Para el médico venezolano, la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela y la falta de información sobre la pandemia han dificultado los planes de vacunación en ese país, dejando a la población en riesgo e incertidumbre.

 

Por Hacemos Memoria

Imagen de portada: Pixabay

Desde que algunos laboratorios farmacéuticos del mundo anunciaron la implementación de una vacuna capaz de combatir la Covid-19, gobiernos de diversos países decidieron anticipar la creación de planes de vacunación que les permitieran avanzar al momento de recibir las primeras dosis.

Marino González, médico venezolano. Foto: Twitter @marinojgonzalez

Sin embargo, Venezuela es uno de los países que hasta ahora no cuenta con planes de vacunación, por lo según la Organización Panamericana para la Salud, a enero del 2022, solo el 40,4% de los venezolanos habían sido vacunados con dos dosis contra la Covid 19.

Para conocer sobre el panorama de la vacunación en Venezuela y la manera como esta nación enfrenta la pandemia, Hacemos Memoria conversó con Marino González, médico con especialidad en salud pública y política de salud, quien durante 30 años se ha dedicado a formar estudiantes doctorales en políticas públicas en ese país latinoamericano.

 

¿Cómo ha sido el plan de vacunación en Venezuela y qué dificultades se han presentado? 

Cuando se supo en el mundo que era posible tener vacunas para controlar la pandemia, países como Brasil, México y Chile tomaron la vanguardia en la organización de lo que podría ser un programa de vacunación amplio contra la Covid-19. Desarrollaron sistemas logísticos y de planificación para la administración de estas. 

En el caso de Venezuela lamentablemente estas medidas no fueron tomadas a tiempo, el país no pudo desarrollar un plan de vacunación que se pudiera consultar y esto ha significado retrasos en la administración de vacunas y limitaciones para acceder a la información sobre el proceso. En términos generales, los países que han tenido más éxito son los que tomaron con debida seriedad toda la organización de lo que implica un programa de vacunación tan complejo como ha sido el de la Covid-19. 

¿Qué implicaciones tiene para Venezuela el hecho de que no exista un plan público de vacunación? 

Venezuela es uno de los cuatro países en la región que no tiene información de las pruebas diagnósticas que se han realizado para establecer los avances de la Covid-19, entonces esto trae como consecuencia la inexactitud en el número de casos, el número de contagios y las tasas de control empiezan a ser erráticas, además se produce una subestimación en el número de muertes en el país. 

La información es fundamental. Venezuela es uno de los pocos países de la región que no tiene un sitio web con información sobre el plan de vacunación, los tipos de vacuna y los lugares a donde la gente puede acudir; es una información que se debe dar a toda la comunidad y eso en el caso venezolano no existe. 

Las consecuencias más serias son que, en primer lugar, no hay acceso a la información necesaria para tomar decisiones y, en segundo lugar, Venezuela es uno de los países que tiene la menor disponibilidad de vacunas y, por lo tanto, hay muchas dificultades para alcanzar la cobertura de la vacunación contra la Covid-19. Esta situación lamentablemente no ha sido tratada con la debida seriedad y transparencia. 

Si bien la información no les ha permitido tener un contexto claro sobre el panorama frente al Covid-19 ¿Cuál sería un balance aproximado sobre la vacunación en Venezuela? 

Como no existe la centralización de la información y no está disponible de manera oficial entonces hay una gran incertidumbre con respecto a varios factores. La información en Venezuela depende fundamentalmente de la cooperación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS); ellos construyeron un sitio web de consulta pública. 

De acuerdo con el balance de la OPS, hasta octubre de 2021, muchos países de la región habían alcanzado más del 50 por ciento de la población vacunada, es probable que Venezuela alcance esa meta hasta muy entrado el año 2022. Esto tiene implicaciones muy serias porque la población sigue desprotegida contra la Covid-19 y aumenta la probabilidad de que se generen nuevas variantes. 

¿De qué forma el contexto político del país puede influir en los avances de la vacunación? 

Hay que tener presente que Venezuela  vive desde el año 2016 en una crisis humanitaria compleja, es decir, con un deterioro de la calidad de vida y desde el punto de vista de la salud se hace todavía mucho más crítico, al punto de que se ha generado una migración de cinco o seis millones de personas en los últimos años. 

Venezuela es el único país que tiene una situación hiperinflacionaria, es una de las más largas en el mundo; esto junto a la crisis humanitaria se da en un contexto político muy polarizado, y eso tiene efectos directos en el desempeño del sistema de salud. 

En Venezuela contamos con las peores condiciones para enfrentar la pandemia, incluso se realizaron estudios que daban cuenta de cómo el país tenía las menores capacidades, en la región latinoamericana, para enfrentar riesgos biológicos. A esto se suma que la pandemia ha profundizado las limitaciones del sistema de salud en cuanto a recursos humanos, dotación de agua, electricidad, servicios básicos.

¿Qué hacer para agilizar el ritmo de vacunación en Venezuela y superar esas limitaciones? 

En primer lugar está la conciencia que deben tener las organizaciones tanto públicas o privadas sobre lo grave de la situación y darle mayor prioridad a la vacunación. 

En segundo lugar, recibir una mayor cantidad de vacunas por Covax y eso implicaría el acuerdo entre organizaciones nacionales e internacionales, además de establecer pautas para un plan adecuado de cubrimiento a la población venezolana. Así se puede alcanzar una cobertura importante. 

La pandemia está creando efectos en cuanto a la transmisión y las nuevas variantes, entonces hay que estar preparados porque esto va a generar cambios en todo lo que son las políticas de control de infecciones.