Jorge Andrés Torres, investigador y docente, experto en estudios de sonido, acompañó el diploma de Memoria Histórica, ofrecido por Hacemos Memoria. En el módulo “Experiencias de arte y memoria”, presentó la obra con la que es conocido su trabajo artístico: el “Proyecto Mangle”; además, reflexionó sobre la potencia que tiene el arte para despertar inquietud por la memoria de la guerra.

Por Elizabeth Otálvaro

Para Jorge Andrés Torres, existen dos tipos de personas en Colombia: quienes han vivido de cerca el conflicto armado y quienes lo han seguido por las pantallas de sus televisores, en la comodidad de los sillones de sus casas y mediado por los canales de televisión privados que bastante han configurado la estética del dolor y la guerra del país. Estos últimos son a los que Torres, un artista de medios –como él mismo se define–, quiere incomodar y conmover.

“Me parece muy importante desafiar la estética homogénea de la memoria”, dice; para lograrlo, eligió el sonido como el medio a través del cual pone en escena su apuesta artística, muy influenciada por corrientes como el dadaísmo, y que intenta responder a sus propios interrogantes sobre la memoria del conflicto armado colombiano. Él es profesional en estudios literarios de la Universidad de los Andes. Viajó a Alemania, para convertirse en magíster en Estudio de Sonido de la Universidad de las Artes de Berlín, y desde entonces se ha dedicado a crear piezas artísticas que convierten la abstracción del sonido en una experiencia estética.

“El sonido es un medio fabuloso para poder narrar, no detenidamente, no textualmente, pero sí permite contar las periferias de una historia”, dice el artista; a esto le agrega que: “el sonido tiene la capacidad de entrar en una imagen, de dar una sensación de espacio distinta. En esa sensación de espacio que tienes, es posible diseñar mundos, crear un mundo en el que la gente se sienta incómoda y generar estridencia”.

Es justamente la estridencia del conflicto armado colombiano la que quiere representar en su creación más icónica. El “Proyecto Mangle” es una instalación audiovisual que convierte en sonidos las 5.5 millones de víctimas que reporta el informe “Víctimas”, de la Revista Semana, entre 1983 y 2013, haciendo de la disonancia un llamado a la reflexión por nuestra propia historia.

Como Jorge Andrés Torres, otros artistas colombianos se han preocupado por “sacudir” al espectador y generar los interrogantes que se pierden en el afán de lo cotidiano, de las noticias, de los estímulos convencionales. Doris Salcedo, Oscar Muñoz, Juan Manuel Echavarría –por mencionar algunos–, así como Torres, han intentado que la incomodidad de lo indecible se convierta en un llamado a la memoria, o lo que Torres entiende como “la imagen frente a lo transitorio de la vida”.