Aunque Antioquia es uno de los departamentos más preparados institucionalmente para implementar el Acuerdo de Paz, persisten problemas como la violencia en las zonas de reincorporación, así como la falta de proyectos productivos y de tierras para los excombatientes.
Por: Esteban Tavera
Foto: Víctor Casas
Los dos puntos del Acuerdo Final de Paz que menos han avanzado en su implementación luego de dos años de firmado, son los que tienen una relación más directa con las causas que aducían las Farc-EP para su alzamiento y permanencia en armas: la reforma agraria y la solución al problema de las drogas ilícitas.
Y aunque no puede decirse que en los demás temas se ha logrado lo esperado, sí hay algunos avances en componentes como la reintegración de los excombatientes, el aparataje de la Justicia Transicional y la participación política de las Farc.
Estas son conclusiones del libro La reestructuración unilateral del acuerdo de paz. A dos años de la firma del Teatro Colón, que será presentado el 16 de mayo en la Universidad de Antioquia.
La publicación, que es producto del trabajo académico de la Fundación Paz y Reconciliación, la Fundación Universitaria Unicatólica y el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, hace un énfasis especial en el proceso de implementación en Antioquia.
Al frente de esa parte de la investigación estuvo el politólogo Germán Darío Valencia, del Instituto de Estudios Políticos, quien recorrió los cinco Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación que hay en el departamento, para indagar qué tanto se ha construido la paz territorial en los dos primeros años de implementación del Acuerdo Final.
¿Por qué hablan de una reestructuración unilateral del Acuerdo de Paz?
Desde el gobierno de Juan Manuel Santos se empezó una reestructuración del Acuerdo Final de Paz, primero con las modificaciones que ocurrieron después del plebiscito, luego con las dificultades que se presentaron en el Congreso y en las Cortes. Ese primer año de del mecanismo de legislación abreviada, conocido como fast track, sirvió para implementar, pero también hubo cambios en cada uno de los temas.
Luego, cuando triunfó Iván Duque, el Centro Democrático, como partido de Gobierno, dijo: “nosotros queremos hacerle unos cambios a esto”, y efectivamente empezaron a proponerlos en el Congreso y en las diversas instancias en donde se tomaban las decisiones. Eso significa que el Estado colombiano, en sus diversos poderes, ha venido reformando lentamente este Acuerdo de Paz sin contar con las Farc, el otro actor que lo firmó.
Basados en las mediciones que hace el Instituto Kroc, entidad encargada de evaluar el avance de la implementación del Acuerdo, ustedes presentan su análisis frente a los progresos y retrocesos de esa implementación, ¿cuáles son los puntos del Acuerdo en los que mejores resultados se obtuvieron?
De los seis puntos, el tercero, que tiene que ver con el fin del conflicto, es el que mejores resultados ha arrojado. Esto tiene que ver con que muchos de los objetivos del Acuerdo son de corto plazo, con la manera como se hizo la dejación de armas, con cómo se dio el proceso de reincorporación política, económica y social de las Farc; y con la manera como se desescaló el conflicto. Gran parte de la responsabilidad de esto ha sido de las Farc, y efectivamente avanzaron en ese asunto.
El segundo tema tiene que ver con la participación política. En el Acuerdo se habló de una constitución de las Farc como organización política y se formó el partido Farc, se les dio posibilidad de participar en las elecciones y en menos de ocho meses lo lograron; y se les dieron algunas garantías de seguridad. También se avanzó en la creación de un estatuto de la oposición.
Y el tercero de mayor avance es el punto de víctimas, en el que se logró crear el Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparación, del que hacen parte la Jurisdicción Especial de Paz, la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas.
¿En qué puntos se ha avanzado poco o nada?
En el que menos se ha avanzado es en el punto uno, que es el agrario, y ese es tal vez el punto más importante para colocarle fin al conflicto. Allí, las reformas que se han querido hacer no avanzaron casi nada durante el fast track. Igual pasó con el punto de Solución al Problema de las Drogas Ilícitas.
