1987 fue un año difícil para los líderes sociales y los defensores de Derechos Humanos. En Antioquia, profesores, estudiantes, miembros del Comité de Derechos Humanos y activistas de la Unión Patriótica y la Juventud Comunista fueron perseguidos y asesinados por paramilitares. Treinta años después, el panorama sigue siendo desalentador y la impunidad continúa siendo la constante en la mayoría de los casos. Este video reúne algunas cifras que demuestran que en Colombia la defensa de los Derechos Humanos sigue siendo una labor de alto riesgo.
Por Karen Sánchez y Daniela Jiménez – De la Urbe