Con una conversación que tuvo como título Altares, Caminos y Relatos: El deber de la memoria histórica, el proyecto Hacemos Memoria inició sus actividades del 2016 en Medellín. En el diálogo los investigadores Jhon Mario Muñoz, Sandra Arenas Grisales y Patricia Nieto reflexionaron, a partir de sus experiencias investigativas, sobre la importancia que tiene la construcción de memoria histórica, las diferentes narrativas en las que se expresan los relatos de las víctimas y los desafíos que tiene la sociedad colombiana para recuperar la memoria del conflicto que vive el país.
Sandra Arenas, quien en su tesis de doctorado Luciérnagas para la memoria investigó sobre los altares construidos por habitantes de la ciudad para recordar a las víctimas, llamó la atención sobre esas narrativas del luto que están presentes en Medellín y que, en principio, parecen estar silenciadas. Sin embargo, aseguró en la conversación, más que silenciadas son memorias subterráneas. “Son memorias que están presentes, pero que esperan el momento adecuado para ser enunciadas; es necesario que se presente un contexto apropiado y alguien interesado en escucharlas”, puntualizó la investigadora.
Por su parte, el profesor Jhon Mario Muñoz ha centrado sus últimas investigaciones en rescatar la memoria de las víctimas de desplazamiento forzado en Medellín, producto de estas publicó el libro La voz de los silenciados. Jhon Mario se sensibilizó por estos temas al presenciar en Medellín la llegada de miles de campesinos que se vieron obligados a abandonar sus tierras por las acciones de los actores armados. Acercarse a ellos para ayudarlos en sus procesos de reconstruir su vida, le permitió identificar que sus historias están invisibilizadas y sus situaciones son naturalizadas en la ciudad.
Él sostiene que la huida es una forma de resistencia, pues resistir, en esencia es, perdurar, sobrevivir. “Es una forma de decirle a los armados que no me dejo controlar, no me dejo dominar y empiezo a reconstruirme en otros espacios y otros escenarios”, puntualizó Jhon Mario Muñoz.
La profesora Patricia Nieto, quien moderó la conversación, insistió sobre la importancia de no ocultar los relatos violentos del pasado en escenarios cotidianos y familiares. Con estas historias es posible que los ciudadanos conecten sus experiencias con hechos de violencia, y así evitar que situaciones dolorosas que han afectado a millones de colombianos sean invisibilizadas y naturalizadas.
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