Con signos de tortura fue encontrado el cuerpo de José Ignacio Londoño el 1 de agosto de 1987. Su muerte causo preocupación en la comunidad de la Universidad de Antioquia y tristeza entre sus compañeros de Comunicación Social – Periodismo.

Por: Santiago Rodríguez Álvarez

José Ignacio Londoño Uribe, de 29 años, estudiante de último semestre de Comunicación Social – Periodismo de la Universidad de Antioquia, estaba el 31 de julio de 1987 en la celebración del cumpleaños de la profesora Marta Montoya. Era una reunión pequeña en la casa de ella, amenizada con canciones a ritmo de guitarra. Marta ya no recuerda si le enseñaba fotografía o televisión, lo que sí perdura en su memoria es la certeza de que era “un pelado muy amable, muy querido, piloso y buen estudiante”.

Heiner Castañeda, quien estaba en quinto semestre de Comunicación Social – Periodismo, conoció a José Ignacio cuando éste volvió al pregrado para terminar su carrera, después de ausentarse por problemas económicos. En ese primer semestre de 1987, como tenían materias en común, se hicieron amigos, amistad que terminó ese fin de semana. Heiner, hoy profesor de periodismo, recuerda que la fiesta en casa de la profesora Marta duró toda la noche, “salimos juntos al otro día, me acuerdo como si fuera hoy que yo le regalé el pasaje para que se fuera. Hacia las nueve de la mañana fue la última vez que lo vi”.

El lunes 2 de agosto, cuando Marta y Heiner llegaron a la universidad, se encontraron con la noticia: a José Ignacio lo habían asesinado, su cuerpo lo encontraron descuartizado el día anterior. Ambos escucharon, después de su muerte, que José Ignacio pertenecía a la comunidad LGTBI, aunque no le conocieron activismo político. De igual forma, el periódico El Mundo reportó que José Ignacio no tenía ninguna vinculación política. Por la dificultad para establecer una hipótesis clara, algunos le restaron importancia al caso diciendo que se trataba de un crimen pasional.

Heiner recuerda a José Ignacio como un compañero con un gusto por el periodismo cultural y por el baile, incluso trabajaba en una academia. A Marta el recuerdo del asesinato le genera impotencia: “la muerte de ese pelado me dio mucha rabia”, comenta. Esa rabia era la constante por esos días en la Universidad de Antioquia. En su informe de ese 2 de agosto, El Mundo reportó a José Ignacio como el tercer estudiante de la universidad asesinado en menos de un mes. Hoy sabemos que no fue el último.

Las violencias en la Universidad de Antioquia

Entre julio y diciembre de 1987, los paramilitares asesinaron a 17 profesores y estudiantes de la Universidad de Antioquia, a los principales líderes del Comité de Derechos Humanos y a importantes activistas de la Unión Patriótica y la Juventud Comunista del mismo departamento. Según William Fredy Pérez, doctor en Derecho Público e investigador de esta Universidad, la desprotección de la comunidad universitaria por parte del Estado ha posibilitado diferentes tipos de violencias, como la que ocurrió hace 30 años en el Alma Máter. Leer más.