Los datos del programa Somos Defensores indican que la zona sur de Colombia presenta un incremento significativo en las agresiones a líderes, asociado a la erradicación de cultivos de uso ilícito.

 

Por Esteban Tavera

De acuerdo con los datos del programa Somos Defensores, las agresiones a líderes sociales presentaron un incremento significativo en el primer semestre de 2020. Particularmente, los asesinatos crecieron en un 61 por ciento al pasar de 59 casos, entre enero y junio de 2019, a 95 en el mismo periodo de 2020. Así lo dio a conocer Shirley Muñoz Murillo, coordinadora de Comunicaciones, Incidencia y Sistema de Información del Programa Somos Defensores, en el conversatorio “Líderes sociales: desafíos para su protección”.

“Lo que hemos visto en este primer semestre de 2020 en asesinatos de líderes no lo habíamos tenido en años anteriores, cada ocho días tenemos que registrar el asesinato de una persona. Lo que estamos viendo es que los territorios que históricamente han sido los más golpeados por el conflicto armado, siguen siendo los territorios con mayores agresiones a líderes y defensores”, apuntó Shirley Muñoz.

Otra de las preocupaciones expresada por Somos Defensores para el primer semestre del año, es el incremento de agresiones en el sur del país, principalmente en Putumayo. “Lo que vemos allí es que hay una relación entre los cultivos de uso ilícito y las erradicaciones que está implementando el gobierno, con las cuales está rompiendo todos los acuerdos que existían con los campesinos. Eso genera un montón de conflictos y agresiones de la misma fuerza pública en contra de las familias. Tenemos un incremento muy alto de las agresiones del ejército y hemos registrado varios casos de ejecuciones extrajudiciales en contra de líderes y defensores de derechos humanos”, dijo Shirley Muñoz.

Por su parte, Liverman Rengifo, Integrante de la Red de radios comunitarias Cantoyaco del Putumayo, quien también participó en el conversatorio, resaltó la importancia que tienen los ejercicios de comunicación comunitaria en los territorios más afectados por la violencia contra líderes y defensores de derechos humanos. “Nuestro contexto es muy distinto al de las grandes ciudades. Nosotros estamos en medio de grupos armados, pero lo vivimos de manera distinta. Nuestros medios de transporte son el río o es a pie, y de esa manera se dificulta mucho la situación. Como radio comunitaria, nuestro trabajo no es tanto de cabina, sino que estamos permanentemente acompañando a las comunidades, de ahí es de donde vienen los señalamientos y las amenazas”, apuntó Liverman.

Otros de los departamentos que concentran los mayores índices de agresiones a líderes y defensores son Cauca y Antioquia. En este último, dos de las regiones más afectadas son el Bajo Cauca y el Norte. Desde allí participó el líder social William Muñoz, presidente de la Asociación de Campesinos del Bajo Cauca (Asocbac), quien durante el conversatorio dijo: “Después de la firma del acuerdo de paz aquí esperábamos que la situación en las comunidades mejoraría en términos de orden público y de inversión social, pero la verdad es que, por lo menos en el Bajo Cauca, las cosas no son como las estábamos pensando. Sí hubo un cambio, pero no para bien sino para mal. A esta región volvieron las desapariciones de personas, los desplazamientos de familias completas, los asesinatos a líderes sociales”.

William Muñoz añadió que “una de las cosas más preocupantes es que el Gobierno ha puesto como prioridad atacar la minería ilegal y los cultivos de uso ilícito. Yo no digo que ese no sea un problema, pero creo que hay otros más grandes. Nosotros acá lo que vemos es una debilidad institucional enorme. Por ejemplo, este es uno de los territorios más militarizados y es en donde más alto está el índice del conflicto armado. Han pasado cosas muy graves cerca de los lugares en los que está la fuerza pública, ahí es cuando uno dice: están, pero no están”.

En ese tipo de contextos en los que la protección militar no ha dado resultado, la autoprotección ha sido fundamental para el ejercicio de los liderazgos, principalmente cuando, afirmó Shirley Muñoz, quien agregó: “Estamos notando que hay un incremento en las violaciones en aquellos lugares que fueron declarados Zonas Futuro o municipios PEDET, donde el Gobierno Nacional tomó la decisión de militarizar los territorios con el argumento de proteger a los líderes y lideresas, pero lo que vemos es que estas medidas están generando más agresiones”.

A la par con la autoprotección, en el tema de líderes y defensores es necesario trabajar en la eliminación de las estigmatizaciones y los señalamientos hacia quienes ejercen algún tipo de liderazgo social, expresó durante el conversatorio Dione Patiño, Directora de la Asociación Palco y la emisora comunitaria La Esquina Radio.

Para Dione Patiño, “en territorios en los que hay violencia contra nuestros líderes, los medios comunitarios no deben olvidar que su responsabilidad no es solamente informar. Nuestra misión es comunicar, es acompañar y tomar posición. Hay que posicionarse frente a temas como la defensa de la vida y la protección de los líderes sociales, más cuando ellos y ellas son nuestras vecinas, con las personas que nos acompañan en el convite comunitario, las que comparten con nosotros el transporte público. Para esta democracia es importantísimo que los medios como unitarios tomemos posición, que no debe ser otra más que acompañar los procesos de sus territorios”.

El conversatorio Líderes sociales: desafíos para su protección dio cierre a la campaña Liderazgos sin miedo, que tuvo una duración de dos meses y vinculó a diferentes organizaciones y medios de comunicación: Hacemos Memoria, La Esquina Radio, Dejusticia, Corporación Jurídica Libertad, Corporación Región, Viva la Ciudadanía, Colectivo Ojo de la Aguja, Asociación Latinoamericana de Comunicación Radiofónica, Agencia Internacional de Noticias Pressenza y el Cinep.