Turbo y, en definitiva Urabá, son una mezcla difícil de descifrar que se compone de retazos culturales del Chocó, de la sabana, del Caribe y, también, de la Antioquia montañera.

Motos por montones, pick up (equipos de sonido gigantes), reggaetón, vallenato, rancheras, bullerengue, champeta, reggae. Montones de locales comerciales, el Waffe (embarcadero impregnado de olor a pescado y madera de donde parten los turistas hacia Capurganá y otras poblaciones del Urabá chocoano), las tres terminales de transporte, iglesia adventista, testigos de Jehová, católicos, un pequeño puerto que recibe mercancía proveniente de Panamá. Negros, blancos, indígenas, morenos, quizás, todos tan mestizos como el común de los colombianos. Esto podría llamarse caos, pero en este caso parece ser una muestra de la diversidad y del sincretismo cultural que se escenifica en esa pequeña ciudad.

Allí, en ese rincón de Antioquia que está recostado sobre el Golfo de Urabá, se reunieron doce personas vinculados a procesos de comunicación comunitaria para participar en el Taller de Radio Comunitaria y Memoria Histórica que ofreció el proyecto Hacemos Memoria.

Seis de ellos ajenos a la región, pero con aportes a partir de sus experiencias: Daniel, Laura y Misael llegaron desde Medellín; Katherine de Granada, Antioquia; Mariel de Bogotá; Noelia de Popayán. Y otros seis conocedores del territorio y de sus vivencias: Wilmar de Carepa; Liseth y José de Necoclí; Alba y Sebastián de Turbo; y Karen de Chigorodó.

A ellos los acompañaron los capacitadores Ernesto Lamas, argentino fundador de la emisora La Tribu y docente de la Universidad de Buenos Aires, y Belén Pardo, una antropóloga bogotana que adora el calor y que trabaja en Vokaribe, emisora comunitaria de Barranquilla. Ambos, al final, coincidieron en que fue más lo que aprendieron.

A pesar de que en Turbo, hasta en las noches, la temperatura siempre estuvo sobre 28 grados centígrados y de que la humedad asfixiaba, los doce participantes recorrieron el territorio en búsqueda de historias que retrataran un poco esa diversidad turbeña y, a la vez, historias de esas tantas violencias que han sufrido las comunidades de Urabá, una región en la que casi todo está por contar. En tres contenidos radiales de 15 minutos narraron un fragmento de la historia del Barrio Obrero de Turbo, del corregimiento de Currulao y del proceso de reinserción del EPL y las AUC en la región.

Conozca cómo fue el proceso de producción de estos contenidos.

 

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Currulao historias de vida y muerte
Currulao es el municipio más grande de Colombia: tiene 22 mil habitantes y hace parte del municipio de Turbo. En la década de 1980 aparecieron en esta zona del país facciones de las guerrillas de las Farc y del EPL.

 

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Volver a empezar
Urabá ha sido una de las zonas más afectadas por el conflicto armado en el país. Este territorio ha sido disputado por grupos guerrilleros, autodefensas y el Ejército. En 1991 entregaron las armas 640 combatientes del EPL en el municipio de Necoclí. En 2004, se desmovilizaron 452 integrantes del Bloque Bananero de las Autodefensas Unidas de Colombia.

 

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Memorias del Barrio Obrero
El Barrio Obrero de Turbo tiene el estigma de ser el más peligroso del municipio. Fama que se ha ganado por la presencia de pandillas en sus calles. Eventualmente, los integrantes de estos grupos protagonizan riñas en las que los machetes son las armas comunes.