En la investigación, usted se encargó específicamente de evaluar la implementación del Acuerdo en Antioquia, ¿cómo le fue a este departamento?
En Antioquia hemos avanzado más que en otros departamentos en cosas como la creación de la Gerencia de Paz y Posconflicto. Tenemos consejos municipales y departamental de paz y mesas departamentales de reincorporación. Es decir, aquí se fue construyendo una institucionalidad que permite apoyar el proceso de reincorporación y construcción de paz.
¿Cómo les fue a las Farc en Antioquia con la reincorporación política?
Nosotros en el libro contamos cómo fue la estructuración de las Farc como partido en Antioquia, cómo se han venido organizado, cómo funciona en el Área Metropolitana y hacemos un balance de la actividad legislativa del representante Omar de Jesús Restrepo.
También miramos cómo les fue en las pasadas elecciones, en las que, en todo el departamento, obtuvieron 6.106 votos, siendo el Valle de Aburrá el lugar donde mayor votación consiguieron, con un total de 3.777 votos.
En otros territorios en los que uno podía pensar que tendrían buena votación, como el caso del Bajo Cauca o el Magdalena Medio, solamente obtuvieron 76 y 130 votos respectivamente. Pero eso le sirvió a la Farc para que considerara que tienen grandes retos en el tema de la participación política, en la constitución como partido y en lograr ser una mejor opción en el 2026.
En relación con la reincorporación económica de los excombatientes ¿qué tanto se avanzó?
En cuanto a la reincorporación, que nosotros llamamos temprana, hubo un buen avance. A los excombatientes se les dio una renta básica, que consiste en el 90 por ciento de un salario mínimo y un apoyo de dos millones para proyectos. Ese dinero muchos lo usaron para comprar terrenos y otros lo han gastado en vestimenta y en cambios que tienen que hacer en su nueva vida, o en desplazamientos a varios lugares.
Pero en la reincorporación de mediano y largo plazo, que involucra a los proyectos productivos, al mirar los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Ituango, Dabeiba, Anorí, Carrizal, Frontino, Mutatá y Yondó encontramos que se avanzó solo en la formulación de los proyectos.
¿Qué tipos de proyectos presentaron los excombatientes a la Agencia Nacional de Reincorporación en Antioquia?
La mayoría son de tipo agropecuario, en los que se destaca la ganadería doble propósito; pero en Ituango, por ejemplo, hay uno de internet comunitario, en Carrizal hay uno piscícola, y en Mutatá hay un proyecto de acueducto.
¿Por qué se llegó tan solo a la formulación? ¿cuáles fueron los problemas para materializar esos proyectos?
El principal problema es económico. Recordemos que los proyectos pueden tener apoyo institucional o de la comunidad internacional. Es en este último tipo en donde sí han logrado avanzar, porque ellos tenían posibilidad de dar apoyos directos sin necesidad de pasar por todo este proceso.
Pero, además, hay un grave problema de incertidumbre sobre la propiedad de la tierra. La gran mayoría de proyectos productivos requieren de tierras y estas no se les han podido dar a los excombatientes debido a que la mayoría de los ETCR en donde están ubicados están en comodato, alquilados o en lugares del Estado pero que son reservas forestales y, por lo tanto, no pueden ceder la propiedad de esa tierra.
En cuanto a las garantías de seguridad para los reinsertados, ¿cómo está Antioquia?
Ese es un problema importante en el departamento. Hoy se está incrementando mucho la violencia en los lugares en los que hay presencia de bandas criminales, de los grupos que no se desmovilizaron y del ELN. En lugares como Ituango o Remedios, tenemos ETCR en medio del conflicto.
Y en general, ¿cómo resume usted el avance de la implementación del Acuerdo en Antioquia?
Antioquia, en comparación con otros departamentos, le ha ido bien en el aspecto de la reincorporación económica, política y social. Sin embargo, le ha ido muy mal con el tema de tierras, con la inseguridad para los excombatientes y con la puesta en marcha de los procesos productivos.