El 22 de abril una pareja de esposos fue víctima de una munición sin explotar en Concepción, Oriente antioqueño. Un mes después de la explosión, Lina Marcela Ríos y Óscar Agudelo cuentan su historia. Por Juan Camilo Gallego Castro De niña, Lina Marcela Ríos jugaba con caballitos de palo. Robaba camisas en la casa, las rasgaba y les hacía las crines a sus caballos; los amarraba y luego bañaba, les picaba la caña, pero no comían. —¿Usted se embobó? —le decía su mamá Nubia Estrella Agudelo. —Mamá, mi sueño es una finca con muchos caballos y vacas. Lina Marcela recuerda esa historia y mira desde el corredor de una casa pequeña de paredes blancas y puertas rojas, la finca de la que es agregada con su esposo Óscar Agudelo: los caballos en las caballerizas, los gallos en sus jaulas, una gallina que corre sobre el pasto con sus pollitos en fila india, una vaca pastando y una perra renga que ladra y ladra a todo lo que se le hace extraño. Adivinar su color es un reto, pero tiene bastantes pelos blancos, mezclados con cafés, negros y amarillos. Se llama Chapola y corre con su pata delantera derecha al aire. […]