino por patrones de violencia y en los primeros diagnósticos nos hemos encontrado con cosas muy complejas, sobre todo situaciones de violencia selectiva que han sido muy silenciados, como el caso de La Guajira, donde nos hemos encontrado con unas cifras y unas situaciones en municipios del sur de ese departamento muy graves. O el caso de San Andrés, que la gente de allá nos ha llamado tanto la atención sobre que, en las islas, en general, la cantidad de desaparecidos es muy elevada y es muy impresionante la cantidad de otras problemáticas que hay allí.

También ha salido muchísimo sobre lo que tiene que ver con el despojo de tierras y su relación con el agua, es un asunto muy grave, con muchas implicaciones de futuro, y es que hay un sentimiento de muchas comunidades de que han sido despojados no solo de la tierra sino del agua, porque ha habido muchos desvíos de ríos y esto en un contexto de cambio climático se hace más grave.

Todas las afectaciones sobre el territorio son heridas muy grandes, sobre las que la gente tiene muchas preguntas, por ejemplo, cómo fue que la tierra se convirtió en otra víctima de la violencia. Entonces, el tema de los ríos y cómo se vincula eso con el despojo es algo muy sentido en todo el Caribe.

Cartagena acogerá el primer encuentro con víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado. ¿Cuál es el objetivo de este encuentro y cómo se hará, al tratarse de uno de los asuntos más delicados que se abordan?

Llevamos tantos meses preparándolo por ser justamente tan delicado. Se va a hacer en Cartagena, pero tiene carácter nacional. Es un encuentro por la verdad, en el cual la Comisión quiere escuchar a las víctimas y reconocer su dignidad, su sufrimiento, su lucha por ser visibles y por restaurar su proyecto de vida en medio de tantas dificultades.

El encuentro es la puerta de entrada para empezar un proceso de acercamiento con los responsables, para que en el proceso logren entender la problemática y aceptar el daño que han causado a tantas mujeres y a tantas personas de la población Lgbti. Cuando el cuerpo del ser humano, que es su primer territorio soberano, es agredido, la herida que queda en la psiquis, en el alma de la persona, tiene un impacto muy profundo a lo largo de su vida, en su sexualidad, en su emocionalidad, y nosotros queremos que la sociedad entienda la profundidad de este daño. Y que se generen medidas no solo de no repetición, sino de restauración de la dignidad de estas personas. El encuentro lo que quiere es hacer visible la dimensión de ese patrón de violencia, vamos a trabajar con personas que han sido víctimas desde los años 70 del siglo pasado, porque la violencia sexual ha sido una constante en la guerra colombiana.