Para las autoras de Discapacidad, conflicto armado y construcción de paz, no es suficiente que las personas con discapacidad sean reparadas económicamente, necesitan un programa de atención acorde a sus necesidades individuales y a los hechos traumáticos y dolorosos que experimentaron.

 

Por: Pompilio Peña Montoya

Fotos: libro Discapacidad, conflicto armado y construcción de paz

En los múltiples capítulos escritos sobre el conflicto armado en Colombia, sobre sus orígenes, consecuencias y sobrevivientes, hay uno que no se ha considerado en profundidad pese a dividirse en una gran variedad de categorías con complejidades particulares. Se trata de la discapacidad y su lugar en un conflicto de más de 50 años. Para entender esta relación, y como una herramienta teórica para el acercamiento a este fenómeno, fue lanzado el libro Discapacidad, conflicto armado y construcción de paz, elaborado en el marco de la Maestría en Discapacidad e Inclusión Social de la Universidad Nacional de Colombia (Unal), sede Bogotá.

A lo largo de once capítulos, sus autores y autoras invitan a reflexionar sobre la importancia de entender la discapacidad en el entorno bélico, con el fin de reconocer aquellas identidades que experimentaron (y experimentan) una serie vulneraciones de sus derechos. El homicidio, la violencia física, las amenazas, el confinamiento, la desaparición y el desplazamiento forzado, las heridas producto de confrontaciones, sumados a situaciones de precariedad, abuso, violencia de género, discriminación y abandono estatal, que dejan improntas en los cuerpos y las mentes, hacen parte de las victimizaciones que provocaron o agudizaron su condición.

Algunos de estos aspectos fueron analizados en este compendio de textos que, según la docente Clara Duarte Cuervo, editora del libro, dan cuenta también de fenómenos silenciosos como la discapacidad psicosocial y las afectaciones a la salud mental colectiva, que se entrelazan con la imposibilidad de relacionamiento entre unos y otros y con las dificultades para restaurar y construir tejido social. “Uno de los aspectos que nos llamó la atención es que la salud en Colombia se ha focalizado en el orden físico, pero son escasos los programas que atiendan a la población en aspectos psicosociales, en lo individual y en lo colectivo. Las personas afectadas por el conflicto necesitan respuestas psicosociales que ayuden a contrarrestar los daños en su salud mental, a encausar sus vidas y a enfrentar el dolor”, refirió la profesora Duarte.

El conflicto armado en términos generales, agregó la profesora Aleida Fernández Moreno, docente y editora del libro, ha relegado a las personas con discapacidad a posiciones de dependencia y desvalorización que limitan sus posibilidades para desenvolverse y participar activamente en sus colectivos, más aún cuando persiste el uso de la fuerza y la intimidación. Asimismo, ha convertido a la discapacidad en objetivo y arma de guerra. Estos factores, de no tenerse en cuenta, harían de la búsqueda de la paz un fin incompleto, puesto que no basta con el reconocimiento de la condición de víctima del conflicto y su posterior reparación económica, si no hay de por medio un abordaje que reconozca y responda a las vulneraciones y necesidades particulares de las personas con discapacidad, al tiempo que reivindique su dignidad como sujetos, señaló la docente.

 

El mural Tejedoras de vida del Putumayo, a la entrada del municipio de Puerto Asís, en el bajo Putumayo, está hecho con 80.000 tapas plásticas. Representa para la Alianza de Mujeres Tejedoras de Vida la reconstrucción de la verdad y la memoria de las mujeres víctimas del conflicto armado; los procesos de resiliencia y empoderamiento que han sentido y vivido en la transición de la guerra a la paz. Foto: Andrés Camilo Restrepo Mora.

 

Cómo nació el libro

En febrero del 2019, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad le hizo una invitación a la Maestría en Discapacidad e Inclusión Social de la Unal para investigar y reflexionar acerca de la discapacidad como foco diferencial en la comprensión de los factores que movieron el conflicto a lo largo de décadas.

