Según el programa Somos defensores, de las 621 agresiones a defensores de derechos humanos en Colombia entre enero y septiembre de 2022, el 35 por ciento, es decir 218, han sido en contra de liderazgos indígenas. En su mayoría en el departamento del Cauca.

 

Por Karen Sánchez Palacio

En portada José Albeiro Camayo Güetio, líder indígena del Cauca asesinado. Foto: Twitter @petrogustavo

José Albeiro Camayo Güetio era líder indígena del resguardo Las Delicias, en el municipio de Buenos Aires, Cauca. Fue asesinado el 24 de enero de este año. Su caso hace parte de las más de 200 personas indígenas defensoras de derechos humanos que fueron violentadas en el país entre el primero de enero y el 30 de septiembre de 2022, según el informe Al filo de la oscuridad, publicado por el programa Somos Defensores el pasado 25 noviembre. Esta publicación da cuenta de agresiones como asesinatos, amenazas, atentados, detenciones arbitrarias, judicializaciones, desapariciones forzadas y desplazamientos forzados cometidos a personas defensoras de derechos humanos en todo el territorio nacional.

José Albeiro tenía 42 años. Fue cofundador y coordinador regional de la guardia indígena del resguardo Las Delicias. La mayor parte de su vida la dedicó a la guardia en los escenarios local, zonal y regional. Se caracterizó por liderar procesos alrededor de la defensa de las comunidades y promover escuelas de niños guardias junto al equipo de derechos humanos. 

Dos meses antes, el 21 de noviembre de 2021, había sido asesinado su hermano Marcos Camayo, también líder índigena perteneciente al resguardo Las Delicias. A Marcos lo reconocían como una autoridad, fue gobernador de su resguardo en los años 2004 y 2010; coordinador del área de salud en 2014, labor en la que aportó a procesos organizativos; e integrante de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, Acin.

José Albeiro habría sido asesinado por integrantes de la columna móvil Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, según denunció Mauricio Capaz Lectamo, consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric, quien explicó que “el asesinato obedeció una acción militar, a una orden entre ellos. Algo absolutamente planeado, decidido, por lo que Albeiro significaba, por su voz de guardia, por su voz firme alrededor del fortalecimiento de las autoridades, de no estar de acuerdo con las cosas que se estaban dando. Y fue la estructura Jaime Martínez; ellos amenazaron antes y se reivindicaron después”.

 

El Cauca es el departamento con más agresiones a líderes indígenas

Entre julio y septiembre fueron agredidos 60 liderazgos indígenas en el país, un 32 por ciento del total de las agresiones a defensores de derechos humanos, que fueron 182 en este trimestre. La mayoría de estas agresiones ocurrieron en el Cauca, el segundo departamento con mayor cantidad de indígenas en el país, según el más reciente informe de la Oficina de Promoción Social del Ministerio de Salud, titulado Población indígena.

Una característica particular de los liderazgos indígenas en el Cauca que podría incidir en las agresiones que están sufriendo, es la defensa del territorio en oposición activa a los grupos armados. José Albeiro, por ejemplo, se oponía a la expansión de cultivos de coca en su territorio; una actividad ilícita que según el informe Colombia: Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2021, publicado en octubre de 2022 por la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, UNODC, alcanzó niveles históricos en el país con un total de 204 mil hectáreas sembradas y registradas en 2021. Esto representa un incremento del 43 por ciento en el área sembrada con respecto al 2020. Según este informe, el Cauca es uno de los departamentos donde el incremento de los cultivos de coca se ha venido dando de manera acelerada. 

El interés en las rentas que generan los cultivos de coca, ayuda a entender la presencia de actores armados en los territorios. En el caso del departamento del Cauca, según Al filo de la oscuridad, “se ha identificado la presencia de varias estructuras de grupos post acuerdo (Jaime Martínez, Dagoberto Ramos, Segunda Marquetalia) y del ELN, que se han envuelto en enfrentamientos para tener el control del territorio, especialmente en municipios del norte del departamento”.

Y es que si bien la presencia de grupos armados en el departamento no es algo nuevo, según Mauricio Capaz Lectamo hay una degradación de la composición de los actores armados, que se presentan como grupos insurgentes, pero cuya presencia en el territorio obedece más al interés de generar economías alrededor de actividades ilegales. Además,  “son estructuras con comandantes muy jóvenes, con poca formación y con visiones que no corresponden a  lo revolucionario sino a la ostentación de poder”, expresó Capaz

En este contexto los liderazgos indígenas se convierten en un obstáculo para los actores armados. Así lo explicó la socióloga Andrea Lissett Pérez Fonseca, profesora y coordinadora del Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia, quien dijo que “los liderazgos indígenas son peligrosos para estos actores armados en la medida en que ellos incorporan una perspectiva comunitaria y territorial. Particularmente los indígenas hacen una defensa del territorio de manera colectiva, eso genera mayor dificultad para ese control territorial de recursos y de poblaciones que buscan estos actores armados”.

Ante este escenario, Mauricio Capaz concluyó que violentar a los liderazgos, ya sea por medio de amenazas, secuestros, desapariciones forzadas, atentados o con su asesinato, genera impactos negativos en las comunidades porque “los liderazgos a nivel social y más a nivel indígena, tienen unos caminos culturales, espirituales y colectivos. No hay liderazgos que tengan una creación individual. Por lo tanto, cuando se desaparece a uno el que pierde es el colectivo. Se pierden los esfuerzos comunitarios y organizativos. Y eso implica tiempo, recursos, ánimos; implica también el corte de procesos porque estos son líderes con un nivel de referencia zonal y regional que de alguna forma causan impacto en las poblaciones juveniles”.