Durante 31 años la comunidad universitaria pensó que este estudiante de Ingeniería Metalúrgica de la UdeA había muerto a causa de un atentado. Su nombre quedó inscrito en documentos conmemorativos a las víctimas de la violencia en 1987. Pero logró sobrevivir y, en 2021, desde el exilio dio su testimonio a Hacemos Memoria.