Se metieron a los conjuntos es una serie documental que expone cómo funcionan la desinformación y los discursos discriminatorios en las plataformas digitales. Se estrenará el 10 de abril a las 4 p. m., en el auditorio principal del edificio de Extensión de la Universidad de Antioquia. Hacemos Memoria conversó con Óscar Parra, investigador de la producción audiovisual y director de Rutas del Conflicto, acerca de los temas y las reflexiones en torno a esta serie.  

Por Fabián Uribe Betancur 
Foto: Unesco

En las noches del 21 y 22 de noviembre de 2019 circuló por redes sociales y conversaciones de WhatsApp el rumor de que un supuesto grupo de vándalos de nacionalidad venezolana estaban atacando conjuntos residenciales en Bogotá, Cali y otras ciudades del país. El miedo se propagó rápidamente, y los ciudadanos grabaron a sus vecinos corriendo en medio del pánico y los gritos. Estos videos fueron distribuidos en diferentes redes sociales, lo que amplió el alcance de la desinformación que produjo este rumor. 

A pesar de que la Policía verificó que no había ocurrido ningún acto vandálico en los complejos residenciales de las ciudades, el falso mensaje provocó una ola de xenofobia que legitimaba la violencia contra la comunidad venezolana residente o migrante en Colombia. A esto se le sumó la expulsión irregular e injustificada de inmigrantes venezolanos por parte del Gobierno colombiano, que los acusaba de ser responsables de los desmanes dentro del paro nacional durante esas fechas.

Estos sucesos fueron el hilo conductor de la serie documental Se metieron a los conjuntos, que ilustra cómo la desinformación puede promover discursos discriminatorios contra los inmigrantes, las poblaciones étnicas y LGBTI. Esta pieza audiovisual cuenta con cinco capítulos, en los que se explica cómo surgen estos tipos de contenidos, cómo se viralizan y cuáles son sus impactos en la sociedad, al igual que los posibles caminos para enfrentar este tipo de fenómenos. 

Esta producción audiovisual fue elaborada por Rutas del Conflicto, con el apoyo de la Unesco a través de su proyecto Social Media for Peace y la Unión Europea. Hacemos Memoria conversó con el director del proyecto de comunicación Rutas del Conflicto, Óscar Parra, sobre cómo fue la producción de esta serie documental y su visión respecto a la desinformación y la discriminación.    

¿Cómo surge la idea de producir una serie documental sobre la desinformación y la discriminación? 

La idea se origina en el proyecto Social Media for Peace de la Unesco, con el respaldo de la Unión Europea. Con los resultados de esta iniciativa, queríamos mostrar a través de una serie de cortos cómo la discriminación surge y contribuye a la difusión de discursos discriminatorios. Además, si estos emergen de forma orgánica o si hay individuos detrás de la creación y difusión de estos contenidos de desinformación, utilizando un aparato organizado, recursos económicos o empresas. 

También deseábamos mostrar cómo estos contenidos de desinformación afectan a las personas por su condición étnica, por su género o por ser extranjeros. Utilizamos como hilo conductor un evento que ocurrió en algunas ciudades de Colombia entre las noches del 21 y 22 de noviembre de 2019, en el que empezaron a circular por redes sociales una gran cantidad de mensajes que generaron pánico. Estos mensajes afirmaban que supuestos grupos de venezolanos estaban ingresando a los conjuntos residenciales para vandalizar las casas. A partir de ahí, en los distintos capítulos, analizamos cómo la desinformación y la discriminación afectan a varios sectores poblacionales de la sociedad. 

¿Por qué seleccionaron este hecho en particular para abordar la desinformación y la discriminación? 

Este hecho tuvo un impacto muy fuerte en Colombia, y es muy fácil de medir por la cantidad de hechos violentos reportados contra la población venezolana inmigrante en el país en esa misma noche. Por los efectos que tuvo en el Gobierno colombiano a la hora de capturar y deportar aleatoriamente a un montón de ciudadanos venezolanos. También por todo pánico que se generó en las ciudades, y porque estos hechos fueron difundidos por figuras públicas, como por ejemplo el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quienes decían que había un grupo de vándalos ingresando a las casas. Además, hubo un reporte policial diciendo que durante esos días no había pasado nada en los conjuntos residenciales. Por eso creemos que es un hecho muy notorio por su impacto en diferentes zonas a nivel nacional y con unos efectos muy claros.     

En uno de los capítulos se menciona que evitar la desinformación o su propagación es un compromiso de todos. ¿Cómo pueden la sociedad civil, las organizaciones sociales, los medios de comunicación y el Estado enfrentar este problema? 

La mayoría de los expertos entrevistados en la serie coinciden que hay que hacer un trabajo muy fuerte con las audiencias, como capacitarlas en temas sobre cómo verificar una información, si es verdadera o no, y dudar siempre de la información antes de compartirla. Ahora hay un panorama muy amplio en cuanto a acceso a tecnología, por eso es necesario promover la educación. Además, las plataformas como Instagram, TikTok o Facebook también tienen una responsabilidad tremenda en este tema, pero también hay riesgo en que estas empresas regulen todo tipo de contenido, porque eso puede afectar la libertad de expresión o la democracia. Ahí hay varios debates.  

Según lo planteado en la serie documental, ¿cómo se deberían realizar las estrategias educativas para prevenir la desinformación y la discriminación? 

Los expertos señalan en la serie documental la importancia de llevar a cabo una alfabetización digital. Esto implica difundir entre los ciudadanos pautas sobre cómo no difundir información sin verificar. También se sugiere realizar ejercicios con las personas para que duden de la información que se está distribuyendo a través de las redes sociales, con el fin de evitar que contribuyan a la cadena de desinformación. Además, se propone la implementación y promoción de herramientas de fact-checking (chequeo/verificación de datos). 

Uno de los capítulos aborda el papel de los medios de comunicación al respecto. ¿Qué deberían hacer los medios ante la desinformación que genera discriminación? 

Por el afán de informar, algunos medios de comunicación han difundido o producido información errónea, lo cual es muy preocupante. Este es un llamado a los medios para que establezcan un sistema de moderación y control ético en sus prácticas, con el fin no solo de evitar la difusión de noticias falsas, sino también para no discriminar ni reforzar estereotipos de grupos poblacionales como los indígenas o las comunidades LGBTI. Por lo tanto, los medios tienen una responsabilidad enorme. Además, existen protocolos desde la sociedad civil para que los medios eviten caer en estereotipos o discriminación.