Cada dos horas una persona es desaparecida en México. “Buscadores”, serie documental del portal Pie de Página de México, quiso retratar este drama. Este especial periodístico fue premiado en la categoría Imagen durante la quinta versión del Festival Gabriel García Márquez de Periodismo, celebrado en la ciudad de Medellín el pasado mes de septiembre. A propósito, el proyecto “.co.de”, que reúne a los socios de la Deutsche Welle Akademie en Colombia, y del que hace parte Hacemos Memoria, conversó con Daniela Pastrana, editora del portal y una de las realizadoras del especial.

Por Elizabeth Otálvaro
Fotografías: Felipe Restrepo

Fue difícil no creerle a Daniela Pastrana cuando, entre lágrimas, se dirigió al público del Festival Gabo para decir que el premio recibido de verdad los sorprendía. Bastaba ver la emoción de su equipo en la tarima, con algo de torpeza, para saber que en sus palabras de modestia había sinceridad. Y es que Pie de Página no se trata precisamente de un medio cuyo capital alcanza para soñar con descomunales producciones periodísticas que sean fácilmente premiadas en certámenes internacionales. Su trabajo periodístico es hecho a pulso, “con las uñas”, pero con la pasión que caracteriza al reportero que no descansa hasta gritar las historias por las que cree que es preciso reclamar justicia y dignidad.

Segundos antes, una de sus compañeras, Daniela Rea, también se dirigió al auditorio que presenció un homenaje a las mejores plumas del periodismo latinoamericano, dijo: “Es difícil manejar la contradicción de saber que estamos recibiendo este premio y que es por contar unas historias dolorosísimas”. Pero la realidad es que en México no es fácil esquivar las historias de dolor que, desde hace una década, ocurren en razón de “la guerra contra la droga”, la misma que si bien se propone el desmonte de las grandes estructuras narcotraficantes ha sido causante de una profunda crisis social en el país centroamericano, dejando 150 mil personas asesinadas y al rededor de 30 mil desaparecidos.

Con el propósito de tejer lo que Pastrana llama el “destejido social” de México, de descentralizar la información y fortalecer el periodismo regional, también hace 10 años surgió la red Periodistas de a Pie. Inicialmente se presentó como un espacio para la capacitación de los periodistas locales en herramientas que permitieran cubrir con responsabilidad los temas de violencia.

Luego, y con el ritmo que impuso la guerra, viró hacia la defensa de la libertad de expresión –entre los desaparecidos se cuentan 25 periodistas –. Ahora, la red cuenta con un espacio virtual, el portal Pie de Página, que se presenta como una plataforma para la publicación de lo que en las regiones más violentas de México parece indecible.

Un equipo de 10 periodistas, entre ellos 4 editores con mayor experiencia, son apoyados desde todos los rincones de este país centroamericano por una red de 40 reporteros regionales, un esfuerzo que enseña que el buen periodismo necesita, como lo decía el maestro Anton Chejov, unos buenos zapatos para así conocer y recorrer el territorio.

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¿En qué consiste el proyecto Buscadores?

Buscadores es un trabajo que hicimos entre 16 periodistas, algunos están en los lugares más peligrosos del país; por ejemplo, dos trabajan en el noreste, en Sinaloa, un estado del norte del país, donde surge el cartel de Sinaloa, donde hace unos meses mataron al periodista Javier Valdez. Hay otros en Veracruz, que es otro de los estados de mayor violencia; en general, están en las zonas donde la violencia ha sido mucho mayor. Buscadores es una serie de 12 videos cortos, perfiles de personas que buscando a sus hijos, hermanos o familiares desaparecidos se transformaron en especialistas en arqueología, en toma de muestras de ADN, en tipos de tierra, para encontrar no solo a los suyos sino a miles y miles de desaparecidos.

¿Por qué tomaron la decisión editorial de trabajar este tema?
Nuestra apuesta siempre ha sido un trabajo de periodismo desde una perspectiva de derechos humanos. Cuando surge Pie de página también surge un refugio para que muchos compañeros puedan publicar los trabajos que no iban a publicar en muchos de sus estados. Desde 2010, hemos estado dando seguimiento al tema de los desaparecidos, de los asesinados, de ejecuciones extrajudiciales, de masacres; hemos estado cubriendo eso durante mucho tiempo. No fue un proyecto de un año, un año nos tardamos en pensarlo, lo diseñamos y lo concretamos, pero en realidad cada uno y en grupo hemos estado trabajando estos temas por lo menos en los últimos seis o siete años; entonces, ya tenemos un trabajo muy avanzado y un interés personal muy desarrollado sobre estas temáticas. Es un trabajo de seguimiento de muchísimos años que se concreta en esta idea de contar algo distinto, de cambiar la narrativa, no solo quedarnos en la denuncia, sino mostrar el proceso que llevan estas personas en la búsqueda de los desaparecidos, para que así podamos contar la ausencia del Estado.

