En la vereda Las Cruces del corregimiento El Llano, de Yarumal, una de sus habitantes, Luz Herminia Olarte, sale de su casa a las dos de la tarde. Al caer la noche, todavía no ha vuelto. Su hija de diez años, y su padre, a punto de cumplir noventa, esperan su regreso ese domingo 29 de enero; pero ella nunca volverá.

Por: Santiago Rodríguez Álvarez – Estudiante de Periodismo

En la vereda Las Cruces del corregimiento El Llano, de Yarumal, una de sus habitantes, Luz Herminia Olarte, sale de su casa a las dos de la tarde. Al caer la noche, todavía no ha vuelto. Su hija de diez años, y su padre, a punto de cumplir noventa, esperan su regreso ese domingo 29 de enero; pero ella nunca volverá.

No era raro que Luz Herminia saliera a hacer mandados o a cualquier cosa, afirma su hijo, José Olarte. Lo raro era que no regresara. Por eso, cuando el lunes 30 de enero por la mañana llamaron a decirle a José que su madre no había vuelto a la casa, él se alarmó, al igual que toda la comunidad de Las Cruces.

El martes cerca de setenta personas de la vereda organizaron su búsqueda. Ese día no encontraron nada, ni el miércoles ni el jueves, el viernes tampoco. A las diez de la mañana del sábado 4 de febrero, unos perros cazadores encontraron a Luz Herminia Olarte muerta, enterrada boca abajo en una zona boscosa de la misma vereda, con la sudadera a la altura de las rodillas, con cortes de machete en el cuerpo y degollada, al parecer, con la misma arma.

“Yo pienso que ella fue la mejor mamá del mundo, nunca tuvo un marido y nos sacó adelante a los cinco hijos que tuvo. Ella trabajaba en casas de familia y si le tocaba irse para el monte a coger café o a trillar, lo hacía”, dice su hija Yolani, quien no entiende quién pudo matar a su mamá ni cuáles habrán sido las razones. “A esa señora la adoraban en ese pueblo”, complementa José.

La Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos denuncia que Luz Herminia fue la quinta líder social asesinada en Antioquia durante este año. De otra parte, sus hijos, Julio Aníbal Areiza, alcalde de Yarumal, y Oswaldo Guzmán, presidente de la junta de acción comunal de la vereda Las Cruces, coinciden en decir que Olarte fue siempre una ciudadana común que no lideraba ningún proceso social.

Sin embargo, Luz Herminia, como muchos otros de sus vecinos, sí estaba vinculada con la JAC y hacía parte de esos espacios. “Ella sí iba a las reuniones, pero participaba poco y era más bien tímida”, recuerda Marta Zapata, enfermera de Las Cruces.

Pese a los rasgos de su personalidad, de acuerdo con el presidente de la Junta, Luz Herminia se apoyó en la organización cuando empezó a tener dificultades con un hombre con quien había tenido una relación. La Junta, según dijo, lo expulsó de la vereda. La hipótesis del alcalde de Yarumal sobre el crimen concuerda con esa versión: “Fue un homicidio por motivos sentimentales, relacionado con un compañero que ella tenía; un hombre que estaba en medio de las drogas y que decide asesinarla”.

En cualquier caso, y aún con su nombre haciendo parte de las listas de líderes asesinados, las investigaciones por el caso parecen no avanzar. “Aquí no ha venido nadie, ni nos han dicho nada”, dice Guzmán. Los familiares de Luz Herminia tampoco han recibido información de la Fiscalía o de la Policía y las únicas hipótesis sobre las motivaciones y los responsables del asesinato las han construido con los pocos rumores que circulan en el pueblo.



Nombre: Luz Herminia Olarte Piedrahíta.
Fecha del asesinato: Entre el 29 de enero y el 4 de febrero.
Condiciones del crimen: Olarte salió de su casa en la vereda La Cruces, de Yarumal, a las dos de la tarde del 29 de enero. Estuvo desaparecida hasta que su cadáver fue encontrado en una zona boscosa. Tenía signos de violencia con arma cortopunzante y su pantalón a la altura de las rodillas.
Hipótesis: Varias organizaciones sociales vincularon el asesinato con una labor de liderazgo social. La Alcaldía de Yarumal, en cambio, maneja la hipótesis de que se trató de un crimen pasional.
Liderazgo: Según versiones que circularon en medios, luego del crimen, Olarte era líder campesina y defensora de derechos humanos. Sin embargo, su familia y varios habitantes de Las Cruces no la relacionan con algún proceso de liderazgo, aunque hacía parte de la junta de acción comunal de esa vereda.
Contexto regional: El corregimiento El Llano, junto a La Loma y Ochalí, fue una zona con un marcado dominio del frente 36 de las Farc. El territorio también fue disputado por la guerrilla y los paramilitares. Estos últimos fueron los responsables de la masacre de dieciséis personas el 17 de enero de 2000. Davier Torres, presidente de la junta de acción comunal de El Llano, dice que si bien las comunidades respetaban las reglas dictadas por la guerrilla, hace varios años no hay tensión por el conflicto en la zona.



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