“Y si bien estos temas habían sido abordados en algunos momentos en la maestría, cuando indagamos un poco más, notamos que no teníamos la suficiente evidencia y contexto, así que iniciamos con los estudiantes dos espacios académicos: un semillero de investigación en temas de conflicto armado y discapacidad; y un observatorio, en el que se tocaron los temas de memoria, conflicto armado y construcción de paz”, afirmó la profesora Fernández.

De este modo el grupo de investigadores halló la primera investigación realizada en la Unal sobre conflicto armado y discapacidad, la cual fue escrita en el 2002. A este hallazgo se sumaron otros, obtenidos por diferentes grupos de investigación, y los aportes de estudiosos que vienen desarrollando sus propias indagaciones sobre el tema. Algunos de ellos fueron invitados a participar en el Semillero y el Observatorio y, posteriormente, en la construcción de los tópicos tratados en los capítulos del libro, entre los que se cuentan: la discapacidad en los procesos de atención y reparación a menores de edad y excombatientes, el peligro que representan las llamadas ‘armas autónomas’, la violencia de género que han experimentado las mujeres con discapacidad y la discapacidad en las ejecuciones extrajudiciales.

Una familia ingresa en la Zona Veredal de Monte Redondo, en el municipio de Miranda, norte del Cauca, para asistir a una vigilia por la paz propuesta por miembros de la antigua guerrilla de las FARC-EP. Noviembre de 2016; fue la primera vez que campesinos y campesinas, excombatientes y víctimas de la violencia se reunieron tras la dejación de armas de este grupo, producto del Acuerdo de Paz con el Gobierno nacional. Foto: Mario Zamudio Palma.

 

Mujeres, conflicto y discapacidad

Una de las esferas analizadas en la relación entre las categorías de discapacidad y conflicto armado fue la que vinculó esta dualidad con la construcción social de las mujeres en ámbitos bélicos. Este tema fue desarrollado por la fisioterapeuta Carolina Maldonado, autora del capítulo El cuerpo de las mujeres con discapacidad en el conflicto armado colombiano. La estudiante de la Maestría en Discapacidad e Inclusión Social de la Unal partió de los cambios en la naturaleza de las relaciones de género en medio del conflicto, uno ejercido desde el poder dominante de la masculinidad que se expresa como violencia basada en el género, que pasa por el sometimiento físico y las violencias psicológicas, simbólicas, económicas y sexuales. Así pues, según escribe, “desde una perspectiva psicosocial, la violencia contra las mujeres se da como instrumentalización del conflicto con fines de mantenimiento del orden impuesto”.

Estos tipos de violencias son particularmente padecidos por mujeres con discapacidad, por eso “el capítulo surgió de mi necesidad como fisioterapeuta de abordar la discapacidad más allá de la salud, así que quise ahondar en el tema de las mujeres con discapacidad teniendo en cuenta el marco social y el contexto histórico nacional del que estamos hablando”, señaló la maestrante Maldonado, quien añadió que los tres grandes factores de vulnerabilidad de esta población son: primero, su condición de mujer como agente “dócil” cuyo cuerpo debe ser sometido; segundo, su condición de discapacidad, que la convierte en dependiente o marginada a labores de cuidado; y tercero, el factor de precariedad económica, que implica la dificultad para obtener recursos y hallar alternativas de inserción plena en la sociedad.

El capítulo también da cuenta de que el desconocimiento de los tipos de discapacidad causa un inadecuado relacionamiento de parte de la persona que no cuenta con una, y esto ocurre con mayor frecuencia en zonas rurales donde es complejo encontrar servicios de salud. La autora también se refirió a que gran parte de las asociaciones de mujeres del país no hacen una diferenciación plena del estado de las mujeres en condición de discapacidad, hecho que sí está delineado en las ofertas de tratamiento del sistema de salud, aunque de forma precaria.

Finalmente, Carolina Maldonado hizo énfasis en la necesidad de reconocer en los sueños y las metas de las mujeres con discapacidad, en sus deseos de ser productivas y reconocidas dentro de sus colectivos, oportunidades invaluables para la construcción de una paz plena.