La Casa de la Memoria de Tumaco sigue teniendo dificultades para su sostenimiento, pese a los constantes llamados de atención que sus gestores han hecho a las autoridades competentes. Entre los encargados de la Casa de la Memoria y los gestores de la Diócesis de Tumaco hay versiones encontradas frente a la implementación del proyecto que garantizaría su operación en lo que resta de 2023, y no hay claridad sobre los recursos que el Ministerio de Cultura, la Gobernación de Nariño y la Alcaldía de Tumaco deberían aportar para su sostenimiento en adelante.  

A pesar de que una sentencia del 29 de septiembre del 2014, proferida por la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, exhorta a la Gobernación de Nariño, la Alcaldía de Tumaco y el Ministerio de Cultura a “contribuir con el mantenimiento, continuidad y demás gastos” que genere la Casa de la Memoria del Pacífico Nariñense en Tumaco, este lugar no tiene garantías para funcionar en el presente y en el largo plazo, como lo vienen expresando sus encargados desde el año pasado.  

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Los gestores de la Casa de la Memoria están de acuerdo en que cuentan con algunos recursos hasta finales del 2023, y aclaran que la mayoría de estos provienen de la cooperación extranjera. La Diócesis de Tumaco es la entidad encargada de tomar las decisiones sobre la Casa de la Memoria, debido a que este espacio surgió como una iniciativa promovida por la Pastoral Social hace una década. En sus actividades participan también la comunidad de víctimas del Pacífico nariñense y las organizaciones sociales de la región.  

El jefe de prensa del Ministerio de Cultura, Juan David Amaya, aseguró que “no habría de qué preocuparse”, pues, al menos para la vigencia 2023, hay un proyecto en marcha con la Diócesis de Tumaco que se denomina “Proyecto de formación, acompañamiento y participación juvenil en acción de memoria para estudiantes de la costa pacífica nariñense”. Según el portavoz del Ministerio, este proyecto garantizaría cierta continuidad, aunque no ha empezado.  

Al consultar acerca de este proyecto con la Diócesis, el coordinador de la Pastoral Juvenil, Luis David Valencia, informó que este iba a empezar en abril, pero, según él, “por temas de papeleo y protocolos” no fue así; de manera que continúan a la espera de su inicio en las próximas semanas. Entre los objetivos de este proyecto está “fortalecer la defensa del territorio, el medio ambiente, los derechos humanos y el empoderamiento cultural y ancestral”. Allí, según Valencia y Amaya, está incluido el apoyo económico a la Casa de la Memoria de Tumaco. 

Con respecto a los recursos, el coordinador de la Pastoral Juvenil precisó el monto con el que cada institución exhortada en la sentencia del 2014 participará de este proyecto: la Gobernación de Nariño aportará cerca de 60 millones de pesos y tanto la Alcaldía de Tumaco como el Ministerio de Cultura, cerca de 40 millones pesos cada una, para un total de 140 millones de pesos. Además, Valencia explicó que el proyecto tendrá una vigencia de nueve meses; luego deberán volverlo a presentar ante los entes competentes, para asegurar su continuidad en la siguiente administración municipal. 

A pesar del parte de tranquilidad que podría representar el cercano inicio del proyecto con la Diócesis, al ser consultado por Hacemos Memoria, José Luis Foncillas, coordinador internacional de la Casa de la Memoria de Tumaco, afirmó que esa información es parcialmente cierta: sí está el proyecto, pero sus recursos no serán destinados al funcionamiento del espacio de memoria. Dijo: “Yo trabajo en la Casa de la Memoria y con ciento por ciento de certeza le digo que ese dinero no ha sido destinado al sostenimiento de la Casa de la Memoria; es para un proyecto con pastoral de juventud que tiene la Diócesis y no pagará ningún gasto de la Casa de la Memoria. Como este año tenemos recursos extranjeros, la Diócesis no nos dará ese dinero para el sostenimiento de la Casa”.  

Con respecto a la afirmación del coordinador internacional de la Casa de la Memoria sobre el uso de los recursos del proyecto, el coordinador de la Pastoral Juvenil afirmó que la intención de la Diócesis y del obispo Orlando Olave es fortalecer la propuesta del lugar.  

Los recursos 

En el presente, la Casa de la Memoria de Tumaco funciona con recursos proporcionados por diferentes organizaciones internacionales, como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el Servicio Civil para la Paz de Alemania. La institución también ha recibido dineros provenientes del Ministerio de Cultura, la Gobernación de Nariño y la Alcaldía de Tumaco, pero estos, según los gestores de la Casa, han sido conseguidos a fuerza de insistir con derechos de petición y recursos legales. 

Acerca de las cuentas que le permitirían abrir sus puertas al público y realizar actividades de promoción de la memoria histórica en el Pacífico nariñense, el coordinador José Luis Foncillas expresó que la Casa de la Memoria de Tumaco requiere anualmente de cerca de 200 millones de pesos, que cubrirían el salario de las cuatro personas que trabajan allí, el mantenimiento de la planta física y la inversión en nuevas actividades, talleres y visitas de las comunidades, que se realizan a lo largo del año. 

Así mismo, explicó cómo se han financiado dichos rubros hasta ahora: en el 2015, el Ministerio de Cultura le dio a la Casa de la Memoria 10 millones de pesos; luego, la Alcaldía de Tumaco aportó 20 millones de pesos, y en el 2019, la Gobernación de Nariño se comprometió con 40 millones de pesos, que apenas fueron entregados en el 2022. Lo demás ha corrido a cargo de la cooperación internacional. 

Más allá de lo que ocurra en el proyecto de funcionamiento para el 2023, a Foncillas le preocupa que las organizaciones cooperantes están terminando sus ciclos de trabajo en Tumaco y, a largo plazo, su apoyo no puede sustituir al Estado en el deber de memoria que por la Ley 1448 de 2011 y otras disposiciones le corresponde. De acuerdo con el coordinador de la Casa de la Memoria de Tumaco, estos organismos tienen un límite en sus ayudas, por lo que esperan que el Estado, en cabeza de las entidades exhortadas en la sentencia del 29 de septiembre del 2014, asuma la responsabilidad de apoyar decididamente el espacio local de construcción de memoria, lo que hasta ahora no ha sucedido.

La Casa de la Memoria del Pacífico Nariñense fue inaugurada el 19 de septiembre del 2013 por la Diócesis de Tumaco. En el año de su apertura, este espacio fue distinguido por el Ministerio de Cultura y el Centro Nacional de Memoria Histórica como una de las mejores iniciativas de memoria histórica del conflicto armado en Colombia. 

Texto: VCC