La quinta versión del Festival Gabriel García Márquez, que se llevó a cabo en Medellín entre el 28 y el 30 de septiembre, fue un espacio propicio para reflexionar sobre los retos que le impone la realidad del país al ejercicio periodístico. Tener mayor perspectiva regional, vincularse con las iniciativas de los ciudadanos y prepararse para enfrentar el silencio que causa la autocensura, son algunas de las conclusiones de periodistas y directores de medios de comunicación que asistieron al evento organizado por la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano.
Por Esteban Tavera
Fotografía: Felipe Restrepo
El Festival Gabriel García Márquez de Periodismo, desde su primera versión, en el 2013, se ha convertido en un espacio para que periodistas, académicos y medios de comunicación promuevan nuevas formas de narrar y reflexionen acerca del oficio.
Este año, en su quinta versión, el Festival se llevó a cabo en medio de un contexto particular, debido a tres hechos históricos. Por primera vez en los últimos setenta años, gracias al Acuerdo de Paz logrado con las Farc y al cese bilateral del fuego acordado con el Eln el pasado 4 de septiembre, en Colombia no se usa la violencia por motivos políticos.
Además, el país está ad portas de entrar a una contienda electoral en la que las Farc participarán por primera vez como partido político legal. Y el tercer hecho que determina este contexto, es la posibilidad de que el Clan del Golfo, la estructura armada que amenaza la implementación de los Acuerdos de Paz y que más rentas ilícitas controla a lo largo del territorio nacional, podría emprender un proceso de sometimiento a la justicia.
Estos acontecimientos fueron abordados en el Festival Gabo. En esta quinta edición, periodistas, editores y directores de grandes medios de comunicación reflexionaron sobre los retos del cubrimiento periodístico en el posacuerdo.
A continuación, compartimos las voces de cuatro periodistas que cuentan cómo sus medios y su trabajo se ha transformado en medio de este nuevo escenario de transición.
El Espectador, Fidel Cano
Fidel Cano Correa, director del periódico El Espectador, reconoce que el principal reto para este medio de comunicación es darles mayor protagonismo a las regiones, donde se está viviendo la verdadera transición hacia la paz. Por esa razón, desde el año pasado, antes de que el Gobierno Nacional y las Farc firmaran el Acuerdo Final para la terminación del conflicto armado, El Espectador impulsa la campaña Colombia 2020, una estrategia periodística que busca hacer pedagogía sobre los procesos de posconflicto que se viven a lo largo y ancho del país.
Para Fidel Cano, el plebiscito del 2 de octubre del año pasado, demostró que los periodistas fallaron al pensar que la realidad del país es la misma que se vive en los círculos bogotanos, donde se concentran los reporteros. Para no caer en los mismos errores, la campaña Colombia 2020 establece conversaciones con periodistas y líderes sociales por fuera de Bogotá, para que las problemáticas locales tengan relevancia nacional, sin que esto dependa de la voluntad de los grandes medios.
“Los medios de gran penetración como El Espectador tenemos que encontrar alianzas en lo local. Allá hay gente trabajando, que conoce y que hace periodismo en situaciones muy difíciles. Ese diálogo permite no solo que haya mayor visibilidad de los problemas regionales, sino que también brinda garantías para los periodistas que trabajan en las regiones”, asegura Cano.
¡Pacifista!, Camilo Jiménez
¡Pacifista! nació como un portal web enfocado en el cubrimiento de las negociaciones de paz que se entablaron en La Habana, Cuba, entre el Gobierno y las Farc. Después de la firma Acuerdo Final y de la puesta en marcha de su la implementación, este medio de comunicación le dio un giro casi total a su línea editorial.
Como dice Camilo Jiménez, director editorial de Vice Colombia, ahora su mirada está puesta sobre las comunidades que harán posible el Acuerdo de Paz: “¡Pacifista! hoy en día es un medio de sociedad, es un medio sobre la ciudadanía y sus preocupaciones, intereses y causas”, dice Camilo.
El interés de ¡Pacifista! por los otros protagonistas del proceso de paz, es decir, por los que no se sentaron en la mesa a negociar, pero que cargan a sus espaldas con lo acordado, lo llevó a ser el medio que más alerta sobre el asesinato de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos en distintas regiones del país. Esa tarea ya superó el plano periodístico y pasó a ser una causa ciudadana que reúne a varios sectores de la sociedad bajo el lema “Las balas los matan, el silencio los sepulta. Tenemos derecho a saber qué pasa con los líderes sociales en Colombia”.
Dice Camilo: “La campaña Ni un muerto más se desarrolla en el marco del programa Iniciativas Ciudadanas del Viceministerio del Interior. En esta propuesta participamos 10 organizaciones de la sociedad civil que tenemos una enorme preocupación por lo que está pasando con los líderes sociales. Nos pusimos el reto de conseguir 20.000 apoyos digitales, entre firmas e interacciones en redes sociales, para exigirle al Gobierno Nacional que cada tres meses siente a las instituciones del Estado involucradas en esta temática a hacer una rendición de cuentas ante la opinión pública, cosa que no se hace”.
La Patria, Fernando Ramírez
Fernando Ramírez, editor de noticias del periódico La Patria de Manizales y ganador del Reconocimiento Clemente Manuel Zabala a un editor colombiano ejemplar, tiene una percepción distinta sobre los retos del periodismo ante este nuevo escenario político en el país. En su opinión, el cambio que ha significado el Acuerdo de Paz no ha impactado especialmente a la redacción de su periódico.
“La Patria siempre ha sido un retrato de la región. Cubrimos el conflicto en su etapa más fuerte. Ahora, estamos haciendo historias de lo que hoy llaman posconflicto, desde que terminó la confrontación en Caldas, que fue más o menos en el 2009, cuando se presentaron las desmovilizaciones más importantes, como la de alias Karina, ex comandante de las Farc en esa región”.
Pero sí reconoce que este momento de transición que vive el país representa un reto para la narración de las historias. Según Ramírez, los periodistas jóvenes que se están formando para enfrentarse a este escenario de posconflicto, deben aprender a buscar narrativas innovadoras que les permitan retomar las historias que ya fueron contadas y superar los errores que se cometieron en el pasado.
“Puede que nosotros ya hayamos contado el país, pero debemos reconocer que hay cosas mal contadas, no necesariamente porque los periodistas sean malos, sino porque no se podían contar bien”.
Flip, Pedro Vaca
El contexto actual también le impone nuevos retos a quienes defienden el derecho a la libertad de prensa. Según Pedro Vaca, director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), con la implementación de los Acuerdos de Paz, el trabajo de su organización debe repensarse.
En su opinión, muchos de los mecanismos de defensa al derecho a la información que aplicaba la Flip estaban pensados para actuar frente a los homicidios, pero el escenario de posconflicto les ha mostrado que ese no es el único tipo de violencia que puede acallar a los periodistas.
“Hemos podido notar que los asesinatos han disminuido de forma notable en el país, pero eso no quiere decir que la violencia desapareció. Todavía existen actores que a través de mecanismos no letales ejercen violencia, y eso tiene como consecuencia la censura. Hay cosas que ya no se hablan. Sabemos, por ejemplo, que hay regiones en las que está presente el Clan del Golfo o en las que hay disidencias de las Farc, y los periodistas no hablan de eso. Intervenir esas atmósferas de autocensura es un gran reto. No se puede culpar a los periodistas de que se autocensuren, pues están protegiendo su vida y su oficio”, concluye.
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