La presencia del paramilitarismo y la responsabilidad de la clase política y económica de la región en las causas y consecuencias del conflicto armado, son algunos de los temas que víctimas y líderes del Oriente antioqueño esperan que sean esclarecidos por la Comisión de la Verdad.
Por: Elizabeth Otálvaro
Desde que se instaló oficialmente la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, el pasado 8 de mayo, se ha dicho que esta institución espera concentrar su trabajo en regiones donde el conflicto armado fue especialmente violento. Alejandro Valencia, uno de los once comisionados, le contó a Hacemos Memoria que el Oriente antioqueño será uno de esos territorios priorizados.
Distintas víctimas en esa subregión, que en la actualidad son líderes de procesos de verdad y reconciliación en sus municipios, tienen puestas sus expectativas en los avances que pueda hacer la Comisión respecto al esclarecimiento de lo ocurrido con ocasión del conflicto armado. Ellas nos comparten qué es lo que esperan y cuáles creen que son los temas infaltables en el trabajo de memoria y verdad que la Comisión está por emprender.
Pastora Mira
Líder del Centro Acercamiento, Reconciliación y Reparación del Municipio de San Carlos
Desde el municipio de San Carlos esperamos que la Comisión de la Verdad pueda hacer, en su corto tiempo, un trabajo exhaustivo, para esclarecer las rutas, los intereses y los patrocinadores del conflicto, sin que se eche de menos la relación de la política o de los grandes políticos de esta región o de nuestro país con esa forma macabra para desocupar los territorios.
Por ejemplo, el tema de la desaparición forzada es urgente, necesario e indispensable para poder sanar, devolverle con dignidad la información pertinente a las familias de los desaparecidos y ojalá, en todos los casos, entregar sus restos para hacer el ritual de nuestra cultura. En San Carlos, tenemos el anhelo, el empeño, el compromiso, que así como fue el primer municipio en ser entregado como territorio libre de minas, se pueda decir que no nos queda ni un solo desaparecido sin acercarnos a su realidad o poderlo entregar a su familia.
Gloria Serna
Integrante de la Asociación de Víctimas por la Paz y la Esperanza de Sonsón
Yo espero la verdad sobre las masacres que sucedieron en Sonsón y sobre todo en la zona de páramo; pero también me parece importante que se estudie el caso de la “Mano negra”, porque yo soy víctima de ellos y no solamente Gloria, sino muchas personas durante la década de los 90. Esta es la hora que no sabemos quién era la “Mano negra”, quiénes eran los autores, quiénes los financiaban y porqué ocurrieron los hechos que ocurrieron en esa época donde los asesinatos eran selectivos.
Flor Gallego
Integrante de la Mesa de Víctimas de Desaparición Forzada en el Carmen de Viboral y del capítulo Antioquia del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice
Sería muy importante que se hablara de los chiveros en El Carmen de Viboral, que fueron caídos, casi alrededor de 70 desde los años 90 hasta el 2012. Qué bueno poder hablar de los líderes y lideresas de El Carmen que han sido asesinados, como algunas personas del Movimiento Cívico. También lo que pasó con el asesinato del personero del municipio de El Carmen de Viboral en los años 90. Entonces, tenemos muchísimo que recopilar y esperaría que la Comisión de la Verdad pueda decir que pasó en El Carmen con las guerrillas, pero también qué pasó con el paramilitarismo y con los agentes del Estado. Además, el Oriente antioqueño ha sufrido la magnitud de la guerra por las disputas territoriales y del recurso hídrico, que es un problema muy delicado que aun tenemos. Esa guerra no se ha terminado y creo que por eso el trabajo de la Comisión de la Verdad será muy difícil, pero se tiene que centrar en esta temática.
Jaime Montoya
Integrante de la Asociación de Víctimas Unidas del Municipio de Granada, Asovida
La verdad, la región del Oriente antioqueño vino a ser tan afectada por esa incursión de los actores ilegales que llamamos autodefensas y paramilitares que se iniciaron como Convivir y que terminaron no solamente copando militar sino políticamente la región. Entonces, yo pienso que hay verdades sobre el asunto que están totalmente ocultas y sepultadas, por ejemplo, las relaciones entre el paramilitarismo y la clase política en el Oriente antioqueño. El Estado debe esclarecer de qué manera se ha encubado en la sociedad esa permisividad con los actores ilegales que dicen defender la legitimidad del Estado o de los propietarios.
Entonces, si hay algo que yo reclamaría es que en la región del Oriente antioqueño, se asignen responsabilidades a sectores de la economía emergentes del contrabando, del latifundio y de la ganadería extensiva, pues prácticamente fueron ellos quienes apoyaron el paramilitarismo en el Oriente antioqueño, que finalmente, y sin excusar a la insurgencia, multiplicó por mil la violencia que se viene dando desde las décadas de los 70, 80, y realmente puso a la población civil en el medio.
Espero que se investiguen algunos hechos de la presencia paramilitar en el territorio, por ejemplo: por qué en el Oriente antioqueño, en 1998, se hizo posible que las AUC sobrevolaran toda la región y tiraran panfletos amenazantes anunciando la presencia del Bloque Metro de las Autodefensas, lo cual cumplieron instalando retenes y haciendo las masacres que hicieron; o por qué sucedió esa irrupción permanente en el municipio de Santuario y en la vía hacia Granada, sin que el Estado se diera por enterado. Finalmente qué pasó con las masacres en los años 2000 y 2001 en el municipio de Granada.
El Oriente antioqueño, escenario del conflicto
Del páramo a las orillas del río Magdalena se extiende la diversidad del Oriente antioqueño. Esta subregión del departamento de Antioquia es, por decirlo menos, una muestra o una radiografía clara del último conflicto armado que atravesó Colombia.
En su seno nacieron las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio y también el frente Carlos Alirio Buitrago del Ejército de Liberación Nacional, ELN. Por sus montañas anduvieron Elda Neyis Mosquera, alias ‘Karina’ Manuel de Jesús Muñoz Ortiz, alias ‘Iván Ríos’ junto a los guerrilleros de los Frentes 9 y 47 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc; pero también desfilaron figuras trascendentales del paramilitarismo, como Luis Eduardo Zuluaga Arcila, alias ‘Macguiver’ y Ramón Isaza.
Todo lo anterior, sumado a una fuerte intervención militar durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, con tres de sus operaciones bandera: Meteoro (2002), Marcial Norte (2003) y Espartaco (2004), dejó a miles de víctimas hastiadas de una guerra que se ensañó con esta subregión antioqueña; por mencionar algunos de sus municipios más afectados, en San Carlos se reportaron 16.116 víctimas, en Sonsón 15.578, en El Carmen de Viboral 11.011 y en Granada 10.808, según el Registro Único de Víctimas, RUV.
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