«¿Por qué debería importarnos que haya un museo de la memoria del conflicto armado? ¿Cuál es su pertinencia para nuestras conversaciones del presente?». Estas son algunas de disímiles preguntas que plantea el sociólogo Andrés Suárez en esta columna de opinión, donde recorre la obra física inconclusa del actual Museo Nacional de la Memoria, en Bogotá; una construcción a mediohacer de la que la Contraloría General dijo, en enero de 2024, presentaba fallas e irregularidades que representan pérdidas por más de 12 mil millones de pesos.