“La paz es la mejor reparación que pueden hacernos a las víctimas”, dijo Aída Avella, presidenta de la Unión Patriótica, en Lunes de Ciudad, un espacio donde se exponen posturas diferentes frente a temas de interés nacional. Junto al padre Antún Ramos expuso los argumentos por los que ellos como víctimas le dirán Sí al plebiscito.

Por Juan Camilo Castañeda Arboleda
Fotografías: Teatro Pablo Tobón Uribe

El sacerdote Antún Ramos ha sufrido el horror de la guerra en Colombia. En 2002 su madre falleció de un paro cardiaco en medio un hostigamiento que la guerrilla de las Farc hizo en Quibdó. Meses después, su hermano fue secuestrado por el ELN en Cali. El 2 de mayo de ese mismo año el padre Antún fue testigo de la masacre de 117 civiles en la iglesia de Bojayá, donde oficiaba como párroco.

A pesar de ser víctima de la crueldad de la guerra, el padre Antún asegura que le apuesta a la reconciliación y al perdón entre los colombianos: “Yo fui a La Habana convencido de que las Farc nos iban a pedir perdón de corazón. Vi en el rostro de los comandantes un acto de contrición que lo entendí como verdadero, para mí eso ya es una ganancia”, aseguró el sacerdote en el debate que se llevó a cabo en Lunes de Ciudad, un espacio que instalaron varias organizaciones sociales a las afueras del Teatro Pablo Tobón Uribe para promover el debate sobre los contenidos de los acuerdos de paz.

El sacerdote argumentó que para lograr la reconciliación en el país también sería necesario que otros actores de la sociedad pidan perdón, pues en la guerra no solo han participado las guerrillas. “El Ejército tiene que pedir perdón, los políticos tienen que pedir perdón, los gobernantes también, así como los ciudadanos de a pie que por acción o por omisión han contribuido con este desangre del conflicto”, dijo el padre Antún.

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Aída Avella, excandidata presidencial por la Unión Patriótica, es una sobreviviente de la persecución que emprendieron los paramilitares e integrantes de las Fuerzas Armadas del Estado en contra de los militantes de ese partido político. En sus intervenciones defendió el Acuerdo sobre Víctimas del Conflicto que se firmó en La Habana y lo elogió por su “enorme capacidad ética y moral”, pues, según ella, las víctimas están en el centro de las negociaciones.

La dirigente política insistió en que el primer paso para consolidar la reparación a las víctimas del conflicto armado es la puesta en marcha del acuerdo entre el Gobierno y las Farc. Pero señaló que, sobre todo para las víctimas de su partido político, esa reparación tiene que continuar con procesos en los que los victimarios establezcan la verdad sobre el homicidio de sus copartidarios. “Yo quisiera que algún día nos pidan perdón a nosotros. Espero ese día para que también nos cuenten la verdad de por qué nos mataron ¿por pensar distinto? Todas las víctimas tenemos algo muy claro y es que nadie padezca el dolor que nosotros vivimos”, comentó Avella.

El padre Antún reconoció los procesos de verdad como un elemento esencial para una posible reparación de las víctimas, pero señaló que debían conocerse las versiones de todos los actores armados: ejército, policía, guerrillas y paramilitares. “Una verdad a medias hace daño. ¿Qué verdades no nos están diciendo?”, dijo el sacerdote.

Antes de finalizar la conversación, Aída Avella dijo que es necesario darle una salida negociada al conflicto armado, por eso, considera que el 2 de octubre en el plebiscito los colombianos no pueden dejar escapar la paz.