¿Ha pasado algo judicialmente desde que ustedes hicieron una apuesta periodística por este tema?
Es mucho el empuje que han tenido los familiares de estos desaparecidos y de otros, como los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa; o sea, ha habido un trabajo muy intenso de los familiares de víctimas y de la sociedad civil para empujar la agenda de la ley de víctimas, de los derechos humanos, contra un gobierno y un Estado que son absolutamente insensibles al tema, que quieren ocultarlo permanentemente. Cuando empezó esta estrategia militar se insistía en que eran criminales y que se estaban matando entre ellos, entonces ha sido muy importante este trabajo para mostrar que no son criminales, que no se están matando entre ellos; la mayoría es población civil que no está en ningún grupo criminal. No puede haber una política de Estado que diga “no importa que se mate un mexicano contra otro mexicano, porque es que son malos”, pero eso fue lo que tuvimos con la administración del presidente Felipe Calderón y con Enrique Peña Nieto es igual.

En México la impunidad es uno de los principales cánceres que hay. Pasan cosas como lo que ocurrió hace poco en Veracruz, donde se acaba de encontrar la mayor fosa clandestina de todo el país, más de 250 cuerpos de personas que fueron enterradas ahí sistemáticamente. Hoy siguen desapareciendo personas, en esa misma zona, en ese mismo lugar se sigue repitiendo y no hay, digamos, un proceso de reconstrucción de memoria que impida que eso vuelva a ocurrir. Por esta razón, para nosotros ha sido muy importante tratar de cambiar esa narrativa y no quedarnos solo en la visibilización de las situaciones, sino en tratar de empezar a trabajar en estos intentos de la gente de construir procesos.

Es claro que en México hay dificultades en la libertad de expresión y peligros para la labor informativa ¿ustedes tienen algunos protocolos al respecto?
Sí, nosotros hemos aprendido mucho a cuidarnos, a protegernos. Vivir en México es peligroso, no solo por ser periodista, sino por vivir ahí, es un riesgo y ser periodista es un doble riesgo y ser periodista dedicado a estos temas es un triple riesgo, entonces trabajamos mucho en estos protocolos. Tenemos mucha confianza en los reporteros locales porque conocen muy bien el terreno. Ellos nos dicen, “se puede entrar, ahorita sí, ahorita no”. Tratamos también de respetar los tiempos que marcan las propias familias y por otra parte hacer un trabajo largo de planeación para bajar todos los riesgos posibles de los que estaban, sobre todo, haciendo la producción de los videos. Optamos por acompañar a las familias que estaban buscando a sus familiares, con toda la red de cobertura de Periodistas de a Pie, que es una red de cobertura muy amplia desde Chapas, al sur, hasta Ciudad Juárez, al norte. Cualquier cosa que le pase a uno de nosotros, pues se hace eco en todo el país.

También podría pensarse que la decisión de la imagen es más valiente ¿Por qué tomar la decisión de usar este formato en Buscadores?
Sí, casi todos los que estamos en el equipo hacemos textos, escribimos. Sin embargo, hemos tratado de diversificar los formatos y de entender cuáles son más poderosos; dependiendo de las historias, mirar qué tipo de plataformas pueden ser más útiles. En este caso, nosotros habíamos hecho un pre-trabajo de Buscadores, de los de Guerrero, el caso de los 43 desaparecidos. Lo hicimos cuando se cumplió un año de la desaparición de los muchachos y lo hicimos con pequeños perfiles escritos y audios de entrevistas. Luego una de las realizadoras traía la idea de hacer el seguimiento de una de las buscadoras de Tamaulipas en video y entonces decidimos entender ese lenguaje, tratar de contarlo en video porque creemos que es la forma en la que más fácilmente puedes ver a las personas como son.

No estamos tratando de abarcar todo el problema de los desaparecidos, sino de hacer retratos de personas que pasaron de ser amas de casa a ser expertas forenses. Pensamos que el video era una buena forma de sentir empatía con ellos al ver cómo es su proceso de búsqueda, cómo sacan los huesos de la tierra. Una de ellas, Mirna, hace un mes, después de tres años de búsqueda, desenterró los huesos de su hijo; o sea, ella lo encontró. Ella abrió la fosa y lo identificó porque él vendía unas memorias usb que estaban en la fosa. Después de 20 días, el dictamen le dijo lo que ella ya sabía, que era su hijo; una cosa es que yo te lo cuente y otra es que la veas a ella en su vida cotidiana, que la veas buscando y seleccionando los huesitos que van encontrando en el desierto.

Después de la publicación del especial periodístico, ¿qué reacción han tenido las personas al verse ahí retratados?
Ellos han estado en casi todas las presentaciones que hemos hecho. Hacer los videos nos permitió entrar en otros circuitos no periodísticos; por ejemplo, la presentación formal del proyecto se hizo en la Cineteca Nacional de México, en un espacio que es más de otro tipo de actores dentro de la esfera pública del país. Para cada uno de ellos, de los familiares, hay una parte que creo que es sanadora al ver la historia. Para ellos ha sido muy desgastante el proceso, ver que los problemas no terminan de resolverse, que la impunidad se mantiene; todo esto genera mucha tensión y el Estado y el Gobierno ha sido especialista en tratar de dividirlos, de cansarlos y de agotarlos, que no encuentren a su familiar, que tengan que enfrentar las burocracias. Entonces, cuando se ven y ven a los otros, es bueno para ellos. Se está empezado a tejer un poco de ese destejido social que estaba muy roto, pero no deja de ser muy doloroso.

*Conozca aquí el especial periodístico Buscadores, serie documental del portal Pie de Página sobre la desaparición forzada en México.