Hacemos Memoria habló con Nevis Niño, integrante del comité de impulso de la Universidad, quien reveló que, ante la falta de voluntad de la Unidad de Víctimas, diez personas prefirieron desistir del proceso de reparación.

 

Por: Pompilio Peña Montoya

Foto: Facebook Uniatlántico

Han pasado cerca de dos años desde que el Comité de Impulso de Reparación Colectiva de la Universidad del Atlántico le envió un derecho de petición a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas en el que le solicitó dar respuesta sobre el paradero del ‘delicado’ material que recogió durante una serie de talleres con miembros de esta alma máter, víctimas del paramilitarismo, pero la respuesta aún no llega. Así lo denunció Nevis Niño Rodríguez, integrante de este Comité que está conformado por representantes de los docentes, estudiantes, egresados, directivas, trabajadores y familiares de víctimas.

Se trata de declaraciones, reconstrucciones de hechos y graves denuncias que habrían desaparecido durante los cambios administrativos que sufrió la Unidad con la llegada de Iván Duque a la presidencia, y que fueron recogidos durante la etapa de Diagnóstico del Daño, en medio del proceso de reparación colectiva que esta universidad, ubicada en Barranquilla, comenzó en el 2015 al ingresar al Registro Único de Víctimas siendo reconocida por el Estado como víctima colectiva del conflicto armado.

Según narró a Hacemos Memoria Nevis Niño, docente, investigadora del Grupo Mujer, Género y Cultura, y vocera del Comité de Impulso de Uniatlántico, “el proceso de reparación de la Universidad en los últimos dos años ha estado mediado por los cambios administrativos que se han dado dentro de la Unidad y la misma universidad”. Según la docente, la preocupación hoy del comité recae en el miedo de que este material haya llegado a manos de personas interesadas en que no se conozca toda la verdad sobre la época de homicidios, amenazas, persecución y estigmatización que sufrieron miembros de la comunidad universitaria.

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“Nosotros arrancamos a trabajar en este proceso de reparación después de la conformación del comité en el 2016. Se comenzó a recoger cada una de esas afectaciones que se vivieron, y hay que decir que esperábamos finalizar la etapa de diagnóstico en el 2017 para seguir con la siguiente, la más importante, la que contempla el Plan Integral de Reparación”, aseveró Nevis Niño, quien añadió que, sin embargo, los tiempos se fueron dilatando poco a poco, luego llegaron los cambios en el interior de la Unidad, y con ellos la salida del enlace de esta institución con la universidad.

Nevis Niño relató que el año 2018 pasó sin mayores avances y solo hasta agosto de 2019 la Unidad le notificó al Comité que había asignado un nuevo enlace, Cateriane Molano, con quien fue necesario comenzar de nuevo la etapa de diagnóstico del daño, lo que causó un gran malestar entre los miembros del Comité que ya venían sintiéndose revictimizados y decepcionados del proceso. Algunos, anotó Nevis Niño, manifestaron sentir afectación psicológica, no solo por la pérdida del primer diagnóstico sino también porque debían, de nuevo, narrar duros momentos de violencia y persecución, haciendo referencia al periodo entre 1998 y 2010 cuando, asociado al conflicto armado y a la presencia paramilitar en la Universidad, fueron asesinados 22 miembros de Uniatlántico y seis más murieron en explosiones.

De acuerdo con Nevis Niño, a causa de los retrasos en la reparación colectiva, de la pérdida de información e, incluso de recientes amenazas y señalamientos ocurridas en los últimos meses, diez miembros del Comité prefirieron desistir del proceso. Así las cosas, a cuatro años de haber comenzado una reparación que estaba prevista para terminar a finales de 2018, hoy el Comité y la Unidad siguen en la revisión del Diagnóstico del Daño esperando poder continuar con el Plan Integral de Reparación Colectiva, que se prevé tendrá al menos tres ejes centrales.

Hacemos Memoria buscó a la Unidad de Víctimas para conocer cómo avanza en esa institución el proceso de reparación a la Universidad del Atlántico, pero hasta el momento de esta publicación no fue posible obtener una entrevista con alguno de sus funcionarios. No obstante, la oficina de comunicaciones de la entidad envió un informe de avance en el cual especificó que la ruta de reparación colectiva a Uniatlántico se encuentra finalizando la tercera fase correspondiente al Diagnóstico del Daño, que «teniendo en cuenta lo establecido en el artículo 2.2.7.8.8 del Decreto 1084 de 2015, busca caracterizar las formas de afectación a los atributos de los sujetos de reparación colectiva».

Este proceso de diagnóstico, explicó el informe de la Unidad, «se apoya en la aplicación de una serie de herramientas metodológicas por parte de la Unidad para las Víctimas, que han sido implementadas de manera directa con el Sujeto de Reparación Colectiva. En la implementación de estas herramientas han sido fundamental los relatos por parte del colectivo de los hechos, dolores, frustraciones, sentimientos represados por tiempos y la reconstrucción colectiva de lo ocurrido».

Según el informe, luego de que se concluya el Diagnóstico del Daño, el proceso entrará en una etapa de validación por parte de la Unidad y el Comité, tras la cual se dará inició a la formulación del Plan Integral de Reparación Colectiva.

 

El Plan de Reparación

El contexto sociopolítico de Barranquilla y, en particular, de la Universidad del Atlántico en relación con el conflicto armado, fue descrito recientemente en el libro Las fracturas del Alma Máter, memorias de la violencia en la Universidad del Atlántico 1998 – 2010, lanzado el pasado 20 de octubre. La publicación, que recopila testimonios de las víctimas, dejó en evidencia presuntos actos de corrupción por parte de algunas directivas que habrían tenido vínculos con el paramilitarismo, hechos que en su momento fueron denunciados ante las autoridades y que generaron una ola de amenazas que causaron deserciones universitarias y exilios. En esta investigación también está registrada la posible participación de la fuerza pública en actos contra los Derechos Humanos, en connivencia con políticos de la región. Lea también: La historia de Jorge Freytter: un relato de violencia contra la Universidad del Atlántico

Conocer la verdad sobre estos hechos y sobre quiénes fueron los autores materiales e intelectuales de la violencia contra los miembros de la Universidad, es el deseo principal de los miembros del Comité de Impulso de la Uniatlántico que han ponderado el esclarecimiento de la verdad como uno de los aspectos importantes del plan de reparación colectiva que desean presentar ante la Unidad de Víctimas, explicó Nevis Niño.

El segundo punto que el comité quiere que quede consignado en el plan, tiene que ver con las garantías de no repetición de hechos victimizantes. Y en tercer lugar, el Comité pedirá que en un acto concertado algunos medios de comunicación, tanto locales como nacionales, se retracten de la estigmatización que sufrieron algunos miembros de la Universidad que fueron señalados públicamente como guerrilleros, “por el simple hecho de pensar diferente y hacer denuncias de los actos de corrupción que se estaban dando dentro en la institución”, afirmó Nevis Niño.

De esta manera, el Comité espera que la reparación colectiva permita devolverles la dignidad a las personas que fueron afectadas por el conflicto armado así como la propia Universidad que, además de la estigmatización, sufrió una profunda fragmentación del tejido universitario.