El 15 de septiembre Juan Manuel Santos les pidió perdón a los líderes de la Unión Patriótica por el exterminio del que fue víctima este movimiento político. Dos días después comenzó la Décima Conferencia de las Farc, encuentro en el que esta guerrilla contempla su paso al escenario electoral. Ambos hechos permiten recordar lo que pasó con ¡A Luchar! y el Frente Unido, dos genocidios que permanecen en el olvido.

Por Esteban Tavera y Juan Camilo Arboleda

En estos momentos en que la Décima Conferencia de las Farc que se adelanta en los Llanos del Yarí, le ha dado tanta importancia a la discusión sobre las posibilidades que tendrán los integrantes de esta guerrilla en la disputa electoral, es necesario hacer memoria sobre los movimientos que tuvieron la misma pretensión en la década de 1980.

El caso más representativo es el de la Unión Patriótica, un movimiento político que surgió de la izquierda democrática y que acogió a muchos combatientes de las Farc en el contexto de la negociación con el gobierno de Belisario Betancur, pero que fue exterminado por grupos paramilitares.

Como el de la UP, hay otros casos de los que poco se habla: ¡A Luchar! y el Frente Popular fueron dos movimientos políticos que también surgieron de la izquierda democrática en el mismo contexto de negociación de paz. Ambos corrieron con la misma suerte de la UP.

De los dos, el que más alcance político tuvo fue ¡A Luchar!, una organización de carácter nacional que nació en marzo de 1984. Más que un partido político fue un movimiento social integrado, principalmente, por sindicalista y líderes campesinos. Su fuerza movilizadora tuvo su máxima expresión en el Nororiente de país, donde impulsaron una de las manifestaciones más influyentes del siglo pasado: el paro de 1987.

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Por su parte, el Frente Popular, que nació con la esperanza impulsada por los diálogos de paz de La Uribe de ampliar el sistema político, se trazó dos objetivos: unir diferentes sectores sociales para exigir la solución negociada al conflicto y participar en una Asamblea Nacional Constituyente.

El sueño se vino a abajo con la instalación de la asamblea que culminó con la promulgación de la Constitución de 1991. Muchos de sus integrantes fueron asesinados y el Frente Popular desapareció.

No se tienen datos consolidados sobre el número de militantes y la cantidad de personas asesinadas que pertenecían a estas organizaciones. Fernanda Espinosa, politóloga de la Universidad Nacional, investigó la historia del movimiento ¡A Luchar! Aunque advierte que se desconocen muchos datos, en su indagación identificó 128 casos de crímenes de lesa humanidad en contra de los militantes de dicha organización. En su investigación demuestra que el sector campesino fue el más golpeado y que Antioquia fue el departamento con mayor número de víctimas.

En este contexto, mientras los miembros de las Farc discuten en su última conferencia cómo será su tránsito hacia un partido político, es necesario preguntarse por qué se ha querido borrar la historia de estos dos movimientos.

Esa inquietud motivó a Sebastián Pérez, sociólogo de la Universidad de Antioquia, a reconstruir los hechos que llevaron al exterminio de ¡A Luchar! y el Frente Popular. Sebastián asegura que su trabajo no es un “recuento melancólico de muertos y víctimas”, es un estudio sobre los logros de estos dos movimientos sociales marginales que lograron una importante influencia política en muchos barrios del Valle de Aburrá. El resultado es un análisis sociológico acompañado de crónicas periodísticas sobre las personas que le dieron vida a estas organizaciones políticas.

En el este video Sebastián Pérez comparte sus conclusiones y algunas de las historias que encontró.