En su 14.a edición, el Premio Nacional de Derechos Humanos reconoció a líderes y colectivos que defienden la vida, la justicia y la dignidad humana en Colombia, en medio de amenazas y conflictos. 

Por Fabián Uribe Betancur
Foto de portada: PNDH

La labor de cuatro liderazgos, tanto individuales como colectivos, que desde distintos territorios aportan a la construcción de paz y democracia en el país, fue reconocida el 30 de septiembre de 2025 con la entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos en Colombia, un galardón que exalta a personas y organizaciones que han hecho de la defensa de la vida una causa irrenunciable. 

En su 14.a edición y bajo la consigna “Defender la vida”, en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá se reconoció la labor de los liderazgos durante una ceremonia que contó con la participación de organizaciones sociales nacionales e internacionales y entidades estatales comprometidas con la defensa de la dignidad humana frente a la adversidad. 

El Premio Nacional de Derechos Humanos en Colombia es otorgado desde el 2012 por Diakonia y ACT Iglesia Sueca, con el respaldo de la Embajada de Suecia, y tiene como objetivo visibilizar a los líderes de derechos humanos en Colombia, amenazados por el conflicto armado y grupos criminales por defender la vida en sus territorios. 

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En la ceremonia, Eva Ekelund, representante regional de ACT Iglesia Sueca para América Latina y el Caribe, destacó que las luchas de los defensores deben ser reconocidas y protegidas por el Estado. “Tenemos que gritar y tenemos que actuar. Por eso estamos aquí frente a ustedes: hombres, mujeres y organizaciones que, con gran sacrificio y coraje, entienden que la paz y la democracia no son dadas, sino conquistas diarias”. 

Por su parte, la Embajadora de Suecia en Colombia, María Cramér, señaló que el trabajo de los líderes y organizaciones sociales fortalece la democracia, fomenta la paz y protege la vida, y expresó su admiración y gratitud a los nominados y ganadores. “Ustedes son faros de dignidad en medio de la adversidad. Que este premio sea una herramienta para seguir avanzando, para abrir puertas, para proteger vidas”, dijo. 

Líderes y colectivos reciben el Premio Nacional de Derechos Humanos en Colombia 2025.
De izquierda a derecha: Jacqueline Castillo, integrante de Mafapo; hermana Cecilia Naranjo Botero; Luz Marina Hache, en representación del Movice; y Fernando Jaramillo, en representación de la Mesa Ambiental de Jericó. Foto: PNDH.

En esta edición, los liderazgos individuales, comunitarios, colectivos y de trayectoria de toda la vida fueron reconocidos como ejemplo de compromiso firme con los derechos humanos en el país. Estos fueron los ganadores: 

Jacqueline Castillo Peña, líder de Mafapo 

En la categoría “Defensora del año”, el reconocimiento fue otorgado a Castillo, destacada líder de la Fundación Madres de los Falsos Positivos de Soacha y Bogotá (Mafapo). Su activismo surgió tras la muerte de su hermano Jaime, asesinado el 10 de agosto de 2008, en Soacha, Cundinamarca, y presentado por el Ejército como guerrillero abatido en combate. Desde entonces, ha reclamado justicia para miles de víctimas de ejecuciones extrajudiciales, convirtiéndose en un símbolo contra la impunidad y en un referente de esperanza para otras personas que buscan la verdad. 

Mesa Ambiental de Jericó 

La Mesa Ambiental de Jericó, con sede en el Suroeste de Antioquia, recibió reconocimiento en la categoría “Experiencia o proceso colectivo del año” (nivel proceso social comunitario). Formada por familias campesinas del corregimiento Palocabildo de Jericó, el colectivo ha defendido su territorio frente a proyectos mineros que amenazan su identidad cultural y recursos naturales vitales. A pesar de enfrentar procesos judiciales, su lucha ha despertado apoyo tanto a nivel nacional como internacional. Conocida como el caso de “Los 11 de Jericó”, su resistencia se ha convertido en un referente de dignidad campesina en el país. 

Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) 

Desde su creación en 2005, el Movice, integrado por más de 200 organizaciones, fue reconocido en la categoría “Experiencia o proceso colectivo del año” (nivel ONG, colectivo u ONG acompañante) por su labor constante en favor de la verdad, la justicia y la no repetición. A través de campañas, memoriales y acciones judiciales, ha visibilizado el sufrimiento de miles de víctimas, enfrentando amenazas y censura mientras denuncia crímenes como la desaparición forzada, los desplazamientos y las ejecuciones extrajudiciales. 

Hermana Cecilia Naranjo Botero 

El reconocimiento a “Toda una vida” fue entregado a Cecilia, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús, quien ha dedicado más de tres décadas a acompañar comunidades víctimas del conflicto armado. Su historia atraviesa la educación inclusiva, el exilio, el trabajo en zonas humanitarias y la publicación de sus memorias en el libro Caminantes del amor eficaz para sembrar vida. 

Durante la ceremonia también se rindió un homenaje en memoria a Kimy Pernía Domicó, líder de la comunidad indígena Embera Katío del alto Sinú, destacado por su oposición a la construcción de la represa hidroeléctrica Urrá I en Córdoba. Fue asesinado el 2 de junio de 2001 por integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia bajo el mando de Salvatore Mancuso, y era considerado una de las figuras más importantes y emblemáticas de su comunidad.