UBPD abre tres fases de intervención en el cementerio de Caldas

La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas inició la intervención del cementerio de Caldas, en el Valle de Aburrá, para recuperar e identificar cuerpos de víctimas del conflicto armado y ofrecer respuestas a sus familias. 

Por Emmanuel Zapata Bedoya 

La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) inició una intervención en el cementerio de Caldas, en el Valle de Aburrá, con el propósito de identificar cuerpos no reclamados ni identificados. El proceso busca esclarecer el paradero de personas desaparecidas en el marco del conflicto armado. 

La decisión responde a la importancia de este camposanto en la historia del conflicto. Caldas fue escenario de fuerte presencia de actores armados ilegales, lo que derivó en numerosos hechos de violencia. Según explicó Claudia Lucía Bañol Alarcón, antropóloga e investigadora de la UBPD para el plan regional de búsqueda en el Valle de Aburrá, este cementerio “hace parte de un municipio donde el conflicto armado fue muy evidente. Tenemos varios registros documentales que indican que la disposición de cuerpos en Caldas era frecuente por razones del conflicto”. 

En esta zona operaron el ELN, las FARC y estructuras paramilitares, de acuerdo con el portal Verdad Abierta. Estos últimos fueron responsables de múltiples hechos de violencia, entre ellos la masacre del 23 y 24 de abril de 2003, cuando asesinaron a cinco personas en su recorrido por caseríos como La Tolda, La Chuscalda y El Raizal. Otro episodio ocurrió el 25 de enero de 2001, cuando, según el mapeo de masacres de Rutas del Conflicto, paramilitares asesinaron a tres personas e hirieron a otra en la vereda Cardalito; y luego mataron a tres más y desaparecieron a una en la vereda El Sesenta.

Las cifras confirman la magnitud de la violencia. El Registro Único de Víctimas reporta en Caldas 1 979 homicidios, 1 912 personas desplazadas y al menos 160 desaparecidas. La UBPD, por su parte, tiene un registro de 75 desaparecidos en este municipio. 

Un forense inspecciona los osarios del cementerio de Caldas
Trabajo de la UBPD en el cementerio municipal como parte de la primera fase. Foto: Emmanuel Zapata Bedoya

El proceso de intervención comenzó con una revisión documental: los libros de inhumación del archivo parroquial, necropsias realizadas en el hospital y en la unidad básica de Medicina Legal de Caldas entre 2006 y 2015, registros de defunción y entrevistas con sepultureros y trabajadores vinculados al cementerio y a la alcaldía. 

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Con esa base, la UBPD conformó un equipo de topógrafos, antropólogos forenses y criminalistas para caracterizar el cementerio. Durante el trabajo se identificó un pabellón sin nombre, al que se denominó “Getsemaní”, compuesto por 68 bóvedas. También se halló una bóveda aislada, un contenedor con estructuras óseas y un osario común con un número aún indeterminado de cuerpos. En esta primera fase se localizaron 22 sitios de interés forense asociados a necropsias y otras fuentes de información. 

La intervención en Caldas se suma a los 12 291 lugares de interés forense priorizados por la UBPD para la búsqueda de desaparecidos en todo el país. Foto: Emmanuel Zapata Bedoya

La intervención en el cementerio de Caldas ha enfrentado varios retos. Entre ellos, la necesidad de garantizar la conservación de cuerpos en bóvedas destapadas y el control de la humedad en determinadas áreas, un factor que compromete la estabilidad de las estructuras. A esto se suma, según explicó la investigadora Claudia Lucía Bañol Alarcón, “la dificultad que implicó el cierre temporal del camposanto, dado el impacto que tuvo sobre las prácticas religiosas, las creencias y las costumbres de la comunidad que lo visita con regularidad”. 

Pese a estas dificultades, el proceso ha contado con una colaboración significativa. La UBPD destacó en particular el respaldo de la parroquia, cuyo apoyo ha sido fundamental para adelantar la intervención, en contraste con otras experiencias donde alcanzar acuerdos con instituciones religiosas ha resultado complejo. 

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Uno de los avances más relevantes ha sido el reconocimiento preliminar de cuatro posibles identidades. Aunque estos casos requieren confirmación forense por parte de Medicina Legal, el proceso permitió orientar la identificación gracias a documentos personales y características registradas al momento de la inhumación. 

De acuerdo con la información recopilada, estas personas estarían vinculadas directamente al conflicto armado y a la presencia de grupos ilegales en la región. “Caldas, por su ubicación, fue considerado históricamente un territorio de tránsito, donde eran desaparecidas personas provenientes de distintos lugares, incluso fuera de Medellín”, explicó Bañol Alarcón. 

Familias entregan solicitudes y muestras de ADN en el marco de la intervención en Caldas. Foto: Emmanuel Zapata Bedoya

El proceso también ha incentivado la participación ciudadana. Desde el 5 de septiembre, la UBPD ha recibido 19 solicitudes de búsqueda de desaparecidos y ha practicado 22 pruebas de ADN, lo que refleja la confianza de la comunidad en estas labores.  

La intervención en el cementerio de Caldas corresponde a la primera de tres fases. La segunda está prevista para diciembre de 2025 y la tercera para 2026. En paralelo, la UBPD proyecta ampliar sus acciones en otros cementerios del Valle de Aburrá: en noviembre de 2025 en el cementerio Universal de Medellín; en el último trimestre de 2025 en Barbosa y Copacabana; y para 2026 planean intervenciones en el cementerio San Andrés de Bello y en el corregimiento de San Antonio de Prado, en Medellín.