En una cacería de tristes efemérides, abril de 1994 ayuda a hacer memoria de hechos dolorosos que afectaron diferentes geografías de Colombia y el mundo. Nada es como hoy, pero se le parece y, por eso, produce escalofríos.
Para Esteban Vanegas, más que tomar fotos como un “operario de cámara” el fotógrafo debe formar una mirada propia de su sensibilidad, especialmente si le interesa abordar el conflicto.