Durante 31 años la comunidad universitaria pensó que este estudiante de Ingeniería Metalúrgica de la UdeA había muerto a causa de un atentado. Su nombre quedó inscrito en documentos conmemorativos a las víctimas de la violencia en 1987. Pero logró sobrevivir y, en 2021, desde el exilio dio su testimonio a Hacemos Memoria.
José Antonio Galán Zorro es recordado en la historia colombiana por su participación en el Levantamiento Comunero de 1781 y por la crueldad de su asesinato a manos de la corona española. Su historia ayuda a entender cómo se construyó la memoria oficial de Colombia como república.
En este municipio del Oriente antioqueño se proyectó Los queridos, un documental que cuenta la historia de los conductores veredales víctimas de la violencia. El video es resultado de un proceso de periodismo participativo desarrollado por Hacemos Memoria desde 2018.
Las narrativas de la memoria serán el eje central del dossier que editará Hacemos Memoria en la próxima edición de la revista Textos y contextos de la Facultad de Comunicación Social (FACSO) de la Universidad Central del Ecuador (UCE). Para tal fin, está abierta la convocatoria a presentar artículos académicos hasta el 30 de enero de 2023.
La falta de recursos no solo afecta al Museo Casa de la Memoria de Medellín. Otros lugares de memoria en el país atraviesan crisis similares. Desfinanciación, falta de apoyo institucional y pérdidas de liderazgos son algunos de los problemas.
En esta población del Oriente antioqueño los integrantes de Hacemos Memoria proyectaron la multimedia Liberto: un nombre desaparecido en combate y junto a víctimas, líderes, campesinos y funcionarios públicos reflexionaron acerca de la desaparición de personas en medio del conflicto armado.
En la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia hay un seminario virtual que conmemora la vida y obra de este médico y defensor de derechos humanos que fue víctima de la violencia política en la década de los ochenta.
Este grupo paramilitar se caracterizó por proteger las economías de la coca y la minería, pero también por exterminar a las organizaciones y movimientos que se oponían a los partidos tradicionales y por ejercer la violencia sexual contra las mujeres como una acción de guerra.
La mente no es la única depositaria de la memoria, el cuerpo es su receptor primario y la danza su decodificación artística. Así lo explica Rafael Palacio, coreógrafo de profesión, al referir la importancia del movimiento como expresión cultural en Develaciones.
En la vereda San Lorenzo del municipio de Alejandría, una de las más apartadas y afectadas por el conflicto armado, el profesor Juan Carlos Álvarez lidera un proyecto de memoria con estudiantes de primaria.